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viernes, 9 de junio de 2017

Siempre llega ese momento en la vida en el que uno debe tomar una postura, o es sangre roja hirviente o es chilate para los coches

Por: Ilka Oliva Colorado - Post originalmente publicado en Blogs Telesur

Estamos a un pelo de que Estados Unidos y su jauría, invadan Venezuela. Los primeros en abrir espacio terrestre, marítimo y aéreo serán Brasil, Colombia y Argentina, sus gobernantes ya están a gatas. ¿Alguien le creyó el cuento de La Paz a Juan Manuel Santos? Irán con sus tanquetas oxidadas a lanzar bazucazos a sus hermanos: de sangre, de leche, de corazón y de patria.

La guerra mediática es descomunal, una cantidad de información desvirtuada que ha sido creada para afianzar la manipulación de los tibios. Porque uno en la vida o es chicha o limoná, no pueden existir términos medios cuando se trata de defender la soberanía de los pueblos. En el caso de Venezuela uno está con ella o está con el enemigo, no se puede ser imparcial y guardar silencio porque hacerlo es solapar el exterminio de la Memoria Histórica, la dignidad y la identidad de los pueblos: su decisión democrática tomada.

Una Latinoamérica dividida y sociedades traicioneras lanzan dardos envenenados contra una Venezuela soberana y digna, que ha sabido levantarse de las cenizas, reconstruirse en medio de la calamidad de la desmemoria que aplasta a otros pueblos hermanos. ¿Con qué moral cuestionamos su política interior si nosotros hemos sido cobardes en mantener gobiernos neoliberales y bandas de atracadores? 

Siempre llega ese momento en la vida en el que uno debe tomar una postura, o es sangre roja hirviente o es chilate para los coches. O es campo abierto para la siembra o es páramo y cemento. Esa decisión viene a consecuencia del raciocinio natural cuando se está dispuesto a defender la dignidad; la dignidad no es otra cosa que la resistencia y rebelión que mantienen nuestros principios humanos aunque nos están lloviendo balas o nos estén cogiendo batallones. Porque cogernos pueden, lo que no podrán jamás es doblegarnos; a eso se le llama sobrevivencia. 

Y en Latinoamérica estamos sobreviviendo a más de 500 años de genocidios, de explotación minera, de asaltos, opresión y desmemoria. Sobrevivimos al traidor corrupto y bandolero que nos vende todos los días. Al que decide abrirse de piernas sin que se lo pidan ni lo obliguen, para beneficio personal a costa de la libertad de su pueblo. 

No es tiempo para hacerse a un lado y pretender que no nos importa Venezuela, “porque cada país tiene sus propios problemas” eso es como encerrarnos en nuestra burbuja y darnos golpes de pecho, eso es doble moral. 

Si como latinoamericanos seguimos permitiendo la desinformación y la manipulación mediática, no merecemos una tierra como la Patria Grande, merecemos vivir por la eternidad dentro de una plasta, inundados de nuestras propias miserias. 

Todos podemos hacer algo siempre, desde donde estamos, docentes, artistas, campesinos, obreros, parias, intelectuales: todos. Porque juntos somos millones de venas que forman células y núcleos, juntos somos el arco reflejo, el corazón de la Latinoamérica exuberante que un día tuvieron nuestros ancestros. 

No callar, evidenciar la propaganda de desinformación, en todos lados, para eso solo se necesita voluntad y reafirmar los valores humanos. Eso es combatir al monstruo gigante del capitalismo. No es fácil, es tarea ardua, desgastante, pero otros dieron sus vidas para que nosotros tuviéramos una tierra libre, han sido ríos de sangre los que han corrido en América Latina, como para que ahora vengamos de haraganes, tibios y descarados a guardar silencio porque nos han dicho que en boca cerrada no entran moscas. 

Todos debemos ser Venezuela en estos momentos y cerrar filas contra la jauría de delincuentes que nunca merecieron nacer en una tierra tan digna como la Patria Grande. 

Suscribo las palabras del periodista argentino José Steinsleger: “¡pa’ lo que usted ordene, señor presidente!” y lo para Cristina, Evo, Lenín, Rafael, Lula, Dilma, aquí estoy para lo que ordenen. Siempre defenderé el derecho de América Latina a vivir en libertad, siempre defenderá el derecho de los pueblos a vivir en paz.
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jueves, 20 de marzo de 2014

Violencia y Terror – El camino de Ucrania y Colombia hacia la construcción del Imperio

James Petras, en uno de sus mas recientes artículos que publican varios medios digitales internacionales, hace un crudo análisis de las similitudes entre el camino politico que esta tomando Ucrania y la situación que ha vivido Colombia, especialmente durante los últimos 15 anos.

El articulo adquiere la mayor relevancia, sobre todo para una opinión publica colombiana que en su mayoría solo se entera de lo que ocurre en su país y en el resto del mundo a través de lo que leen o escuchan en los grandes medios de comunicación, los cuales haciendo honor a su condición de prepagos,  actúan como simples megáfonos y amplificadores de la propaganda y falsedades que salen de las oficinas de prensa del régimen.

Sobre la situación en Ucrania, por ejemplo, lo que escucharan en los medios locales es que lo que esta viviendo ese país (a diferencia de Venezuela, porque no pierden la oportunidad de estigmatizar a Venezuela) es una verdadera transición democrática. Sobre Colombia y las recientes elecciones, a lo sumo escucharan que hubo unos candidatos avivatos que se hicieron elegir con votos alterados o comprados, pero no escucharan una sola mención de que el sistema electoral es un verdadero pozo séptico, ni que la “democracia” en general es realmente un montaje electoral politiquero diseñado para garantizar la perpetuidad en el poder de las mismas mafias políticas y clanes familiares.

Lean a continuación el articulo de James Petras:

Violencia y Terror – El camino de Ucrania y Colombia hacia la construcción del Imperio
Por James Petras – Marzo 19, 2014 

Introducción

Los dos caminos hacia la construcción del imperio del siglo 21st mediante testaferros son ilustrados a través de la toma violenta del poder en Ucrania por una junta respaldada por EEUU y los réditos electorales del Señor de la guerra colombiana Alvaro Uribe Velez, también apoyado por EEUU. A continuación describiremos la 'mecánica' de la intervención estadounidense en la política interna de estos dos países y sus profundos efectos externos – y cuyo propósito es cómo expandir el poder imperial en todo el continente.

Intervención política y regímenes testaferros: Ucrania

La conversión de Ucrania en un estado vasallo de EEUU y la Unión Europea (UE) ha sido un proceso prolongado y de gran escala que involucró financiamiento a largo plazo, adoctrinamiento y reclutamiento de fuerzas locales, organización y capacitación de políticos y pandilleros y; sobre todo, una capacidad para combinar la acción directa con la política electoral.

La toma del poder es un juego que tiene altos intereses para el imperio: (1) Ucrania en manos de sus clientes, proporciona a la OTAN un bastión militar en el corazón de la Federación de Rusia; (2) los recursos agrícolas e industriales de Ucrania proporcionan una fuente de enorme riqueza para los inversionistas occidentales; y (3) Ucrania es una región estratégica que les permite penetrar las altas esferas políticas de la región, e incluso más allá.

Washington invirtió más de 5 billones de dólares en la construcción de un estado cliente, sobre todo en 'Ucrania occidental', y especialmente en los alrededores de Kiev, centrándose en 'grupos de la sociedad civil’ y en partidos y líderes políticos manipulables. En 2004, la primera “inversión” política de EE.UU. dirigida a lograr un cambio de régimen culminó en lo que se denominó la 'revolución naranja ' la cual instaló un efímero régimen pro-EEUU/UE. Sin embargo, este régimen se degeneró rápidamente en medio de grandes escándalos de corrupción, mala gestión y saqueo del tesoro nacional y de recursos públicos por parte de la oligarquía, lo cual condujo al encarcelamiento del ex-vicepresidente y a la desaparición del régimen. Nuevas elecciones produjeron un nuevo régimen, el cual intentó fortalecer las relaciones con la UE y Rusia mediante acuerdos económicos pero conservando muchas de las repudiables características (corrupción endémica) del régimen anterior. Los EEUU y la UE, luego de haber sido derrotados en elecciones democráticas, relanzaron sus 'organizaciones de acción directa’ con una nueva agenda radical. Neofascistas se tomaron el poder y establecieron una junta dictatorial como resultado de manifestaciones violentas, vandalismo, asaltos armados y otras acciones criminales. La composición de la nueva junta post-golpe de estado mostro los dos bandos que representan las organizaciones políticas respaldadas por EEUU: (1) políticos neoliberales para la gestión de la política económica y fortalecer los lazos con la OTAN, y (2) los nacionalistas neo fascistas/violentos, encargados de imponer orden mediante una estrategia de mano dura, y de aplastar a ‘autonomistas’ de Crimea  pro Rusia, a grupos étnicos rusos y a otras minorías, especialmente en los sectores industrializados del sur y oriente.

Cualquiera que sea el resultado del golpe de estado,  la junta de gobierno impuesta es totalmente subordinada  y dependiente de la voluntad de Washington: por mas declaraciones de que lo que ocurrió fue la ‘independencia ' de Ucrania. La junta impuesta procedió a despedir a los funcionarios electos y nombrados que estaban afiliados a los partidos políticos del régimen democrático anterior y a perseguir a sus partidarios. Su propósito es asegurar que las subsiguientes elecciones manipuladas parezcan legitimas, las cuales servirán para elegir básicamente dos grupos de clientes del imperio: los neoliberales, (autodenominados "moderados") y los neofascistas bautizados como "nacionalistas".

El camino de Ucrania hacia un poder imperialista mediante un régimen colaborador ilustra varios  instrumentos que se usan en la construcción del imperio: (1) uso de fondos del estado imperial, canalizados a través de organizaciones no gubernamentales, grupos políticos frontales y el fortalecimiento de una 'base de masas' dentro de la sociedad civil; (2) financiación de una acción masiva directa que lleve a un golpe de estado ('cambio de régimen'); (3) imposición de políticas neoliberales por parte del régimen cliente; (4) financiamiento imperial para la reorganización y reagrupamiento de los grupos de acción masiva directa después de la desaparición del primer régimen cliente; (5) transición de la protesta pacífica a la acción violenta directa como gran telón de fondo para que los sectores extremistas (neofascistas) organicen la toma del poder y la eliminación de la oposición; (6) organización de una 'campaña mediática internacional ' para afianzar la nueva junta de gobierno y al mismo tiempo satanizar a la oposición nacional e internacional (Rusia); y (7) poder político centralizado en manos de la junta de gobierno, convocando a  unas "elecciones manipuladas" que asegurarán  la victoria de uno u otro de los candidatos pro imperialistas escogidos por la misma junta de gobierno.
En resumen, los constructores de imperios operan en varios niveles: violento y electoral; social y político; y con políticos amigos en ejercicio y rivales cuidadosamente seleccionados y comprometidos a cumplir con un objetivo estratégico: la toma del poder estatal y la conversión de las elites gobernantes en incondicionales vasallos del imperio.

Democracia de ‘los escuadrones de la muerte’ en Colombia: Elemento fundamental del Imperio para avanzar en América Latina

Frente a la reducción de la influencia estadounidense en América Latina, Colombia se constituye en un bastión clave para los intereses imperiales de Estados Unidos en la región: (1) Colombia firmó un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos; (2) puso a disposición siete bases militares y ha permitido la participación de EEUU en varios operativos contra la insurgencia; y (3) colaboró en la creación a gran escala de escuadrones de la muerte paramilitares, lo cuales están entrenados para incursionar la frontera y desarrollar operativos en contra de Venezuela, el archienemigo de Washington.

La oligarquía gobernante y los militares de Colombia han logrado contener la ola masiva de agitación democrática de movimientos sociales y populares,  y las victorias electorales que dieron origen a estados post-neoliberales en Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Uruguay.

Mientras América Latina se ha movido hacia la conformación de 'organizaciones regionales’ que excluyen a EEUU, Colombia ha fortalecido sus lazos con el imperio a través de acuerdos bilaterales. Mientras que América Latina redujo su dependencia de los mercados estadounidenses, Colombia amplió sus lazos comerciales. Mientras que América Latina redujo sus lazos militares con el Pentágono, Colombia los fortaleció. Mientras que América Latina se ha enfocado en una mayor inclusión social mediante el aumento de impuestos a las empresas multinacionales extranjeras, Colombia bajó los impuestos corporativos. Mientras que América Latina expande la titulación de tierras a sus poblaciones rurales, Colombia ha desplazado más de 4 millones de campesinos como parte de la estrategia contrainsurgente de EEUU denominada 'tierra arrasada’.

La sumisión inquebrantable "excepcional" de Colombia a los intereses imperialistas de Estados Unidos está arraigada en varios programas de gran escala y largo plazo desarrollados en Washington. En 2000, el Presidente Clinton comprometió a los Estados Unidos en un programa de contrainsurgencia de 6 billones de dólares (Plan Colombia) el cual incrementó la capacidad represiva y brutal de la élite Colombiana para hacer frente a los movimientos populares de campesinos y trabajadores.  Además de suministrar armas y entrenamiento, fuerzas especiales e ideólogos de EEUU llegaron a Colombia con el fin de desarrollar operaciones militares y paramilitares terroristas – cuyo objetivo principal es penetrar y diezmar a la oposición política y a los movimientos sociales, y asesinar activistas y líderes sociales. Con el respaldo de EEUU, Álvaro Uribe Velez,  destacado narcotraficante y quien es la personificación del vasallo imperial más despiadado, se convirtió en el presidente de la 'democracia de los escuadrones de la muerte.'

El presidente Uribe militarizó aún más la sociedad colombiana, atacó severamente a los movimientos de la sociedad civil y aplastó cualquier posibilidad de un resurgimiento popular democrático, tal como estaba ocurriendo en el resto de América Latina. Miles de activistas, sindicalistas, activistas de derechos humanos y campesinos fueron asesinados, torturados y encarcelados.

El 'sistema colombiano ' combina el uso sistemático del paramilitarismo (escuadrones de la muerte) para atacar a sindicatos locales y regionales y a la oposición campesina, con la tecnificación e incremento del pie de fuerza militar (más de 300.000 soldados) para combatir a la insurgencia popular y 'limpiar el campo' de los simpatizantes rebeldes.  El multimillonario e inmenso negocio de tráfico de drogas y de lavado de dinero constituyeron el 'pegamento financiero ' que consolidó las relaciones entre los oligarcas, políticos, banqueros y asesores de contrainsurgencia estadounidenses – creando un estado policía aterrorizador y de alta tecnología en las fronteras con Venezuela, Ecuador y Brasil - países con presencia de importantes movimientos populares.

La misma maquinaria de terror estatal que ha diezmado sistemáticamente a los movimientos sociales que exigen una verdadera democracia, ha protegido, promovido y participado en 'elecciones manipuladas'  lo cual le imprime a Colombia el sello de ser una "democracia de los escuadrones de la muerte."

Las elecciones se celebran bajo un inmenso despliegue militar, del cual hacen parte escuadrones de la muerte y narcotraficantes que se desplazan a ciudades y pueblos a intimidar, aterrorizar y corromper al electorado. La única manera segura de protestar en esta atmósfera represiva es la abstención. Los resultados electorales son siempre conocidos con anticipación: los oligarcas nunca pierden en las democracias de escuadrones de la muerte, son los vasallos más fieles del imperio.

Los efectos acumulativos de la larga y sangrienta década y media de aniquilación de la sociedad civil colombiana por parte de los presidentes Uribe y su sucesor Santos, se evidencian en la eliminación o debilitamiento de cualquier forma de oposición democrática. Washington ha alcanzado su ideal: un estado vasallo estable; un estamento militar fortalecido y obediente; una oligarquía estrechamente relacionada con las elites corporativas norteamericanas; y un sistema 'electoral' estrictamente controlado que no permite la elección de un verdadero opositor.

Las elecciones de marzo de 2014 en Colombia ilustran con toda claridad el éxito de la intervención estratégica de Estados Unidos en colaboración con la oligarquía local: la gran mayoría del electorado (dos tercios) se abstuvieron, lo cual demuestra que el proceso electoral no tiene legitimidad para los votantes. Entre los que 'votaron,' 10% sufragaron votos nulos o votaron en blanco. La votación abstencionista y de votos nulos fue especialmente alta en regiones rurales y áreas de clase obrera que han sido objeto del terrorismo de estado.

Debido a la intensa represión, los votantes vieron que ningún partido genuino de oposición tenía alguna posibilidad y por eso se negaron a legitimar el proceso. El 30% que votó son en su mayoría habitantes de ciudades, de clases medias y altas, y residentes de algunas zonas rurales completamente controladas por narcoterroristas y militares donde 'votar' pudo haber sido 'obligatorio'. De un total de 32 millones de electores, 18 millones se abstuvieron y otros 2,3 millones sufragaron tarjetones nulos. Las dos coaliciones dominantes de la oligarquía, lideradas por el Presidente Santos y el ex Presidente Uribe, recibieron sólo 2.2 millones y 2.05 millones de votos respectivamente, una fracción pequeña comparada con el total de votantes. En esta farsa electoral, los candidatos de partidos de centro-izquierda y de izquierda obtuvieron resultados pírricos. El sistema electoral colombiano pone un velo de propaganda a un estado vasallo peligroso y altamente militarizado, cuya misión es desempeñar un papel estratégico en los planes estadounidenses para la "reconquista" de América Latina.

Dos décadas de terror sistemático, financiado por un programa de militarización de 6 billones de dólares, ha garantizado que Washington no tenga ninguna oposición sustancial ni en el congreso ni en el palacio presidencial en Bogotá. Este es el 'olor amargo, teñido de pólvora’ del éxito que alardean las autoridades de Estados Unidos: la violencia es la comadrona del estado vasallo. Colombia se ha convertido en el bastión para el desarrollo de un bloque comercial y una alianza militar centrados en EEUU cuyo propósito es debilitar alianzas regionales Bolivarianas promovidas por Venezuela, como la ALBA y Petro Caribe; así como atentar contra la seguridad nacional de Venezuela. El gobierno de Colombia seguirá tratando de influir en los regímenes de derecha y de centro-izquierda del vecindario empujándolos a abrazar al imperio en contra de Venezuela.

Conclusión

La organización de subversión a gran escala en Ucrania y Colombia, así como la financiación de organizaciones paramilitares y de la sociedad civil (ONGs) le ha permitido a Washington: (1) construir aliados estratégicos, (2) fortalecer lazos con oligarcas, políticos obedientes y con matones paramilitares, y (3) aplicar terrorismo político para la toma del poder estatal. Los planificadores imperiales han creado así "Estados modelo" — desprovistos de opositores consecuentes y abiertos a elecciones manipuladas entre políticos rivales vasallos.

Golpes de estado y juntas de gobierno, orquestados por testaferros  políticos,  y estados altamente militarizados gobernados por ' ejecutivos de escuadrones de la muerte ' son legitimados por sistemas electorales diseñados para ampliar y fortalecer el poder imperial.

Haciendo imposible la existencia de verdaderos procesos democráticos y el logro de reformas populares por la vía pacifica, y mediante el derrocamiento de gobiernos  independientes y elegidos democráticamente, Washington está haciendo que las guerras y los levantamientos violentos sean inevitables.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Diálogos de Paz o Plan para Escalamiento y Externalizacion de la Guerra?

Lamentamos aguarles las celebraciones derivadas de los anuncios del gobierno de que va a iniciar diálogos con la guerrilla encaminados al logro de la paz, pero el anuncio per se y lo que sigue no es sino el preámbulo de lo que será la versión 2 del Plan Colombia (engendro del proceso fallido del Caguan); esto es un segundo plan de guerra, pero esta vez mas abierta, extensa, aterrorizadora y deshumanizada que la guerra padecida hasta ahora por la gran mayoría de colombianos.

El pronostico no es producto de simple pesimismo o de desconfianza en la voluntad de las partes. Se trata de abrir los ojos a la realidad sin temor y analizar los hechos y circunstancias históricas que han enmarcado la vida política de Colombia y en particular procesos anteriores de negociaciones de paz.

La situación endémica de pobreza, violencia y el conflicto interno que vive el país constituyen (y han constituido) el escenario perfecto para que los déspotas, criminales y las mafias empresariales y políticas de derecha se enquisten en el poder e introduzcan políticas represivas que garantizan la continuidad de practicas de gobierno que son propias de regímenes fascistas/dictatoriales. Pero esa continuidad no sería sostenible en el largo plazo si no fuera por el poder político, militar y económico que les brinda el gobierno de los EEUU, los bancos internacionales que controlan; y por supuesto, sus multinacionales, incluyendo las que le venden al gobierno las armas y equipos de guerra.

De donde acá entonces tenemos que creer que el guiño que supuestamente le dio Obama a Santos para el inicio de diálogos de paz con la guerrilla son genuinos. No obstante los fracasos de su guerra en Irak y la que aun mantiene en Afganistán, el gobierno de EEUU esta adelantando planes para agudizar y extender sus guerras no solo en los países musulmanes sino en la inmensa región que se conoce como Eurasia (Europa y Asia) y que cubre países como China y los que se conocen como paises post Unión Soviética.

De donde acá entonces el interés de Obama en que en su patio trasero haya paz y prosperidad para todos. Mas aun cuando varios países de ese patio trasero han recuperado su soberanía y se han liberado de su dominación y explotación económica.

Causa sospecha también que Obama haya aceptado así no mas que el presidente Chávez intervenga en el proceso en calidad de algo así como "facilitador".  El mismo presidente al que el gobierno gringo bajo la administración de Bush ayudó a derrocar temporalmente, y al que altos funcionarios cercanos a Obama continúan estigmatizando y atacando, acusándolo incluso de narcotraficante, dictador, corrupto y protector/financiador de las FARC; todas por supuesto, artimañas tendientes a desestabilizar el gobierno de Venezuela, crear caos social y el escenario político para instalar nuevamente a un presidente vasallo, servil a sus designios. 

Porque entonces creer que las intenciones del gobierno de Santos de transformar el país son intenciones genuinas; y aun si lo fueran, a él también se lo llevarán por delante (terminara como Pastrana). Y es que cuando se habla de paz se tiene que hablar de una transformación total de Colombia. O acaso se espera que el fin de la guerrilla (por los medios que sea) conllevará automáticamente el fin de la violencia, de la desigualdad e injusticia social; la recuperación de la soberanía y control total del territorio colombiano, su economía, sus recursos naturales y energéticos?   

Cuando entenderán los colombianos que las causas de la miseria, desigualdad y violencia que ha azotado al país no son la guerrilla, ni el narcotráfico, ni siquiera los paramilitares. La única y real causa son los EEUU. Las mafias politicas y empresariales, la guerrilla, el narcotráfico y los paramilitares son hijos, engendros si los quieren llamar así, de la injerencia perversa y dominación que ejercen los EEUU sobre el país; de sus políticas expansionistas, colonialistas, imperialistas; que en lenguaje llano significan: “explotación económica”, la cual se da a través de la explotación/saqueo de los recursos naturales, energéticos y minerales; posesión y control territorial mediante la instalación de bases militares (o uso a sus anchas de las existentes en el país); el control y monopolio de los mercados, incluido el abastecimiento de alimentos y equipos industriales y tecnológicos; el control de la infraestructura de transporte y de servicios públicos (a través de privatizaciones presionadas por los bancos internacionales que controla), etc., etc.

Porque entonces creer que el gobierno de EEUU promoverá y apoyará (o permitirá que tenga éxito) un proceso de paz en Colombia?.

Porque creer que el gobierno de los EEUU y sus multinacionales renunciarán así porque si a todos los privilegios antes mencionados y que han gozado durante ya casi un siglo y sin interrupciones?

Porque renunciar al control económico y geopolítico de un país ubicado estratégicamente en la región, mas ahora que teme que los gobiernos vecinos independientes y soberanos pueden extender su influencia no solo a Colombia sino a los otros países de Centro y Sur América en los que aun sostienen gobernantes vasallos? 

No nos hagamos ilusiones; por el contrario, preparémonos para un escalamiento agudo y devastador de la guerra. Dicen que en este proceso de negociaciones no habrá despeje. Algunos pensarán entonces que de qué manera manipularán a la opinión publica nacional e internacional para justificar el rompimiento de las negociaciones echándoles toda la culpa a las FARC como lo hicieron en el Caguan.

La respuesta es sencilla y evidente: con terrorismo. Preparémonos para un escalamiento de atentados terroristas, tipo autoatentado de Londoño, autoatentados burros bomba de Uribe en Campaña, autoatentados con carros bomba en instalaciones militares, etc., pero esta vez dirigidos a la población civil y con cientos de víctimas inocentes.  Y como tampoco habrá tregua durante las negociaciones todos estos actos terroristas se los achacarán a la guerrilla. No valdrá que la guerrilla lo niegue enfáticamente y con pruebas; las fuerzas poderosas autoras de los actos terroristas responderán como siempre: que a los “terroristas” de las FARC no hay que creerles nada, que igual mintieron en el proceso del Caguan, etc.; y además tienen a su servicio todos los medios masivos para magnificar y repetir la propaganda y nuevas campañas de satanización y desprestigio de las FARC. Al final, tendrán el terreno abonado para introducir su nuevo, renovado, fortalecido plan de guerra y de control del país: incremento de militares y mercenarios gringos, bombardeos con drones, resurrección de las bases militares gringas,……

Todo esto lo manipularan también para hacerle creer a la opinión pública que Uribe tenia razón al criticar y oponerse al plan de paz de Santos. Y no se sorprendan si el aparente fracaso de las negociaciones se aprovecha como escenario político para impedir la re elección de Santos y re elegir a Uribe o al secuaz más confiable que él y los gringos designen; lo cual le permitiría cumplir su sueño: bombardear a Venezuela!! (Y a Ecuador, a Bolivia, a Nicaragua,…)

Ojala este equivocado!!

sábado, 7 de julio de 2012

La personificación de todos los males de Colombia y su peor imagen es el mismo Uribe no lo que el diga en el exterior


La ingenuidad y/o borreguísimo de los colombianos parece no tener limites. En los días recientes, el narco ex presidente Uribe los tiene de nuevo concentrados hablando de todo cuanto hace o cuanta barrabasada dice. Su mas reciente show ocurrió con motivo del homenaje al fascista y nefasto ex ministro de Justicia Fernando Londoño, evento en el que el narcoparauribismo también lanzó un nuevo frente político denominado "frente contra el terrorismo", el cual aparentemente se constituye en el movimiento político de oposición al gobierno de Santos, mas específicamente, a su re elección.

Pero no es sobre este encuentro de borregos, politiqueros y mafiosos de la extrema derecha el motivo de este articulo. Los siguientes links proveen suficiente recuento de los patéticos discursos y del espectáculo que disfrutaron los borregos e idiotas que pagaron los $100.000 que costaba la boleta de entrada.



Lo que realmente motiva este articulo es la cadena de habladurías y noticias periodísticas que desencadenaron las declaraciones de Santos sobre las noticias negativas que, según un estudio contratado por la presidencia, genera el narco ex presidente en el exterior. Cabe anotar primero que lo negativo que anda difundiendo el narco ex presidente es sobre el gobierno de Santos, en particular sobre su supuesta debilidad en la guerra contra la guerrilla, en el manejo de la seguridad, la economía, y en general la estabilidad del país; comentarios que si bien podrán generar una imagen negativa en la figura del presidente Santos y su administración, no necesariamente repercutirá en la imagen del país, que de hecho no puede estar mas deteriorada.

Y  es aquí donde han entrado a jugar su papel manipulador los medios serviles al régimen y el propio Santos, presentando las criticas de Uribe en el exterior como dañinas para la nación, cuando en realidad lo que cualquier ciudadano, mínimamente consciente de lo que representa Uribe, puede inferir es que esas criticas van dirigidas directamente a Santos y, mas específicamente, a torpedear su re elección y a crear el escenario político para justificar el regreso a la presidencia del mismo Uribe o de uno de sus sirvientes.

La imagen del país, en todos sus aspectos, no necesita que el narco ex presidente la dañe. De hecho, el mismo es la personificación mas aberrante de la mala imagen de Colombia en el exterior y de todos los males que aquejan al pueblo colombiano, y que durante su mandato alcanzaron niveles nunca sospechados.

El resultado de la torpe manipulación de la noticia no solo deja mal parado a Santos, sino que ayuda a re encauchar la popularidad de Uribe pues lo presenta como un gran patriota que sigue preocupado por el bienestar y prosperidad del país.

Con esa manipulación lo que logran es desviar la atención de lo que realmente representa la mala imagen del país, deteriorada día tras día a causa de las múltiples malas e insólitas noticias que circulan por todo el mundo y de forma instantánea por los medios electrónicos y redes sociales. La preocupación de Santos y de una gran mayoría de ingenuos colombianos en el sentido de que la imagen del país se afecta mas porque Uribe o cualquier otro colombiano hable mal de país en el exterior es por decir lo menos patética.

Los extranjeros conocen la realidad del país mas que los mismos colombianos. De hecho, para la inmensa mayoría de extranjeros, la mala imagen del país no es la que se deriva de las incoherencias y cínicas declaraciones de Uribe en cuanto evento publico participa como invitado. Por el contrario, la gente en el exterior (incluidos algunos de los colombianos que han tenido que salir del país y que han despertado de su aletargamiento mental) lo ven a El (a Uribe) como la personificación mas genuina de todos los hechos aberrantes que ocurren en el país y consecuentemente de su mala imagen internacional.  Eso no quiere decir que el país era visto como un paraíso antes de la nefasta era de Uribe.

Para el mundo exterior es evidente que durante los 8 anos del gobierno  de Uribe los hechos negativos que ensombrecían la imagen de Colombia alcanzaron limites insospechados. Empezando con la llegada de Uribe a la presidencia, porque si antes de El, el estado en conjunto estaba ya manchado por el hecho de que dineros del narcotráfico habían penetrado los círculos políticos, e incluso financiado la candidatura de Samper, para la gran mayoría de la comunidad internacional es claro que en el 2002 el narcotráfico no solo ese tomo el poder ejecutivo sino la mayor parte del legislativo. Es decir, se consolido un Narco Estado!!

Y lo que prosiguió, y que todo el mundo conoce, no tiene antecedentes. Escalamiento escandaloso de las ejecuciones extrajudiciales, de las masacres, de las amenazas y asesinatos de líderes sindicales, defensores de derechos humanos, profesores, periodistas independientes, etc., etc. Para no mencionar la desbordada corrupción y saqueo de los fondos públicos de todas las instituciones del estado, la impunidad rampante, la agudización del conflicto como consecuencia de una guerra indistinguible sobre si era contra la guerrilla o contra el pueblo, la mutación del monstruo del narco paramilitarismo; y la entrega sin contraprestación (salvo para los pocos que aprobaron las leyes y firmaron los contratos) de la soberanía y recursos naturales a las multinacionales (los inversionistas extranjeros), para mencionar solo lo mas relevante que en el exterior se conoce.

En conclusión, la respuesta de Santos tratando de involucrar a todo el país como victima de los ataques de Uribe es torpe y contraproducente. Las criticas y declaraciones cínicas que hace Uribe en el exterior contra el gobierno de Santos tienen un objetivo único: presentar a Santos como un gobierno títere no confiable plenamente frente a los poderes internacionales que tienen grandes intereses geopolíticos y económicos en el país; esto es, sembrar desconfianza dentro de esos poderes en el sentido de que quien eligieron como su sucesor NO les esta garantizando la protección de esos intereses. Si logra esto, Uribe tendrá garantizado su regreso a la presidencia, bien personalmente, o por intermedio de un testaferro servil a sus propósitos y a los de sus amos.

La prueba es una de las criticas que mas repite  el narco ex presidente: el re establecimiento de las relaciones políticas y comerciales con Venezuela. Hecho que distorsiona presentándolo como acto de sumisión de Santos hacia Chávez; lo cual utiliza artificiosamente para hacer toda clase de patéticas abstracciones mentales: que el socialismo de Chávez se tomara el poder en Colombia y se extenderá a toda la región, que las inversiones y empresas extranjeras serán nacionalizadas; que como consecuencia del marco para la paz, Timochenko será el próximo presidente de Colombia; que el “terrorismo” de las FARC, apoyado por el frente Cuba-Venezuela, ahuyentara la inversión extranjera; que el narcotráfico se multiplicara, bla, bla, bla….


Update:


Según refiere la "gran prensa" nacional el nombre oficial del nuevo partido politico engendrado con ocasión del homenaje al fascista Fernando Londono se denominara "Puro Centro Democratico" (PCD). Como es natural, todo los engendros del narcoparauribismo tienen un doble significado y propósito; el doble por supuesto es el que siempre refleja lo que realmente son y representan: PCD = Partido  de Paracos, Camorreros y Delincuentes.

martes, 20 de marzo de 2012

La muerte de los 11 humildes soldados en Arauca – error militar o estrategia para agudizar el conflicto interno?


Mientras 11 familias lloran a sus hijos, el gobierno de los EEUU y el narcoparauribismo celebran el reciente ataque de las FARC en Arauca en el que murieron 11 humildes soldados del ejército.

Al aturdimiento de muchos colombianos, empezando por supuesto por el propio ejército, se suman las mafias políticas que no pierden oportunidad para reclamar el regreso al poder del narcoparauribismo.

Para el gobierno de EEUU por su parte, nada más conveniente y oportuno. Cada vez que hay un enfrentamiento con las FARC con saldo de soldados o civiles muertos, los aturdidos colombianos y los que promueven y se benefician de la guerra, claman también por un aumento del apoyo militar por parte de EEUU. 

En contraste con la situación de guerra que vive Uganda, la que en días recientes ha sido expuesta a través de un video manipulado (Kony 2012) pidiendo la intervención  militar de EEUU, en Colombia son las elites y mafias políticas y económicas, y una gran mayoría de colombianos, quienes abiertamente piden más intervención militar gringa a través de los micrófonos que premeditadamente les abren los medios de comunicación serviles al gobierno y a sus patrones extranjeros.

No causaría sorpresa entonces que a raíz de los recientes ataques de las FARC, una de las decisiones del gobierno (abierta o encubierta) sea el reforzamiento de las fuerzas en combate con efectivos del ejército estadounidense, los que se sumarian a los más de 600 marines y 800 mercenarios que ya combaten hombro a hombro con el ejército colombiano.

Tampoco sorprendería que la expansión de las bases militares gringas vuelva a ser tema de la agenda del gobierno. Aunque hay que aclarar que si bien el proyecto de las 7 nuevas bases militares no se concretó en lo que tiene que ver con su rehabilitación y expansión física para permitir el despliegue de equipos y aviones gringos, en la práctica los mas de 1400 efectivos, entre militares y mercenarios gringos, operan a sus anchas desde todas las bases militares del país.

La conmoción (o manipulación de la conmoción) también servirá para aprobar unánime y más rápidamente la reforma/fortalecimiento del fuero militar pues cada baja que sufre el ejercito es justificada con el argumento endeble de que los soldados no pueden disparar porque temen ser juzgados por violaciones de derechos humanos. No importa que la realidad muestre que esos soldados no pueden disparar pero porque no han sido entrenados adecuadamente. El caso de los 11 soldados muertos en Arauca es revelador.  Eran unos reclutas sin ninguna experiencia en combate. Luego de escasos 3 meses de entrenamiento, habían salido de permiso a visitar a sus familias, y luego de retornar a sus batallones, los enviaron inmediatamente a las zonas de combate.


Algunos dirán que el incidente representa una vergüenza para un ejercito que se presenta como el más profesional y experimentado del mundo en lucha contrainsurgencia.

 Aunque no es absurdo pensar también que despliegues militares tan  improvisados como el de Arauca sean planeados a propósito. No es sino recordar las bombas puestas por el propio ejército en algunas de sus jurisdicciones, los auto atentados contra el narco ex presidente Uribe en sus correrías de campana, los burros bomba, etc. Al fin y al cabo quienes caen en esas redadas o combates con las FARC no son los hijos de las mafias políticas y económicas, ni generales del ejército, sino humildes campesinos que se ven forzados a prestar el servicio militar para obtener un documento que lo han convertido en requisito esencial para conseguir un trabajo, así sea de vendedores de dulces en los buses o en los semáforos.

Si los señores de la guerra han logrado mantener el conflicto interno por más de 50 anos, que más da sacrificar a unos cuantos miserables colombianos, especialmente ahora que el negocio de la guerra se ha vuelto más rentable.

La prueba es el cinismo de Santos cuando frente al ofrecimiento hecho por gobiernos vecinos para ayudar a alcanzar la paz mediante un proceso de negociación política, su respuesta contundente es que “el conflicto interno que vive Colombia lo resolveremos los colombianos solos”,…….no importa su vergonzosa contradicción al aceptar, promover e intensificar la intervención militar gringa; “ayuda” que los hechos demuestran ha degradado aun más el conflicto; eso sí con grandes beneficios políticos, económicos y geoestratégicos para EEUU.


Actualizacion Marzo 29, 2012


Deciamos en parrafos anteriores que los recientes golpes de las FARC a las fuerzas militares oficiales daran lugar a una expansion de la presencia militar norteamericana en territorio nacional, y no solamente como asesores sino como actores directos en el frente de batalla. Nada nuevo, solo que en esta ocasion la estrategia de guerra contra la guerrilla ha sido diseñada directamente por el Comando Sur del ejercito de EEUU, tal como lo han divulgado distintos medios internacionales


De modo que la noticia nueva no es el fortalecimiento del apoyo militar gringo sino el desparpajo y descaro con que el gobierno de Santos admite que militares y mercenarios extranjeros participan directamente en combates contra la guerrilla, que como se sabe son tambien en contra de la población civil asentada en las zonas bombardeadas. Seguramente  Santos calculará que con los militares y mercenarios gringos en el frente de ataque ya no tendra que preocuparse por proteger a sus soldados de las acusaciones por los crímenes y violaciones de derechos humanos que cometan en esta nueva etapa de escalamiento de la guerra. Para continuar el trabajo sucio en contra de la población (el terrorismo de estado) ya no solo cuenta con su ejercito de paramilitares sino con mercenarios gringos que gozan de total inmunidad judicial.  

domingo, 26 de febrero de 2012

Desenmascarando el mito del Plan Colombia – Sobre como la repudiable guerra de EEUU contra las drogas no ha traído sino muerte y terror a Colombia


Algunos colombianos celebran hoy el anuncio de las FARC de liberar a todos los rehenes y dar por terminada la practica del secuestro, lo cual lo interpretan como un gesto concreto para iniciar negociaciones de paz con el gobierno de Santos.

Pero mas se demoraron en digerir completamente el anuncio de las FARC que el presidente Santos en salirles al paso declarando que “es un paso importante pero no suficiente”.  Traducción: no habrá paz ni justicia social hasta cuando él y los gobiernos que le sucedan hayan entregado la ultima gota de hidrocarburos, la ultima onza de recursos minerales, el ultimo metro de territorio,…. a los gobiernos y capitales extranjeros encabezados por los EEUU.

Lo cual también equivale a afirmar: no pararemos la guerra y el terrorismo de estado sino hasta cuando no hayan mas indígenas y campesinos que masacrar y desterrar de sus tierras; mas sindicalistas, disidentes políticos, defensores de derechos humanos y periodistas independientes que desaparecer y ejecutar extrajudicialmente; mas pobres que empobrecer aun mas…

Es decir, para Santos, para las oligarquías políticas y económicas que lo sostienen, y para las fuerzas extranjeras que lo protegen, la paz en Colombia solo será posible cuando ya no haya prácticamente ni país, ni nación, ni gente que oprimir y masacrar.  O tal vez si, cuando lo que quede sea un país desolado, donde solo habiten zombis……Y por supuesto, los victimarios que seguirán disfrutando de todas sus riquezas y totalmente impunes.

La guerra, las masacres, la muerte y el terror que el gobierno de Colombia, con total apoyo de EEUU, infringe sobre los colombianos, con el pretexto de la guerra contra las drogas, es precisamente el tema de un libro recientemente publicado por Monthly Review Press y cuyo mejor análisis y revisión los hizo un reconocido defensor de derechos humanos y laborales, el abogado estadounidense Daniel Kovalik, quien es además el abogado senior del Sindicato de Trabajadores del Industria de Acero de EEUU.

El articulo completo publicado originalmente en el portal de noticias Huffington Post lo reproducimos a continuación, traducido al Español:

La Guerra de Estados Unidos por las Drogas y  de Terror en Colombia
Por Dan Kovalik, Huffington Post
Publicado el 16 de Febrero, 2012
Acabo de tener el placer de leer un importante libro titulado, Cocaína, Escuadrones de Muerte y La Guerra Contra El Terror (El Imperialismo de EEUU y la lucha de Clases en Colombia). Los autores de este libro, que tomo diez años en publicarse, son Oliver Villar y Drew Cottle y es publicado por el Monthly Review. La premisa del libro es que a pesar de que Estados Unidos declara que su guerra en Colombia es contra las drogas, en realidad esta involucrado en una guerra contrainsurgente con los guerrilleros de las FARC – una guerra cuyo fin no es, para nada, erradicar el cultivo de coca ni la producción de cocaína en Colombia.
Por el contrario, los esfuerzos de guerra de Estados Unidos (los cuales han costado mas de 7.000 millones de dólares a los contribuyentes de EEUU desde el 2000) están diseñados para asegurar que sus aliados en Colombia—que son el estado Colombiano, los paramilitares y las elites pudientes que favorecen los intereses económicos de Estados Unidos y sus planes de explotar los extensos recursos de Colombia – sean capaces de monopolizar el trafico de drogas que es tan critico para su supervivencia.       
Esta tesis es muy bien expuesta en el preambulo de Peter Dale Scott:

La Agencia Central de Inteligencia (Central Intelligence Agency, CIA) puede (y en cierta forma lo hace) dirigir sus esfuerzos a la captura y eliminación de ciertos grandes traficantes Colombianos.  Esas capturas no han disminuido la actual entrada de cocaína a los Estados Unidos, por el contrario, alcanzo un nuevo récord en el 2000. Lo que han hecho es institucionalizar la relación de la aplicación de la ley a los carteles rivales y contribuir visiblemente con el aumento de la violencia de los carteles urbanos. El verdadero propósito de la mayoría de estas campañas, como el actual Plan Colombia, no ha sido el desesperado objetivo de la erradicación.  Este ha sido alterar la participación en el mercado: poner en la mira a enemigos específicos y así asegurar que el trafico de drogas se mantenga bajo el control de traficantes aliados con el aparato de seguridad del estado Colombiano y/o la CIA. Esto confirma que el análisis que hacia el Senador investigador Jack Blum hace una década en el sentido de que América, en lugar de dar la batalla contra la conspiración de narcóticos, de una manera sutil…… se ha convertido en parte de la conspiración.

Al comienzo estas declaraciones pueden parecer descabelladas, pero los autores colocan esto en contexto al recordarle al lector la historia de los esfuerzos por la guerra de los Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial, muchas de las cuales han sido financiadas, al menos en parte, mediante alianzas con traficantes de drogas. La letanía de esto es una muy larga, el OSS (el predecesor de la CIA) que hizo un alianza estratégica con las mafias de Sicilia y Corsica después de la Segunda Guerra Mundial para prevenir posibles insurrecciones comunistas en Europa y para destruir sindicatos de izquierda; la CIA cuando ayudó a los Kuomintang con sus operaciones de tráfico de opio para financiar esfuerzos conjuntos anti-comunistas en Asia; el propio trafico de opio de la CIA en Laos, Burma y Tailandia para a ayudar a financiar los esfuerzos de contra-insurgencia en el Sudeste de Asia; el apoyo de la CIA a “los traficantes principales de opio en Afganistán, los rebeldes Muyahidines anti-comunistas en Afganistán” en sus acciones contra el gobierno pro-soviético en Afganistán, que finalmente conduce a que Afganistán se convierta en uno de los mayores proveedores de opio en el mundo (condición que se interrumpió brevemente solo cuando estuvo bajo el control de los talibanes); y la administración de Reagan que financió a los Contras de Nicaragua (aun después de que dicha financiación fuera declarada ilegal por el Congreso), entre otras cosas, por las operaciones de trafico de cocaína.
El libro cita el Programa de las Naciones Unidas para el Control de la Droga (United Nations Drug Control Program, UNDCP) el cual concluye que hoy “las instituciones mas grandes del comercio de cocaína en el mundo son los ejércitos de Burma, Pakistán, México, Perú y Colombia – “todos armados y entrenados por la inteligencia militar de Estados Unidos en nombre de los esfuerzos anti drogas.”  En el caso de Colombia, mientras que los Estados Unidos, para justificar su programa masivo de contra-insurgencia, señala a las FARC como “narco-terroristas”, este titulo es mas apropiado pero para el estado Colombiano y sus aliados paramilitares.
En efecto, el ex presidente Colombiano Álvaro Uribe, quien ha sido la persona favorita de las administraciones de Bush y Obama, la Agencia de Inteligencia de Defensa de los Estados Unidos lo ubicaba como el número “82 en la lista de los 104 mas importantes narco-traficantes contratados por los carteles de narcóticos colombianos…”
Como bien lo explica el libro, la propia agencia de lucha contra las Drogas de Estados Unidos (Drug Enforcement Agency, DEA) a concluido que “la participación de las FARC en el comercio de drogas se da principalmente a través de impuestos a la coca, lo cual no implica que la produzcan, ni participen en el trafico, ni en su transporte”.  Tal como lo menciona la UNDCP, algunos frentes de las FARC ni siquiera están involucrados en la imposición de impuestos a la coca, incluso otros frentes “hasta les piden a los agricultores que no siembren coca”. En términos de trafico real de narcóticos, son los amigos de Estados Unidos quienes en gran parte son los responsables del negocio. Por lo tanto, como el libro lo señala, citando el Consejo de Asuntos Hemisféricos, si bien “no hay evidencia de la participación de las FARC en el narcotráfico”, si hay en efecto “un extenso trafico de drogas hacia Estados Unidos por parte de grupos paramilitares en asocio con poderosos capos, las fuerzas armadas (financiadas por Estados Unidos), reconocidas figuras financieras y burócratas de alto nivel”.  No obstante, la guerra de Estados Unidos en Colombia esta dirigida a destruir a las FARC, y en la medida que esta orientada a la erradicación manual de cultivos de coca, esta erradicación se lleva a cabo casi exclusivamente en zonas que están bajo el control de las FARC, sin tocar a los mayores traficantes.
En cuanto a los escuadrones de la muerte de paramilitares, los cuales llevan a cabo la gran mayoría de sus actos terroristas contra objetivos civiles en Colombia, si bien Estados Unidos los ha designado ciertamente como “terroristas,” estos paramilitares son parte integral de sus esfuerzos para derrotar a la insurgencia guerrillera y a cualquier resistencia pacifica que atente contra los intereses del imperio de EEUU.
Apenas esta semana, el líder paramilitar Salvatore Mancuso, actualmente encarcelado, refiriéndose a la interconexión  de los paramilitares con el estado Colombiano, declaro: “ Nosotros [los paramilitares] nos comprometimos con las elecciones de senadores y representantes a la cámara, lo cual nos permitió tener tanto poder que hasta pudimos influenciar las elecciones presidenciales.. .. Todo esto [fue] con miras a ganar poder político en las regiones para consolidar nuestra posición como un estado de facto.”
Dado que los paramilitares se han convertido en el Estado Colombiano, Estados Unidos, que apoya ese estado, no solo tolera el trafico de drogas sino su terrorismo. Y que terrorismo el que es.
Citando a la periodista Colombiana de investigación Azalea Robles, el libro refiere además que 250,000 colombianos civiles han sido “desaparecidos” en las ultimas dos décadas en Colombia, haciendo ver pequeñas las “desapariciones” llevadas a cabo (por cierto también con el apoyo de EE.UU.) por las juntas fascistas de Argentina, Chile y Uruguay en los 70s.  Según Robles, estas desapariciones han sido “sistemáticamente reducidas” (es decir, ocultadas) mediante fosas comunes como la que fue descubierta en el Meta en el 2009, e incluso con hornos crematorios.
El asesinato y “desaparición” de tan inmenso numero de personas es un elemento esencial de la política de EE.UU.—famosamente usada en Vietnam, El Salvador y Guatemala– para “drenar el mar [la población civil] y así matar los peces [los insurgentes]” quienes representan un impedimento permanente frente a los planes de Estados Unidos de sobre explotar los recursos naturales de Colombia. Y la perspectiva de Estados Unidos es que, si esta política también nos obliga a colaborar e incluso a proteger las fuerzas que están profundamente involucradas en el comercio de la droga, pues eso también es aceptable.
En el entretanto, EE.UU. continúa llevando a cabo una política de dos caras en el interés de una "guerra contra las drogas y una guerra contra el terror".  Pero como el libro concluye correctamente, esa guerra es de hecho, "una guerra por las drogas y una guerra de terror."

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