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domingo, 26 de junio de 2016

Y los mecanismos de verificación de los compromisos del gobierno en el acuerdo del fin del conflicto?

Aun después de conocido el contenido total del acuerdo de fin del conflicto, desmovilización y entrega de armas firmado el pasado 23 de Junio entre el gobierno y las FARC, quedan aún muchos interrogantes que, sobre todo el gobierno, debe aclarar.

El primer gran interrogante es, por que no todos los compromisos acordados serán objeto de monitoreo y verificación por parte de la comisión de la ONU?.  Acaso solo los compromisos que comprometen a las FARC?....... 

1.-  Desmovilización de todos sus combatientes y reubicación en las 23 veredas y 8 campamentos;

2.-  Cumplimiento del cese al fuego, permanencia pacífica de los ex guerrilleros en esas zonas, es decir, en convivencia con las comunidades locales;

3.-  Entrega de todas las armas al término del periodo acordado.

Si es por lo que difunden/interpretan todos los medios de comunicación, opinadores de todas las vertientes políticas, e incluso por declaraciones del propio gobierno y de representantes de la ONU, pareciera que solo los compromisos de las FARC estarán bajo la lupa de la comisión de vigilancia y monitoreo internacional liderada por la ONU.

Acaso de un acuerdo entre dos partes no se derivan compromisos que deben cumplir las dos partes?. Como, quien monitoreara y verificara los compromisos que debe cumplir el gobierno y el estado en conjunto?......

1.-  El desmantelamiento definitivo y judicialización de las organizaciones paramilitares y bandas criminales;

2.-  Garantizar la seguridad e integridad personal de los guerrilleros desmovilizados y la convivencia con las comunidades que habitan las veredas y áreas aledañas a los campamentos de reubicación durante el periodo acordado para la desmovilización y entrega de armas;

3.-  Garantizar la seguridad e integridad personal de los guerrilleros desmovilizados una vez cumplido el periodo para el desarme y fuera de las zonas de ubicacion temporales.   

Cualquiera que se tome el trabajo de revisar todos los artículos y discusiones en medios de comunicación, encontrará que el énfasis es si las FARC, una vez ubicadas en las 23 "zonas de concentración", cumpliran con el cese al fuego y la entrega de armas en el término acordado. 

Los siguientes son apenas algunos ejemplos de lo que han enfatizado los medios de comunicación y funcionarios tanto del gobierno como de la ONU, con posterioridad a la firma del acuerdo el 23 de Junio:

"Se trata de un asunto trascendental para el proceso de paz, no sólo porque representa una prueba de fuego en la que se medirá la disposición real de las Farc para abandonar la guerra e iniciar el tránsito a la vida civil, sino también porque Naciones Unidas se la jugará a fondo coordinando un dispositivo sin antecedentes en el mundo" (El Espectador - La verificación, clave para el fin del conflicto)

"...desde el momento en que se firme el acuerdo final y comience el cese el fuego bilateral y definitivo las Farc no solo tienen que cesar su actividad militar sino que tienen que cesar toda actividad ilícita, por ejemplo de financiación de esa organización" (Sergio Jaramillo, delegado del gobierno, en entrevista con El Colombiano).


"Al decretarse el cese del fuego y de hostilidades, las Farc se están comprometiendo a no agredir a la población civil y a no cometer delitos, ese es el gran valor unilateral. Los que amenacen están violando el cese del fuego" (Ministro de Defensa, en entrevista con El Tiempo).

Ni una frase, ni siquiera una pregunta sobre si todos los desmovilizados al final del periodo de 180 días tendrán tranquilidad, libertad y garantías de seguridad para salir de esas zonas y desplazarse a donde quieran, sin temor de ser asesinados como ocurrió con miles de militantes de la Unión Patriótica.

Ni una pregunta sobre qué destino tendrán las armas que se les quitaran a las organizaciones paramilitares si es que realmente el gobierno va a cumplir con el compromiso de desmontarlas y judicializarlas. Ni un comentario sobre qué organismo internacional se encargará de vigilar y verificar el desmonte de estos grupos y la entrega de sus armas.

Ni una pregunta sobre quién vigilará y verificará el cese al fuego definitivo por parte de las fuerzas militares, sobre cómo evitar que elementos importantes dentro de las fuerzas militares y de policía leales al narcoparauribismo saboteen el acuerdo; y si lo hacen, qué acciones tomará el gobierno al respecto.

Acaso esta prohibido hablar de monitoreo y verificación al compromiso del gobierno de desmantelar los grupos paramilitares porque el plan es simplemente ordenarles que se replieguen temporalmente a areas alejadas de las zonas de reubicación de guerrilleros y suspendan sus operativos y actividades criminales durante los 180 días hasta que las FARC estén desarmadas, y una vez los guerrilleros salgan de esas zonas reinicien sus operaciones criminales y guerra sucia de exterminación para evitar que su proyecto como partido político se consolide y expanda?  

Estos interrogantes llevan a pensar que tal vez el error más grande de las FARC-EP en este proceso de negociación haya sido no exigir al gobierno como condición esencial y previa al inicio de la desmovilización, no solo el desmantelamiento y judicialización de todos los grupos paramilitares sino el rompimiento de sus cordones umbilicales con las fuerzas militares y de policía.  

Conociendo lo tramposo que ha sido el establecimiento a lo largo de todos los anteriores intentos de negociación, este pre requisito era el que realmente debería ser objeto de un riguroso e imparcial mecanismo de monitoreo y verificación internacional, y para el cual si debía establecerse un periodo especifico, 90 dias o 180 dias como maximo.  

Si estos hubiesen sido los términos del acuerdo no se necesitaban tantas zonas de reubicación y las FARC podrían completar el proceso de desmovilización y entrega de armas en un plazo no mayor de 30 días.

Todo salta a la vista con la insistencia del gobierno de usar el término "zonas de concentración" dado que el objetivo parece ser el aislamiento (protección si se quiere entender asi) temporal de los guerrilleros de zonas de influencia de grupos paramilitares solo mientras se asegura que las FARC ya no existan como grupo armado.  

Parecerá pesimismo extremo, pero es inevitable pensar que este no es más que el inicio de otro capítulo de nuestra trágica historia de miseria y violencia,...... violencia que asegura y perpetua en el poder a las mafias, oligarquías y elites políticas que han gobernado el país como testaferros del imperialismo.

El lema impuesto por el establecimiento en las conversaciones de paz en La Habana es "nada está acordado hasta que todo este acordado". La realidad es que nada se cumplira asi en La Habana finalmente todo haya sido acordado y firmado en el papel; simplemente porque "nada cambiará la historia trágica del país hasta que el testaferrato impuesto por EEUU para controlar sus intereses no sea eliminado".

viernes, 13 de mayo de 2016

El Plebiscito como Mecanismo de Refrendacion de Acuerdos de Paz con las FARC-EP

Ad portas de la firma del Acuerdo Final en La Habana para terminar el conflicto armado con la guerrilla de las FARC-EP, el establecimiento y toda su horda de áulicos siguen manipulando y engañando al pueblo colombiano con el entuerto del plebiscito, como único mecanismo para refrendar los acuerdos alcanzados en La Habana.

Ya habíamos comentado sobre este tema en un artículo anterior en este mismo blog, quienes deseen refrescar la memoria lo pueden repasar aquí.

Ampliamos este artículo movidos por el grado de cinismo y desparpajo que ha alcanzado la manipulación del mecanismo del plebiscito, aun por parte de quienes se presentan como defensores de las negociaciones con las FARC-EP y de poner fin al conflicto interno, como es el caso de la senadora Claudia Lopez. Ni que decir de quienes se han declarado abiertamente enemigos de la paz!!

La senadora Claudia Lopez se despertó hoy con los pelos de punta, despotricando del acuerdo alcanzado ayer entre el gobierno y las FARC-EP, el cual brindaría seguridad y estabilidad jurídica al acuerdo final que se firmaria en La Habana.

Claudia Lopez insiste en que el único mecanismo aceptable para ratificar y blindar los acuerdos firmados en La Habana es un plebiscito.  Dice la senadora que lo que se definiría través de ese plebiscito es si el "pueblo soberano" acepta o no "las concesiones" que las FARC-EP estarían logrando luego de la firma del acuerdo. Pero la histeria de esta senadora no para ahi! Agrega que en La Habana lo que hay es una encerrona de las FARC-EP a los delegados del gobierno y que están obteniendo demasiados beneficios a cambio de nada!!!.

Presentar asi el mecanismo del plebiscito es un descarado engaño pues se le está haciendo creer al pueblo que en La Habana se están negociando concesiones económicas y cambios políticos cuyos únicos beneficiarios son los miembros de las FARC-EP a cambio de que entreguen las armas y de que se les permitirá hacer política como partido de oposición. 

Si en Colombia la lógica funcionara, y si la mayoría del pueblo no estuviera tan alienado por la verborrea y propaganda del establecimiento (amplificada incluso por políticos que se presentan como figuras nuevas, alejadas de las mafias políticas tradicionales), el plebiscito sería una oportunidad para que el pueblo colombiano se exprese sobre si acepta o no (y si son suficientes) los compromisos que el gobierno ha asumido como resultado de las negociaciones con las FARC-EP, los cuales serían el punto de partida en el camino de emprender las reformas institucionales, políticas y económicas necesarias para solucionar todas las injusticias sociales que ha sufrido el pueblo colombiano y lograr por fin vivir en paz.

No, senadora Claudia Lopez,...... no siga engatusando tan burdamente al pueblo colombiano, al menos respete la inteligencia de sus electores. Si quiere seguir hablando de la necesidad de un plebiscito, presentelo como un plebiscito fachada. Por que si se trata de un plebiscito para aprobar o reprobar las "concesiones" que se les están dando a las FARC-EP, los únicos que tienen que salir a votar y pronunciarse sobre si ceden o no una parte de sus privilegios económicos y políticos, si están dispuestos a repartir una minima porcion de sus riquezas, a devolver todas las tierras despojadas violentamente a los campesinos, a ofrecer unas mínimas garantías para hacer oposición política sin asesinar a sus contrincantes, etc..........son las mafias políticas y elites narcoparamilitares/empresariales que han gobernado y saqueado al país por siglos.

Pero si recapacita e insiste en que sea el verdadero pueblo colombiano el que participe en un plebiscito de verdad, el mecanismo tiene sentido solo si lo que se quiere refrendar es la aceptabilidad de los mínimos compromisos que el establecimiento está asumiendo con ese sufrido pueblo colombiano con ocasión de las negociaciones del fin del conflicto con las FARC-EP, compromisos que no son más que un pequeño paliativo en el proceso de eliminar definitivamente las causas objetivas que condujeron a que el país haya vivido en guerra por mas de 60 años.

El problema es que un plebiscito de esta naturaleza, presentado a un pueblo medianamente informado sobre los orígenes y causas del conflicto no sería aprobado; pues como creer que el establecimiento esta vez sí va a cumplir con los compromisos asumidos.!!

Cómo creerle al establecimiento cuando:
  • al tiempo que acuerda con las FARC-EP unas tímidas medidas para solucionar el problema de la propiedad y distribución de tierras, hace aprobar en el congreso una ley que le permite a las multinacionales, despojadores y usurpadores de tierras su legalización y explotación; 
  • al tiempo que hace alarde de su ley de restitución de tierras del 2011, docenas de reclamantes legítimos y líderes campesinos son asesinados por grupos paramilitares operando en alianza con la fuerza pública; 
  • al tiempo que acepta abrir unos mínimos espacios políticos para que la guerrilla desarmada y todas las fuerzas políticas de izquierda hagan oposición, cientos de militantes de grupos políticos opositores del régimen, de defensores de derechos humanos, de activistas sociales y políticos, son asesinados o criminalizados y encarcelados en centros de tortura; 
  • al tiempo que se acuerdan alternativas más efectivas y sostenibles para acabar con los cultivos de coca de uso ilícito, continúa la represión, persecución y criminalización  de campesinos, y las fumigaciones con glifosato, incluso a pesar del concepto de la OMS sobre los riesgos que el glifosato presenta para la salud de la población.
Curioso, por decir lo menos, que la verborrea de la senadora Claudia Lopez cuando se trata de referirse al origen y motivaciones políticas de las FARC-EP y a los mínimos acuerdos logrados en La Habana para que Colombia empiece el camino hacia la paz, sea casi que copia exacta de la del narcoparauribismo, al que tanto critica. 

Lagunas, Contradicciones, Oportunismo perverso?!!!

martes, 22 de marzo de 2016

Como se Preparan Las FARC-EP Para la Paz - Reportaje Desde las Selvas del Putumayo | PBS NewsHour

Excelente reportaje sobre la reciente visita al Putumayo de Joaquin Gomez y La Holandesa a hacer pedagogia por la paz entre sus bases guerrilleras y las poblaciones de la region......preparado por el medio de televsion estadounidense PBS. 

Reportajes de este tipo y calidad nunca veran los colombianos en los medios prepagos nacionales y regionales como Semana.com, El Tiempo, El Espectador, El Colombiano, El Pais, Caracol Radio, Caracol TV, RCN, Blu Radio, W Radio,.....etc.




Inside Colombia's jungles, how FARC rebels are preparing for peace | PBS NewsHour:

Vean también este segundo reportaje sobre el cultivo y procesamiento de coca, actividad a la que se ven forzados los campesinos del Putumayo debido al abandono absoluto del Estado...



viernes, 27 de noviembre de 2015

Juan Manuel Santos pide condena del mundo entero por crímenes de Estado………pero no por los que ocurren en Colombia

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Hoy, en una reunión con alcaldes de ciudades capitales en Montería, el presidente Santos pidió la “condena del mundo entero” por los miles de lideres sindicalistas, defensores de derechos humanos, activistas sociales, miembros de partidos políticos de izquierda, lideres de reclamantes de tierras, lideres de organizaciones indígenas, afrocolombianas y campesinas,………que han sido asesinados por organizaciones paramilitares en complicidad o directamente con el apoyo de las fuerzas militares durante las ultimas dos décadas en Colombia. 

Tal vez la contradicción de estar en conversaciones de paz con las FARC para poner fin al conflicto armado y tener que explicar recientes asesinatos de los líderes campesinos Daniel Abril Fuentes en El Casanare y MillerBermeo en Argelia, Cauca, para solo mencionar dos casos ocurridos la ultima semana (y para no mencionar, las persecuciones y criminalizaciones diarias de decenas de activistas sociales y lideres comunitarios), esta forzándolo a condenar públicamente hechos de violencia y terrorismo estatal que ante los ojos del mundo entero son por supuesto repudiables.

Oh No!….. disculpen si alcance a hacerles creer que estábamos frente a un nuevo, honesto, sensible y moralmente integro Juan Manuel Santos.……NO, estaba leyendo mal el articulo que resaltaba como gran noticia las declaraciones de Santos; o tal vez si estaba leyéndolo correctamente pero mi cerebro se negaba a interpretar y asimilar literalmente lo que estaba leyendo. 

Santos estaba condenando y pidiendo la condena del mundo entero pero por el asesinato de un supuesto líder de oposición venezolano, asesinado supuestamente por la fuerza publica venezolana.

Estas fueron las declaraciones de Santos:

"Esto que sucedió en Venezuela merece por supuesto la condena del mundo entero. Ese asesinato no tiene ninguna justificación, esperamos que se haga la investigación del caso, que los responsables sean judicializados y hacemos votos para que ojalá no tengan unas elecciones con violencia. Venezuela necesita unas elecciones transparentes y sin violencia"

Resaltamos apartes de su declaración para develar el cinismo, descaro e hipocresía (para no decir mente psicópata) de Santos cuando se trata de condenar hechos de violencia que ocurren fuera del país, y prematuramente hacer señalamientos de responsabilidad cuando hechos aislados (y sospechosos) de asesinatos ocurren en Venezuela; en oposición a su silencio cómplice y manto de impunidad con que cubre los miles de asesinatos de colombianos inocentes que ocurren en Colombia a manos de los “héroes de la patria” y sus aliados paramilitares.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Las falacias del Plan Colombia como determinador del proceso de paz en curso

El propio presidente Santos, por supuesto todos los funcionarios de su gobierno, y todos los analistas, periodistas locales e internacionales defensores del establecimiento no pierden oportunidad para recordar que si las FARC están hoy sentadas en la mesa de negociaciones es por los exitosas operaciones militares derivadas del Plan Colombia.

Todos, como si leyeran un libreto único, recitan que la “ayuda” otorgada por el gobierno de los EEUU a través del Plan Colombia, en su mayor parte asignada a fortalecer, entrenar y equipar militarmente a las fuerzas armadas y paramilitares del país, produjo el debilitamiento de las guerrillas, principalmente como consecuencia de los bombardeos, reduciendo su numero de combatientes de 15.000 a aproximadamente 7.000 guerrilleros, según las cifras oficiales.

Las cifras de la reducción del pie de fuerza en la guerrilla no es lo que interesa controvertir. Es cierto que el denominador común de las operaciones militares desde el rompimiento de las negociaciones de El Caguan han sido los bombardeos de campamentos guerrilleros (en horas nocturnas especialmente), pero lo que es grotescamente falso es que los únicos objetivos y las únicas victimas de esos bombardeos hayan sido guerrilleros.  Miles de civiles inocentes, principalmente humildes campesinos (entre niños, mujeres y ancianos), que vivían en o cerca de las zonas bombardeadas también han sido victimas de esas masacres.

El cuento de las bombas de alta precisión dirigidas solamente a objetivos de alto valor (HVO = High Value Objective  es el eufemismo que usan los militares gringos para identificar y asesinar a quienes ellos consideran son lideres o combatientes de grupos armados o terroristas), ha quedado al descubierto en prácticamente todas las guerras genocidas que libra el gobierno gringo en todo el mundo. Abundan reportes sobre masacres como resultado de bombardeos en Afganistan, Pakistan, Irak, etc., donde la mayoría de victimas son mujeres, niños, ancianos, y hasta médicos, enfermeras y pacientes, como el reciente bombardeo de un hospital instalado y operado por Médicos Sin Fronteras en Afganistán.

Las bombas que utilizan las fuerzas armadas colombianas no son diferentes, son también fabricadas y vendidas por compañías estadounidenses. En Colombia, son incluso militares gringos los que diseñan y dirigen las operaciones aéreas y los bombardeos.

Tiene uno que ser extremadamente cínico, estar totalmente alienado por la propaganda gringa, o sufrir de discapacidad mental para tampoco ver los cientos de miles de colombianos inocentes que han sido vilmente asesinados como consecuencia de esos bombardeos y, en general, de la guerra sin cuartel desencadenada con ocasión de la implementación del Plan Colombia. 

El Plan Colombia, vendido como estrategia de acción contra la guerrilla y el narcotráfico, en realidad ha sido y sigue siendo una estrategia de escalamiento de la guerra y violencia contra todo lo que representa una amenaza para la hegemonía de EEUU en Colombia, los intereses económicos de sus multinacionales, y el poder político e intereses económicos de sus lacayos colombianos (oligarquías, y mafias políticas y empresariales).

Esa guerra abierta contra prácticamente todo el pueblo colombiano, que el establecimiento y sus analistas prepago (locales e internacionales) no quieren que la asociemos al Plan Colombia, ha dejado cientos de miles de victimas inocentes (entre masacres, ejecuciones extrajudiciales, desparecidos,…), millones de campesinos despojados de sus tierras y desplazados dentro del territorio, millones refugiados en otros países, miles de presos políticos, miles de judicializaciones ilegales……..

Es un insulto a las victimas y a sus familiares que el propio gobierno y sus analistas fletados sigan escondiendo los efectos devastadores que ha ocasionado el Plan Colombia y en general la destructora intervención e injerencia del gobierno de EEUU en el país. 

Es también un insulto a la inteligencia de las audiencias a las que se dirigen los analistas prepago que andan difundiendo y amplificando la propaganda del establecimiento colombiano y norteamericano, presentar el Plan Colombia (y en general la intervención norteamericana) como una estrategia o política exitosa de cooperación que ha coadyuvado a que hoy se esté desarrollando un nuevo proceso de paz.  Nada mas cínico y contrario a la verdad!!!

El Plan Colombia ha sido y sigue siendo el determinador del escalamiento de la violencia y represión contra el pueblo colombiano, del afianzamiento en el poder de las oligarquías y mafias políticas testaferros de los EEUU, y la agudización de la corrupción en todos los niveles estatales (incluyendo la justicia). 

Actualizacion Noviembre 1, 2015:

Difícil cambiarle la mentalidad al colombiano de a pie sobre su percepción respecto del Plan Colombia, cuando el presidente de la República no pierde oportunidad de elogiar y amplificar sus supuestos beneficios para el país. Lean apartes de lo que dice sobre Obama y el Plan Colombia en reciente entrevista al Washington Post cuando le preguntan sobre el papel que jugo el gobierno de los EEUU en el inicio y avances del proceso de paz en curso:

"El papel de los EEUU ha sido esencial. Una de las primeras personas con las que hable hace 5 anos (cuando empece las negociaciones secretas con las FARC) fue el presidente Obama. Los EEUU nos han acompanado en todo. Cuando el Plan Colombia comenzo en el ano 2000, nosotros estabamos al borde de ser declarados un estado fallido. Puedo afirmar sin la mas minima duda que el Plan Colombia ha sido la politica extranjera bipartidista de EEUU mas exitosa de las ultimas decadas. El proceso de paz es solo una cereza en la torta."

Quienes hayan la leído prensa norteamericana o escuchado declaraciones de funcionarios del gobierno de EEUU, notaran fácilmente que Juan Manuel Santos esta leyendo/repitiendo exactamente el mismo libreto propagandístico con el que la Casa Blanca vende el Plan Colombia, el cual con nombre diferente (Plan Merida) viene implementando en Mexico desde el 2006, también con cientos de miles de victimas inocentes.  

 

domingo, 11 de octubre de 2015

Es posible la paz en Colombia sin Alvaro Uribe?

La ultima edición de la revista Semana le dedica caratula a Uribe y plantea la pregunta: “Es posible una paz sin Alvaro Uribe’?

La pregunta de Semana de hecho ha venido repitiéndose en muchos estamentos políticos, sociales, en incluso, por parte de analistas internacionales.

Todos quienes se plantean el interrogante lo hacen únicamente sobre la premisa de que Uribe representa un amplio sector de la población colombiana bajo la sombrilla de su partido de garaje Centro Democrático, y que como tal el logro de la paz, así se firme un acuerdo con las FARC-ELN, no estaría garantizada.  Mencionan entre los obstáculos, su oposición a cualquier procedimiento de aprobación, implementación y financiamiento de los paupérrimos cambios que se deriven de los acuerdos de La Habana; algunos mencionan incluso (sugiriendo su vinculación con los paramilitares) la amenaza que representa para el proceso de reincorporación de las guerrillas a la sociedad civil y a la actividad política.

Para la gran mayoría de quienes plantean este interrogante, el simple hecho de que Uribe eventualmente manifieste públicamente que apoya el proceso de paz en curso seria la carta que hacia falta para garantizar el fin del conflicto y el inicio de una nueva etapa en paz para todos los colombianos. Nada mas ingenuo!!

No habrá paz así Uribe empiece a salir con Santos a las regiones y pueblos de Colombia a explicar los acuerdos que se han alcanzado ya en La Habana y hacer pedagogía para un nuevo país en paz. Claro, el establecimiento, sus grandes medios de bolsillo y las elites que se han beneficiado de la guerra nos harán creer que ahora si la paz es un hecho!!.  Hasta las FARC es posible que se crean el cuento y firmen a ojo cerrado el acuerdo final en Marzo del próximo año.

Algunos dirán incluso que el apoyo de Uribe facilitará el desmonte de las organizaciones paramilitares (las BACRIM, como las llama el establecimiento).  Una vez las FARC hayan firmado el acuerdo de dejación de las armas, nos harán creer incluso que el paramilitarismo ha sido desmontado,…….grandes operativos policiales y militares, capturas de paracos lideres y combatientes, procesamientos y condenas de paramilitares, shows mediáticos de entrega/sometimiento voluntario a la justicia, etc…..llenarán las paginas de la gran prensa, las pantallas de televisión y las cabinas de estaciones radiales.  Pero todo será otro burdo montaje; como lo fue la desmovilización paramilitar durante el gobierno de Uribe.

La realidad es mucho mas compleja y muy cruda por cierto, sobre todo para esa inmensa mayoría de población colombiana que ha sufrido la guerra durante mas de 5 décadas.

Nunca habrá paz en Colombia, aun con Uribe estrechándose las manos con Santos y con Timochenko, si su poder politiquero y capacidad de maniobra criminal y guerrerista se mantienen; y si sus crímenes quedan en la impunidad. El poder de Uribe no se deriva únicamente de la aceptación que tiene entre millones de colombianos alienados con su verborrea patriotera, incendiaria, sino de su condición de ser el alfil principal del gobierno de los EEUU para el desarrollo de su política exterior tanto en Colombia como en toda la región latinoamericana.

No hay que engañarse. El supuesto apoyo de EEUU al gobierno de Santos, incluso el respaldo al proceso de paz no son mas que gestos estandarizados de relaciones publicas de la política internacional gringa. Ellos tienen claro que sus intereses están en riesgo en un escenario de fin de la guerra en Colombia, incluidos sus intereses en toda la región. Para ellos Uribe es el único que les garantiza carta blanca para preservar el control político, militar y económico en Colombia,  así como la continuación de la operaciones encubiertas de espionaje, conspiración, desestabilización y de guerra sucia, e incluso operaciones abiertas paramilitares-militares, contra Venezuela, Ecuador, Bolivia, …

Tiene que ser uno muy ingenuo para creer que Uribe y su ejercito de narcoparamilitares, por mas lunáticos que sean, se atrevan a incursionar a Venezuela y montar operaciones de desestabilización contra el gobierno de Maduro por su propia iniciativa. No hay duda de que todas las operaciones desmanteladas por Maduro, y las que aun se mantienen dentro de territorio venezolano, son diseñadas y dirigidas desde Washington y sus embajadas en Bogotá y en otros países serviles de la región. Uribe, su ejercito de paramilitares, y sus renombrados sicarios del periodismo criollo, quienes a diario desde sus columnas de opinión, estudios de radio y televisión, difunden y amplifican su verborrea patriotera, son y seguirán siendo los verdaderos aliados de Washington. Estos y sus patrones en Washington son los verdaderos y mas poderosos enemigos del pueblo colombiano.

Con todo y lo desconsolador que parezca el escenario anterior, la paz de Colombia si es posible pero con Uribe fuera del escenario político. Con Uribe dentro del proceso pero solo como actor preponderante del conflicto, como victimario sometido a la justicia transicional y confesando todos sus crímenes; o enjuiciado y condenado por una corte de otro país o la corte penal internacional.  Por supuesto, este desenlace está prohibido discutirse en el país de Uribe.  No es sino leer como concluye la Revista Semana el articulo de portada que le dedica en su ultima edición:

“El expresidente Alvaro Uribe, su bancada del Congreso y los colombianos de carne y hueso que lo apoyan tienen mucho que aportarle al país.”

Aunque remoto, irónicamente seria Santos quien le haría el regalo de la paz al país,… el mismo que fuera el ministro de defensa de Uribe en la época en la que mas civiles inocentes fueron extrajudicialmente asesinados, desaparecidos, torturados, encarcelados, perseguidos y desplazados como consecuencia del terrorismo estatal que montó el narcoparamilitar Uribe durante su gobierno. El mismo Uribe que, luego del fracaso de su tercera re eleccion, lo convirtio en el actual presidente de los colombianos.

jueves, 8 de octubre de 2015

Las Distorsiones del Conflicto Colombiano


Escrito por Matt Peppe y publicado originalmente en Ingles el 5 de octubre de 2015 en el portal de análisis www.counterpunch.com


Hace semana y media la noticia desde la Habana fue que las FARC (fuerzas armadas revolucionarias de Colombia) y el gobierno colombiano habían definido que el acuerdo final de la paz seria firmado en un plazo de seis meses. La noticia fue aclamada como un paso importante en la solución de un conflicto que lleva mas de medio siglo y como una oportunidad para lograr la paz del pais. No obstante, los medios masivos de comunicación que siempre recitan la retorica del gobierno, omiten reconocer las causas principales de la violencia y la inevitabilidad de que esta continuará en el futuro.

A lo largo de décadas, la política del gobierno colombiano ha sido una estrategia de seguridad nacional de contrainsurgencia, desarrollada a finales de los años 50 bajo el auspicio del ejercito de los Estados Unidos. El objetivo del gobierno de Estados Unidos era mantener un sistema político amigable para los negocios mediante la implementación de políticas económicas que favorezcan a las corporaciones multinacionales y al capital extranjero. Cualquier resistencia a tales políticas era considerada subversiva, y las gentes que simpatizaban con tal resistencia eran estigmatizados como enemigos internos que debían ser eliminados o neutralizados por medios militares.

La retorica de la doctrina de seguridad nacional sostiene que si se elimina la amenaza insurgente la paz será restaurada. La presunción implícita en esa doctrina es que los rebeldes de las FARC han sido siempre el bando que se atraviesa en el camino de la paz. Según esta interpretación, cuando las FARC iniciaron sus operaciones militares el estado tenia que responder en beneficio de la nación en su totalidad organizando una respuesta contraguerrillera.

Pero esta narrativa es históricamente equivocada. El conflicto colombiano no es una pelea del conjunto de la sociedad contra un grupo de guerrilleros, sino una batalla de un grupo minoritario de élites que controlan el aparato estatal contra la mayoría de la población.

“Como en muchos otros países latinoamericanos, las semillas de la desigualdad social actual y la lucha por la concentración de la tierra y recursos de Colombia la podemos encontrar en el control ejercido por una minoría minúscula, igual que en el despojo progresivo de la mayoría de la gente, lo cual tiene sus raíces en el colonialismo del siglo XVI,” explica Jazmín Hristov en su libro Sangre y Capital: La Paramilitarización de Colombia. [1]

Una vez las FARC se constituyeron en el ala armada del partido comunista en Colombia, la doctrina contrainsurgente - desarrollada por el ejercito de EEUU. y codificada en manuales que fueron distribuidos desde los años 60 - instruyó a sus contrapartes colombianas a que consideraran cualquier forma de lucha por la justicia social o reforma democrática como forma de insurrección comunista. Además de los rebeldes armados, miembros del clero, académicos, líderes sindicalistas, defensores de derechos humanos, y otros miembros de la sociedad civil han sido convertidos en blancos insurgentes potenciales.

Para extender su alcance en la sociedad colombiana, el gobierno autorizó legalmente el paramilitarismo en 1965 con el Plan Lazo mediante la conformación de “fuerzas de defensa civiles” armadas  e integradas al sistema militar colombiano [2]. Estas fuerzas sirven el objetivo del gobierno de preservar el status quo realizando su trabajo sucio a través de escuadrones de la muerte, asesinatos, tortura, intimidación y desapariciones, al tiempo que proporcionan el encubrimiento y un aparente distanciamiento del estado en sí mismo.

El conflicto colombiano no puede ser entendido correctamente sin el reconocimiento de la naturaleza verdadera de los actores implicados y los intereses que estos representan. “El paramilitarismo nunca ha sido, mucho menos ahora, un tercer actor aislado (el estado y las guerrillas son los otros dos), tal como es presentado en los discursos oficiales de seguridad nacional,” escribe Hristov. [3]

Escribiendo en el Nueva York Times luego de que el acuerdo sobre justicia fuera anunciado, Ernesto Londoño dice que la “lucha de tres vías entre las facciones del guerrilla, las fuerzas del gobierno y las bandas paramilitares de la derecha que a menudo actuaban como testaferros del estado habían asesinado a más de 220.000 personas y desplazado alrededor de 5.7 millones.”

Dan Kovalik, profesor de derechos humanos internacionales en la escuela de leyes de la Universidad de Pittsburgh, controvierte la noción de que los paramilitares simplemente operan de vez en cuando como testaferros: “Es imposible hablar de los paramilitares como actor separado del estado colombiano, porque es el estado colombiano el que ayudó a crear los paramilitares; y los grupos defensores de derechos humanos han concluido año tras ano que el estado les ha suministrado las armas, ayuda logística y ha realizado incluso operaciones conjuntas. Incluso las cortes federales cuando han sido confrontadas con estas preguntas, bajo la Alien Tort Claims Act, han concluido que los paramilitares están tan integrados con el estado que sus acciones criminales constituyen una acción del estado.”

Además de la inexactitud al describir el conflicto, la declaración de Londoño utiliza estadísticas de la violencia acumulada sin distinguir quién es el actor responsable de las muertes y  desplazamientos. Más adelante en su columna, Londoño culpa implícitamente a las FARC de la mayoría de la violencia: “docenas de víctimas viajaron a La Habana para hablar sobre los abusos que sufrieron a manos de los líderes del guerrilla. Algunas implicaron a las fuerzas del gobierno en actos brutales… Los tribunales especiales de guerra que el gobierno intenta crear para juzgar crímenes serán asimilados a cortes de canguro por quienes han estado a favor de una derrota militar del FARC.”
Si uno acepta la retorica de la seguridad nacional según la cual la mayoría de la violencia perpetrada por el gobierno equivale solo a un daño colateral como resultado de la reacción a la agresión insurgente, entonces las guerrillas serían responsables de la mayoría de muertes y lesiones. Pero éste es apenas un caso.

Kovalik anota que los “grupos defensores de derechos humanos han concluido consistentemente que el estado colombiano y sus aliados paramilitares cometen la mayor parte de las violaciones de derechos humanos en el país - en los peores años, por lo menos el 80% de los abusos han sido atribuidos a estas fuerzas.”

La intervención del gobierno de EEUU y el Plan Colombia.

Londoño también elogia la política de EEUU señalándola como la generadora del ímpetu para alcanzar la paz: “La intervención por la fuerza de Washington en la guerra, la cual comenzó hacia finales de los 90s, permitió que el gobierno colombiano debilitara a las FARC y en últimas sentara las bases para las actuales negociaciones paz.”

La política contrainsurgente de Washington es vista no sólo como un instrumento para la paz, sino como el factor principal que permitirá su logro. Es increíble como el revisionismo histórico retrata al instigador y patrocinador de la violencia masiva que ha perdurado por décadas como un intermediario honesto para terminar esta violencia.

En realidad, la intervención de Washington comenzó 40 años antes del tiempo al que se refiere Londoño, y esa intervención fue la que agudizo la guerra que ha azotado al país desde entonces. Cualquier evaluación objetiva de la política exterior de EEUU en Colombia ha encontrado que ésta ha sido un absoluto fracaso . Bajo la dirección, financiamiento y entrenamiento de los EEUU, el estado colombiano ha mostrado uno de los peores records en respeto de los derechos humanos en el hemisferio. Muchas organizaciones de derechos humanos dan testimonio de esto, y han exigido el fin de la ayuda militar de EEUU a Colombia.

“año tras ano la política de EEUU ha ignorado las evidencias y peticiones de las Naciones Unidas, de organizaciones no gubernamentales colombianas e internacionales y de la gente de Colombia. El plan Colombia ha sido un fracaso en todos los aspectos y los derechos humanos en Colombia no mejorarán hasta que haya un cambio fundamental en la política exterior EEUU,” declara la oficina de Amnistía Internacional en los EEUU.

Un informe de la ONG de derechos humanos Human Rights Watch dice: “toda la ayuda para la seguridad internacional debe ser condicionada a acciones explícitas del gobierno colombiano encaminadas a cortar conexiones, en todos los niveles, entre los el ejercito y los paramilitares. Los abusos atribuidos directamente a los miembros del ejercito colombiano han disminuido durante estos últimos años, pero en el mismo período el número y magnitud de los abusos atribuidos a los grupos paramilitares que operan con el consentimiento de los militares o con su abierto apoyo, se han elevado súbitamente.”

El profesor e historiador de Bogotá Renán Vega Cantor, en un estudio sobre la presencia de EEUU en Colombia, escribe que: “El terrorismo de Estado que se perpetúa en Colombia desde finales de la década de 1940 se alimenta tanto del sostén militar y financiero de los Estados Unidos, como de los intereses de las clases dominantes criollas, para preservar su poder y su riqueza y negarse a realizar elementales reformas económicas y sociales de tipo redistributivo.”

Lo que el Nueva York Times y los medios masivos omiten en su análisis es que el sistema sociopolítico colombiano neoliberal actual necesita la continuación de la violencia para acomodar el capital.

“La guerrilla no fue la causa de el conflicto colombiano sino por el contrario, uno de sus síntomas, y simultáneamente se convirtió en un factor contribuyente en el sentido de que su misma existencia sirve de pretexto y  justificación para la violencia y la militarización por parte del estado; lo cual desafortunadamente ha hecho que la presencia de la guerrilla sea utilizada por el establecimiento para legitimar la violencia sobre las fuerzas sociales que desafían el poder de las clases dominantes,” escribe Hristov en su ultimo libro, Paramilitarismo y Neoliberalismo: Sistemas Violentos de la Acumulación de Capital en Colombia y Más Allá. [4]

Hristov dice que si el gobierno quiere satisfacer las demandas de las FARC, tiene que invertir en programas sociales a expensas del aparato militar y políticas de seguridad actual. Pero como estos sistemas le sirven a esa estructura económica neoliberal que transfiere la tierra y los recursos de las masas populares a una minúscula minoría elitista, es ingenuo pensar que esos cambios ocurran.

“Incluso en una era post-FARC el estado tendría siempre pretextos, recurrirá a las BACRIM [bandas criminales que tienen raíces en los grupos paramilitares presuntamente desarmados] o a la existencia de otros grupos guerrilleros, para mantener el desbordado nivel de militarización,” escribe Hristov. [5]

La representación del conflicto colombiano en el Nueva York Times y otros medios masivos es una replica de la propaganda estatal, haciendo eco a la doctrina de seguridad nacional, propaganda que oculta la violencia inherente al sistema económico colombiano que ha ocasionado la perpetuación del militarismo y la represión en el país.

Si bien cualquier acuerdo de paz que ofrezca la perspectiva de reducir la matanza es bien recibida, el hecho de que el estado colombiano continúe sometido al consenso de Washington y a su modelo socioeconómico neoliberal, significa que el país se dirige inevitablemente hacia la continuación de la violencia, el despojo, y el sufrimiento de la inmensa mayoría de la población.

Solo cuando el gobierno colombiano y los medios masivos de comunicación occidentales reconozcan que la intervención de Washington exacerba la violencia en lugar de minimizarla, tal vez entonces Colombia pueda empezar a liberarse a si misma y a buscar una paz duradera y con justicia social para todos sus habitantes.

Referencias

[1] Hristov, Jasmin. Blood and Capital: The Paramilitarization of Colombia. Ohio University Press; 1 edition, 2009. Kindle edition.

[2] Ibid.

[3] Ibid.

[4] Hristov, Jasmin. Paramilitarism and Neoliberalism: Violent Systems of Capital Accumulation in Colombia and Beyond. London: Pluto Press, 2014.  (pg. 153)

[5] Hristov, 2014 (pg. 157)

martes, 17 de marzo de 2015

El embeleco de la nueva Comisión Asesora de Paz

Quien con un mínimo de sensatez puede encontrarle sentido a la Comisión Asesora de Paz recientemente creada por el presidente Santos. A menos que su creación sea parte del plan de Santos de crear el escenario politico para justificar el reversazo que dará con puntos claves de la solución política del conflicto que ya han acordado (o avanzado sustancialmente) sus delegados en la mesa de negociaciones en La Habana.

No de otra manera se interpreta que invite a esa comisión a personajes siniestros (enemigos de la paz) que desde un comienzo han manifestado total desacuerdo con la negociación política del conflicto, salvo que las negociaciones con las FARC solo sean para que estas se rindan, entreguen las armas y se sometan a la justicia.

O acaso que tratamiento le dará el gobierno, por ejemplo, a la férrea oposición que el procurador,  Andres Pastrana, Martha Lucia Ramirez y el narcoparauribismo han expresado reiteradamente sobre otorgar cualquier forma de indulto a los lideres de las FARC por los supuestos crímenes de lesa humanidad que han cometido durante el conflicto. 

Resulta imposible creer que Santos aprovechará las discusiones dentro de esa nueva comisión para develar el cinismo e hipocresías de esos apologistas de la guerra cuando reclaman castigo para los lideres de las FARC al tiempo que reclaman impunidad para los crímenes y masacres cometidos por las fuerzas armadas estatales; esos si crímenes de lesa humanidad y mucho mas horrendos que los que pudieron haber cometido las FARC, ya que la obligación y mandato de las FFMM es proteger la vida de los colombianos, NO asesinarlos, masacrarlos, perseguirlos, desaparecerlos, desplazarlos de sus tierras.....etc. 

A los colombianos que pasan entero la verborrea narcoparauribista de que los únicos victimarios son las guerrillas, hay que recordarles que el propio informe del gobierno preparado por el  Centro de Memoria Histórica revela que mas del 70% de las victimas que ha dejado el conflicto interno colombiano, fueron causadas por fuerzas estatales o paramilitares, entre las cuales ni siquiera cabe la distinción pues operan bajo un mismo mando.

Que curso le dará Santos a las “correcciones” y “enmiendas” a los acuerdos ya alcanzados en La Habana, que el narcoparauribismo ha anunciado presentará por intermedio del procurador a la comisión asesora de paz?.  Si no es para discutir las opiniones y cuestionamientos de los integrantes de la comisión, que sentido u explicación tiene su conformación y funcionamiento???...

De “audaz” califican los medios prepago nacionales la decisión de Santos de crear la comisión asesorara de paz.  Si algo de audaz tiene es que no es mas que otro mecanismo propagandístico para entretener a la galería, y muy oportuno por lo demás. Durante los días posteriores al anuncio, los medios nacionales no han parado de hablar sobre esa “decisión audaz”. Muy conveniente y oportuno ya que permite apagar o bajarle intensidad noticiosa al reciente informe de la Oficina de Naciones Unidas en Colombia que da cuenta del escalamiento de la violencia y violación de los derechos humanos durante 2014 debido a operaciones de los grupos paramilitares. Como la mas grande amenaza humanitaria y para la seguridad de los colombianos califica la ONU, las actividades criminales de las bandas paramilitares.

En un país serio la discusión de todos los días y las exigencias a Santos deberían centrarse sobre su sospechosa inacción (condescendencia) frente a los grupos paramilitares.  Ese tema por supuesto no llena las paginas de la prensa, ni las pantallas de televisión, ni las cabinas de los medios radiales prepago. Como fieles “aliados” del establecimiento, todos los medios saben que los paramilitares son el engranaje principal del aparato paraestatal que pondrá en marcha lo que el régimen ha dado en llamar el “plan para el post conflicto”. Léase, el plan de exterminio de los lideres de las FARC que ingresen a la arena política y de todos los miembros de movimientos sociales y otras fuerzas políticas alternativas que también se arriesguen a apoyar el proyecto político de las FARC.

Si las intenciones de paz de Santos fueran genuinas, en lugar de invitar al narcoparauribismo a hacer parte de la comisión asesora de paz, debería confrontar militarmente y desmantelar las bandas paramilitares que operan bajo su mando (de hecho, las debería haber desmantelado al inicio de los diálogos de paz, como muestra de su sinceridad con la búsqueda de la paz); y a Uribe personalmente, conminarlo a que se desmovilice y se someta a la justicia.

La farsa de Santos se devela por si misma. Cuantos representantes de los movimientos políticos y sociales alternativos fueron invitados a conformar esa comisión? Ninguno!!. Nadie del reciente conformado frente amplio por la paz, ni de los movimientos indígenas, ni de los campesinos, ni de la UP,…… aparece entre los miembros de esa nueva comisión.


La invitación a un mueble viejo del M-19 como Vera Grabe y a Clara López que ya ni siquiera se puede afirmar representa al Polo Democrático, no es mas que típica/rancia mermelada santista; o mejor, lubricante, para que el entuerto de la comisión asesora de paz sea aceptada y elogiada por la opinión publica.


Si Santos quiere realmente convencer a todo el pueblo colombiano de que sus intenciones de paz son genuinas lo que esta en mora de conformar es una “comisión independiente de seguimiento y verificación” de los acuerdos de paz logrados en la mesa de negociaciones en La Habana. Pero esa comisión, por supuesto, no le conviene pues sus inconsistencias y contradicciones serían mas evidentes:

·      Mientras en La Habana alcanzan importantes acuerdos en el punto de tierras los cuales, de implementarse, cambiarían sustancialmente las condiciones sociales y económicas de los campesinos, principalmente la situación deplorable de los millones que han sido desplazados y despojados de sus tierras, en Bogotá la coalición política de Santos presenta una ley de baldíos hecha a la medida de las multinacionales agroindustriales y latifundistas criollos, y que hasta les permite legalizar las tierras que han adquirido ilegalmente, recurriendo incluso a la violencia.

·      Mientras en La Habana alcanzan importantes acuerdos en el punto de garantías, seguridad y espacios democráticos para la participación política no solo de una guerrilla desmovilizada sino de todos los movimientos políticos alternativos y sociales, en la Colombia de Santos la criminalización de los movimientos sociales y las amenazas contra lideres de oposición se ha incrementado; las justas protestas de campesinos, indígenas, estudiantes, camioneros son respondidas con terrorismo estatal.  


·      Mientras en La Habana se avanza en acuerdos sobre el punto de victimas partiendo del esclarecimiento de las responsabilidades que tiene cada uno de los bandos armados y actores del conflicto, en Bogotá la colación política de Santos presenta un proyecto legislativo para ampliar el fuero penal militar que de ser aprobado garantizaría impunidad para todos los horrendos crímenes cometidos  por miembros de las fuerzas militares (miles de ejecuciones extrajudiciales – falsos positivos, de desapariciones, masacres, etc..)……..

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