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jueves, 15 de mayo de 2014

Democracia en Colombia - Un grotesco espectáculo electoral y un pueblo hipnotizado

Por qué los colombianos toleramos, permitimos tanta mentira disfrazada de verdad, condición que es utilizada por los psicópatas mentirosos que ostentan el poder para justificar y/o defender sus actos de corrupción, crímenes y toda clase de acciones de gobierno destructivas y en contra de los intereses de todos los colombianos?

Tal vez la mejor explicación a este fenómeno de acondicionamiento y aletargamiento mental la dio el premio nobel de literatura de 2005, Harold Printer, quien en su discurso durante la ceremonia de recibo del premio expresó: “el grado de nuestro adoctrinamiento es un brillante, incluso ingenioso y altamente exitoso acto de hipnosis, como si la verdad nunca ocurriera asi la veamos que está ocurriendo [frente a nuestros ojos]”.

Nada más claro y oportuno para describir el estado mental que predomina en la inmensa mayoría de colombianos y que se refleja con mayor intensidad en época electoral: viven en un absoluto estado de hipnosis. 

No de otra manera se puede explicar la energía y tiempo que los colombianos dedican, (malgastan) pendientes del grotesco espectáculo politiquero del momento y, peor aún, que sea la verborrea y mentiras que escuchan durante las campañas políticas, lo que determina su posición política y decisión de votar por uno u otro de esos candidatos farsantes, que en últimas representan a la misma camarilla de rufianes.



El caso más patético se revela por estos días con ocasión de las mutuas acusaciones entre las campanas del narcoparauribismo y la del santismo.  No es que las acusaciones per se sean falsas, o simples acciones políticas de guerra sucia como las minimizan los medios prepago.  La historia y hechos que ocurren a diario demuestran que tanto unos como otros  han estado siempre estrechamente ligados al mundo del narcotráfico, al crimen organizado y a las mafias políticas y económicas trasnacionales que en conjunto son las que determinan a quienes ponen a la cabeza del gobierno de turno, todo dentro de un sistema político y económico corrupto diseñado para que solo representantes serviles e incondicionales defensores de sus intereses se roten el poder.

Esta es la primera y más importante verdad que hay que comprender, y como tal no se puede permitir que los politiqueros, en complicidad con sus medios prepago, la escondan, manipulen o entierren. 

Solo cuando esta verdad es entendida e incorporada en nuestra mente es que se puede interpretar y desenmascarar la otra categoría de acusaciones entre uno y otro bando, y que pretenden presentar como muestra de sus diferencias de tinte ideológico. Entre estas, las más patéticas son las que viene haciendo el narcoparaco Alvaro Uribe Velez en sus correrías promoviendo la candidatura de su títere Oscar Iván Zuluaga. Veamos algunas de estas burdas acusaciones, y algunas de sus falsas y cínicas promesas de campaña:  

  • El presidente Santos es el candidato del castro-chavismo, del petrismo y de la “far”;
  • Santos le terminará de entregar el país a la guerrilla
  • La paz solo es posible cuando matemos al último de los guerrilleros;
  • Solo con seguridad democrática habrá prosperidad para todos;
  • Nuestra prioridad será el apoyo al campo y a nuestros campesinos;






……………………………….

Y por el lado del santismo:
  • En mi campana del 2010 no entró ni un centavo del narcotráfico, dice Santos
Claro que entraron millones de dólares, como han entrado siempre en todas las campañas legislativas y presidenciales que antecedieron la de Santos. Es apenas inherente a la naturaleza mafiosa del Estado desde que el narcotráfico se enquistó en la vida política, social y económica del país; monstruo que por lo demás, es un engendro de las políticas de guerra contra las drogas disenadas y promovidas por el gobierno gringo.





Por eso no es osado pensar que la negociación del narcoparaco conocidos con el alias de Comba no tenía como fin su entrega a las autoridades colombianas.  Su objetivo era que Santos le acelerara su proceso de extradición a los EEUU, y lo lograron. Múltiples hechos recientes demuestran que a los narcoparacos les ha ido muchísimo mejor en los EEUU que en Colombia. Allá si acaso pagan cárcel por unos pocos años, periodo durante el cual culminan negociaciones con autoridades gringas (les entregan buena parte de sus fortunas,…o más exactamente, las comparten con los gringos), y luego salen libres, aun millonarios, se quedan a vivir en EEUU, e incluso son tratados mucho mejor que un inmigrante honrado. 

Mas sobre el santismo:
  • Los TLCs traen inmensos beneficios para todos los colombianos;
  • La justicia es autónoma y eficaz;
  • No descansaremos en combatir la corrupción;



Toda esta sarta de burdas acusaciones y mentiras no tendría ningún efecto en la vida de los colombianos si no fuera por la amplificación que les dan los medios prepago del sistema, cuya misión es manipular las verdades y hechos cotidianos que ellos perciben como amenaza para la perpetuación del sistema corrupto, el que a su vez los enriquece y sostiene como un poder detrás del poder gubernamental. 




Y es que la propaganda que utilizan estos medios prepago para presentarse como medios independientes es de hecho otra de las grandes mentiras. No se requiere sino una pizca de cerebro para desenmascararlos cuando se escucha por ejemplo la propaganda de BluRadio, que con toda la desfachatez, se autoproclaman como ejemplo de “periodismo independiente, con contexto, que no es amigo del poder sino que lo vigila….”, etc., etc.  Su farsa se desploma cuando se conoce que sus dueños, la familia Santodomingo, son precisamente miembros de las elites/clanes familiares y mafias políticas y empresariales que eligen, usufructúan y sostienen el sistema corrupto que dicen vigilar. 

Tanto para los políticos como para periodistas colombianos,  razonamiento como el que guiaba las actuaciones del criminal de guerra Henry Kissinger (tan admirado y venerado en Colombia), está también enquistado en sus mentes: “lo que importa no es lo que es verdad sino lo que es percibido como verdad”.

Para terminar, volviendo al discurso del premio nobel Harold Printer, vale la pena resaltar el siguiente aparte:

“La mayoría de los políticos, con base en la evidencia disponible, no están interesados en la verdad sino en el poder  y en el sostenimiento de ese poder. Para mantener ese poder es esencial que la gente continúe siendo ignorante, que el pueblo viva ignorante de la realidad, incluso de la realidad de sus propias vidas.  Lo que nos rodea por lo tanto es una inmensa alfombra de mentiras, de las cuales nos alimentamos.”



domingo, 15 de septiembre de 2013

Están los EE.UU. Facilitando la Crisis Humanitaria en Colombia?


Por Jeremy Kryt

Este articulo es la traducción del articulo originalmente publicado en In These Times bajo el titulo: “Is the U.S. Enabling the Humanitarian Crisis in Colombia?”

Millones continúan siendo desplazados y los crímenes de guerra continúan, pero la ayuda militar de EE.UU. sigue fluyendo.

A medida que la guerra se prolonga y las acusaciones de abusos por parte de las fuerzas armadas continúan, la cómoda relación de Santos con la administración Obama tiene un creciente coro de críticos que cuestionan la forma en que las fuerzas armadas colombianas han estado utilizando todos los juguetes de alta tecnología y la financiación recibida del Tío Sam.
Es un día muy caliente en territorio bajo control rebelde. En una hacienda abandonada y en ruinas, en la región de Cauca en el suroeste de Colombia, plagada de insurgencia, más de tres docenas de líderes indígenas se han reunido a la sombra de la antigua casa solitaria para una reunión tribal. Murales con niños y banderas de paz cubren las paredes encaladas de adobe. Afuera, en los campos llenos de cráteres de mortero, en lo que antes se cultivaba caña de azúcar para el mercado de California, jornaleros sin camisa trabajan bajo el intenso calor del mediodía sembrando frijoles y calabazas.
"Estamos en un lugar difícil", dice Ernesto Conda, un miembro del consejo de gobierno de la tribu Nasa, uno de los varios grupos indígenas nativos del Cauca. Conda tiene 44 años y lleva el pelo recogido en una cola de color negro brillante con vetas grises.
"Nuestra gente está siempre bajo el fuego, al alcance de los morteros y las ametralladoras", dice Conda, mientras toma un descanso del consejo tribal para mostrar a este reportero la antigua hacienda que los Nasa han ocupado en un intento por aumentar los cultivos de subsistencia.  Ellos son una veintena de familias que ahora viven aquí arrimadas y que fueron expulsados ​​de sus hogares en las montañas cubiertas de selva del Cauca a causa de los combates entre las guerrillas, milicias de extrema derecha, y las tropas colombianas.
Estas familias Nasa hacen parte de los 4,7 millones de colombianos que han sido internamente desplazados a causa de las cinco décadas de guerra civil, de acuerdo con un reciente estudio  patrocinado por el propio gobierno y elaborado por una comisión de la verdad llamada el Centro Nacional para la Memoria Histórica. El informe revela que el número de refugiados internos en esta nación andina rica en recursos naturales es la más alta del mundo. La guerra entre las fuerzas armadas del gobierno y las milicias de extrema derecha  contra la insurgencia izquierdista más grande del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ha cobrado más de 220.000 vidas, 82 por ciento de ellos civiles . Incontables miles de  indígenas Nasa también han sido asesinados en la guerra civil de más larga duración del mundo. Solo en la región del Cauca al menos 128 indígenas han sido asesinados desde el inicio de 2012 en hechos violentos asociados con el conflicto.
Conversaciones de paz con las FARC para poner fin a la guerra se están llevando a cabo en La Habana, Cuba, desde el otoño pasado. Hasta ahora son pocos los avances y los enfrentamientos continúan al mismo ritmo. Al menos 48 soldados del gobierno fueron asesinados en los últimos dos meses, y al menos 12 insurgentes perdieron la vida debido a ataques aéreos ocurridos en agosto. En Agosto también estallaron protestas civiles reclamando soluciones a las causas profundas del conflicto armado – la extrema pobreza y la escandalosa desigualdad en la propiedad de la tierra. Masivas protestas pidiendo una reforma agraria y reducción de la globalización económica sacudieron el país. A pesar de la represión de las manifestaciones por parte del presidente Juan Manuel Santos, las protestas continuaron y paralizaron el transporte terrestre, especialmente en regiones rurales devastadas por la guerra como el Cauca.
A pesar de su pobre historial en materia de derechos humanos, Colombia sigue siendo el mejor aliado de Washington en la región y, bajo el paraguas de la guerra contra las drogas, recibe más ayuda militar que cualquier otra nación en el hemisferio. Pero ahora, a raíz del informe de la comisión de la verdad y la respuesta brutal del gobierno a las protestas nacionales, un coro creciente de observadores internacionales sostienen que la política exterior de EEUU, incluida su ayuda militar y los acuerdos comerciales, podría estar ayudando  a alimentar la violencia y contribuyendo a la grave situación que padecen los que están atrapados en el fuego cruzado, tal como las familias Nasa de Conda que han sido desplazadas.
"Los acuerdos de libre comercio y la globalización en general tienen ganadores y perdedores", dice Adam Isacson, de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) en una entrevista concedida a In These Times . "Cuando hay protestas por lo que esta pasando, los del bando perdedor a menudo son acusados ​​de simpatizar con la guerrilla, y terminan siendo reprimidos por las fuerzas de seguridad de Colombia. Las mismas fuerzas que han sido fortalecidas por la ayuda militar que por muchos anos han recibido de parte del gobierno de EE.UU."
Una crisis humanitaria real
Las desesperantes condiciones de vida que padecen los desplazados y campesinos pobres de Colombia fue el detonante para que decenas de miles de pequeños agricultores e indígenas salieran a las calles y carreteras el 19 de agosto, a participar en una serie de protestas masivas que sacudieron a la nación. Entre los reclamos exigían una verdadera reforma agraria y el fin de los acuerdos de libre comercio especialmente con Estados Unidos, el cual ha socavado la economía local. A las protestas de los agricultores pronto se unieron los estudiantes y trabajadores sindicalizados y entre todos bloquearon 72 de las principales arterias viales del país. En el último fin de semana del mes de Agosto, 30.000 manifestantes marcharon en la propia Bogotá. El gobierno, luego de haber declarado que las protestas no existían, decretó la ley marcial. Hasta la fecha, los enfrentamientos entre manifestantes y la policía han dejado un saldo de seis manifestantes muertos y muchos más heridos, como consecuencia de los recurrentes disparos por parte de las autoridades en contra de las marchas pacíficas, unas veces con gases lacrimógenos y otras incluso con balas reales.
"Esta es una verdadera crisis humanitaria", dice Judith Maldonado, directora de la firma de abogados Luis Carlos Pérez con sede en Bogotá, la cual se especializa en casos de derechos humanos. "Los agricultores sienten que han sido abandonados por el gobierno. Miran a su alrededor y se dan cuenta que no tienen ningún sistema educativo, ni centros médicos, ni futuro. Y por eso es que se están expresando a través de demostraciones pacíficas ", dice Maldonado. "Pero el gobierno no tolera las protestas masivas."  
Para frenar las protestas el presidente colombiano Juan Manuel Santos ordenó la ocupación de Bogotá y otras áreas urbanas mediante la movilización de 50.000 soldados. El jefe Nasa Conda dice que una respuesta tan dura por parte del gobierno no ayudará en nada a aliviar el sufrimiento generalizado y las duras condiciones de vida que inspiraron el levantamiento popular.
"Esta lucha ha estado ocurriendo desde mediados del siglo pasado", dice Conda, agarrando el bastón de borlas recubierto de plata el cual es el símbolo de su autoridad tribal. "Nuestras comunidades viven en una crisis social permanente, y los jóvenes especialmente, no ven ninguna salida."
Los ataques terroristas están aumentando
Seis grupos armados ilegales operan en el territorio de los NASA, de acuerdo con de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN). Todos los seis grupos trafican armas y estupefacientes, en flagrante violación de los derechos tradicionales del territorio NASA. Aunque debilitadas por décadas de guerra, las FARC cuentan aun con unos 9.000 combatientes en todo el país, y la mayor presencia armada de esta insurgencia marxista aun se presenta en el Cauca. Pero las FARC están siendo enfrentadas por una serie de pequeños grupos armados, en su mayoría milicias derechistas que dicen odiar a las FARC por razones ideológicas, grupos que al mismo tiempo montan y explotan instalaciones de producción de drogas y ejercen control sobre el territorio.
A medida que la competencia entre narcotraficantes aumenta, la violencia contra la población civil sigue empeorando tanto en el Cauca como en el resto del país.  Según Human Rights Watch un 34 por ciento en las masacres han sido cometidas por los grupos paramilitares de extrema derecha desde 2010. Mientras tanto, los bloques de las FARC reclutan niños de las aldeas rurales, siembran minas terrestres y atacan con carro bombas a centros de población civil que se niegan a suministrar ayuda a los guerrilleros o desafiar su autoridad. El Informe Anual sobre Terrorismo por Países elaborado por el gobierno de EE.UU. muestra que, en general, los ataques terroristas se han incrementado a lo largo y ancho de Colombia. En lo que va corrido del 2013 también se ha observado un fuerte repunte en los ataques contra los investigadores de derechos humanos; 17 activistas de derechos humanos fueron asesinados el año pasado sólo en el departamento del Cauca.
Pero los rebeldes y traficantes de drogas no son los únicos grupos armados que intimidan a los nativos. Indígenas y pequeños agricultores de Colombia dicen que también están en la mira de las fuerzas armadas del gobierno colombiano. Detenciones ilegales y requisas son comunes, al igual que las ejecuciones extrajudiciales. Los asesinatos de civiles son tan generalizados que hay incluso un apodo para referirse a ellos, "falsos positivos", ya que la practica del ejercito es vestir a las víctimas con uniformes de guerrilleros y así aumentar el numero de bajas ocasionadas a la guerrilla.  Con esta practica, más de 3,000 civiles inocentes han sido asesinados en la última década.
La ayuda militar de EE.UU.
De las cerca de 2.000 masacres ocurridas en Colombia desde 1980, más de las dos terceras partes fueron cometidas  por milicias de extrema derecha vinculados a las fuerzas armadas, o por las propias fuerzas armadas, según el nuevo informe de la comisión de la verdad. El ejército y la policía solos son responsables del 42 por ciento de los 25.000 desaparecidos de la nación.  A pesar de un mayor escrutinio por el Departamento de Estado y de la afirmación del gobierno colombiano de haber purgado de delincuentes todas las unidades militares y policiales, grupos de derechos humanos han documentado cerca de 50 crímenes de guerra cometidos por las tropas colombianas en el 2012, incluyendo falsos positivos y detenciones ilegales.
En 1997, el Congreso aprobó la Ley Leahy, para evitar que la ayuda militar de EE.UU. posibilite precisamente este tipo de abusos fuera del país, pero la falta de supervisión y de voluntad política han obstaculizado los esfuerzos de verdaderas reformas.
"Unidades que incluso habían sido examinadas y certificadas [por el Departamento de Estado de EE.UU.] para recibir ayuda están cometiendo falsos positivos", dice Isacson de WOLA.
John Lindsay-Poland, director de investigación de la Comunidad para la Reconciliación (FOR) con sede en California, y que acaba de regresar de un viaje de investigación en Colombia, dice que debido a la falta de supervisión y denuncias de culpabilidad por parte EE.UU. en relación con los crímenes de guerra y abusos de civiles, él cree que:
"La ayuda militar de EE.UU. a Colombia se debe terminar. Esta es una contribución a la guerra sobre todo cuando están en curso negociaciones de paz para poner fin al conflicto armado de 49 años ", dice Lindsay-Poland. "El ejército [de Colombia] ha asesinado a miles de civiles con prácticamente total impunidad."
La ayuda militar no es suficiente
La región del Cauca, salvaje y agreste, es una de las más afectadas por la violencia debido a su accidentada topografía, a que allí confluyen las carreteras principales, y al clima perfecto para los cultivos ilícitos (especialmente hoja de coca, la materia prima de la cocaína). Además de ser el corazón oscuro del conflicto colombiano, a su vez alimentado por el trafico de drogas, Cauca es también el centro de una de las tasas mas altas de ocurrencia de falsos positivos entre todos los departamentos.
En el norte del Cauca, una brecha en las montañas obliga a que los envíos de cocaína desde las tierras altas del sur del país sigan el curso de un embudo estrecho, para luego tomar la vía a Cali y hacia la costa en medio de un campo de batalla ferozmente disputado.  Negocios de drogas de la guerrilla y  bandas paramilitares compiten con las tropas del gobierno y entre sí por el punto de acceso, a menudo con los indígenas y pequeños agricultores atrapados en el medio cuando los enfrentamientos estallan o aviones bombarderos aparecen repentinamente.
"En primer lugar tratamos de tomar las tierras altas y las cimas de las montañas", dice el coronel Germán López, comandante de la Base de Operaciones en Caloto, sentado en su escritorio en un búnker reforzado con sacos de arena. "Desde allí salimos a dar seguridad a los pueblos pequeños y aldeas y tratamos de controlar las carreteras ... Pero eso no es fácil.  A veces los guerrilleros se esconden en las casas. A veces están vestidos de civil.  Cuando de repente se presenta una emboscada es muy difícil distinguir entre el que dispara y el que es simplemente un espectador."
López, quien fue entrenado en contrainsurgencia en Texas y mantiene una gran biblia estratégicamente ubicada en su escritorio de la base de Caloto, dice a este reportero que la ayuda de EE.UU. era "absolutamente esencial" para mantener la seguridad en el Cauca.
"Pero la ayuda militar no es suficiente", dice López. "La principal causa de la delincuencia y [el trafico de drogas] en el Cauca es la terrible pobreza. Tenemos que construir  confianza y fe ayudando a la población local, y darle  a la gente algo en que creer "
El director de FOR Lindsay-Poland esta de acuerdo:
"[La ayuda militar] no soluciona los problemas que dan originan al tráfico de drogas", dice. "Las necesidades civiles [en Colombia] en educación, salud, vivienda, infraestructura y protección del medio ambiente están desfinanciadas, y de mil maneras."
Desde 2009, Washington ha enviado más de 2.030 millones de dólares en ayuda militar y policial a Colombia - 25 por ciento más que lo que se gastó para combatir la guerra contra las drogas en México durante el mismo lapso. Cerca de $ 280 millones más están listos para ser entregados en 2013.
La financiación de las fuerzas armadas de Colombia continúa a pesar de las evidencias presentadas en un estudio del 2010 el cual mostró que la tasa de asesinatos extrajudiciales y otros crímenes de guerra cometidos por unidades individuales frecuentemente se había disparado justo después de recibir la ayuda de EE.UU.; la cual se traducía en capacitación, construcción, suministro de flotas de helicópteros y sistemas de armas avanzados. El número de atrocidades registradas por las mismas unidades posteriormente bajó cuando la ayuda fue retirada.
"Muchas unidades han cometido terribles abusos de derechos humanos después de haber recibido asistencia [militar]", dice Lindsay-Poland, quien se ha desempeñado como asesor del Departamento de Estado en Colombia. El acusa al gobierno de Obama de no "evaluar el impacto en los derechos humanos causado por la inmensa ayuda militar que recibe Colombia.
Una política basada en la erradicación de la violencia ... sería muy diferente
Para justificar la continua ayuda al gobierno colombiano, los funcionarios estadounidenses acuden a las cifras: de acuerdo a la información suministrada a These Times por  la Oficina Internacional de Asuntos de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado de EE.UU., el cultivo de hoja de coca en Colombia bajó 7 por ciento entre el 2011-2012, debido en gran parte a los esfuerzos de fumigación y de erradicación en terreno por parte del ejército.  La producción total de cocaína pura colombiana ha caído desde un máximo histórico de 700 toneladas en 2001 a sólo 175 toneladas en 2012, una caída del 75 por ciento. Con ocasión de estas cifras tan optimistas, algunos en Washington han empezado a vender los esfuerzos la guerra contra las drogas en Colombia como un modelo a seguir en México y América Central.
Pero aun cuando la producción de cocaína se ha reducido, los insurgentes y bandas criminales de Colombia han recurrido a otras fuentes de financiación como la minería de metales preciosos, lo cual las hace menos dependientes del narcotráfico. Y la caída en la producción de drogas no se ha traducido en una disminución de la violencia.  Como muchos otros críticos, el director Lindsay-Poland se niega a etiquetar el modelo colombiano como un éxito:
"Un programa que ha dado como resultado, o no hecho nada para detenerlo, el desplazamiento forzoso de cinco millones de personas no puede ser considerado exitoso, sino mas bien un desastre para los derechos humanos", dice Lindsay-Poland. "Una política basada en la erradicación de la violencia en lugar de la reducción de la hoja de coca se vería mucho mas diferente."
El Departamento de Estado no acepto la solicitud de In These Times de hacer comentarios sobre los abusos de derechos humanos en Colombia.
El derecho a existir
Algunos críticos no solo sostienen que la ayuda militar de EE.UU. está posibilitando los abusos de derechos humanos, también alegan que el tratado de libre comercio con Estados Unidos está paralizando la economía colombiana.
"Los que pierden son los agricultores que no pueden competir con importaciones de productos baratos, los trabajadores no pueden negociar colectivamente, y las comunidades indígenas y afro-colombianas asentadas en tierras fértiles, con minerales valiosos o petróleo", dice Isacson de WOLA.
Esas afirmaciones son repetidas por los agricultores en paro, quienes continúan bloqueando las carreteras y realizando manifestaciones en varios departamentos. Dicen que las semillas importadas costosas y los granos baratos que Colombia está obligada a comprar en el marco del Tratado de Libre Comercio entre EE.UU. y Colombia hacen que sea imposible que los productores locales puedan competir.
"Los acuerdos comerciales benefician a los ricos terratenientes, quienes a su vez apoyan a los políticos de Bogotá", dice Maldonado, el director de una firma de abogados, quien representa a un sindicato agrario. "No hay nada democrático al respecto."
De vuelta en Cauca, el jefe Nasa Conda dice que es difícil para él entender por qué las condiciones básicas de vida siguen siendo tan duras para  los 15 millones de pequeños agricultores, indígenas y afrocolombianos del país que viven en la pobreza, teniendo en cuenta los miles de millones de dólares que han sido entregados a Bogotá en los últimos años.
"El gobierno no hace presencia aquí", dice Conda. "No tenemos una economía sostenible de ningún tipo.  Nuestras casas ya han sido destruidas. Nuestro pueblo no tiene libertad.  Nuestros niños son mutilados por minas quiebrapatas".  Conda voltea a mirar hacia los campos de malezas y las construcciones destrozadas de la hacienda en ruinas donde su pueblo ha venido en busca de refugio.
"Tenemos el derecho a existir", dice Conda. "Tenemos el derecho a vivir."
Jeremy Kryt es un periodista con sede en Chicago

lunes, 9 de septiembre de 2013

La Colombia de Alvaro Uribe Velez, un país fallido, patas arriba……sin futuro


Extenso debate y oposición ha generado el plan de justicia transicional propuesto por el gobierno de Santos, con ocasión del proceso de paz en curso y las posibles alternativas de reinserción a la sociedad y actividad  política para los guerrilleros de las FARC. Quienes se oponen reclaman que al menos los comandantes de las FARC deben pagar cárcel por los crímenes cometidos a lo largo de los 50 años de lucha armada. Estos opositores no mencionan para nada los crímenes cometidos por la contraparte del conflicto, el estado colombiano y su aparato militar y paramilitar, los cuales incluso según el estudio más reciente patrocinado por el propio gobierno da cuenta de que el mayor número de víctimas (casi el 70%) fueron causadas por las acciones violentas del aparato militar estatal y paramilitar.

Frente a esa lógica, como podría esperarse que los opositores del proceso de paz pidan que la justicia también condene a los poderosos barones y mercaderes de la guerra, quienes en últimas son quienes han alimentado, perpetuado, agudizado y usufructuado el conflicto colombiano.  Por el lado estatal, podríamos decir que prácticamente todos los gobernantes han sido artífices y beneficiarios del conflicto colombiano; pero tal vez el más célebre de todos los que aun esta vivos sea el ex presidente Álvaro Uribe Velez.

La historia y prontuario de este nefasto ex presidente es conocida ampliamente no solo en Colombia sino en el mundo entero. De hecho, tal vez más conocida y entendida a nivel internacional que dentro del país.

Y tal vez a eso se deba que ante cualquier intento de investigar o judicializar a este nefasto ex presidente, una gran mayoría del pueblo colombiano salga inmediatamente a defenderlo y absolverlo de tajo.

Qué futuro puede tener un país en el que criminales como Uribe son intocables para la justicia, aun frente al sinnúmero de incontrovertibles evidencias que lo comprometen no solo como artífice y promotor de la guerra sino como autor y determinador de innumerables crímenes, masacres, delitos de narcotráfico, asociaciones con paramilitares,….para no mencionar los centenares de delitos de corrupción como gobernador, congresista, director de la Aerocivil, alcalde; y finalmente (para tragedia nacional), como presidente de la Republica.

Peor aún, qué futuro puede tener un país en el que quienes resultan judicializados (y si no condenados, si desprestigiados y repudiados socialmente, o incluso asesinados) son los que se atreven a denunciarlo públicamente o en los tribunales, incluyendo jueces, magistrados quienes para el efecto han investigado y hecho acopio de voluminosos expedientes de pruebas contundentes que incriminan al narco expresidente Uribe en los más horrendos crímenes cometidos en la historia del conflicto en Colombia.

Una vez más se revela que Colombia es un país fallido, un país patas arriba, en el que conceptos y principios de moral, racionalidad, justicia y lógica no tienen cabida. Es lo que se está evidenciado en estos días con ocasión de la solicitud por parte de un magistrado de Justicia y Paz de Medellín, para que se abra investigación penal contra el narcoparaco Uribe por sus nexos con grupos paramilitares.

Ni siquiera permitieron que el país entero conociera a cabalidad los fundamentos jurídicos de la solicitud hecha por el magistrado, cuando ya los medios prepago serviles al establecimiento (y por añadidura al narcoparaco Uribe) estaban bombardeando a sus audiencias con la consabida propaganda en defensa de su patrón, entrevistando a su abogado defensor y a otros celebres defensores políticos, difundiendo y amplificando la burda verborrea que el propio expresidente envía a través de Twitter; todo con un propósito pre determinado: absolver de tajo política y socialmente al narco ex presidente, y desacreditar la denuncia y petición hecha por el valiente magistrado Ruben Dario Pinilla.  Magistrado, a quien por lo demás, con la desfachatez más aberrante, le han anunciado que lo denunciaran penalmente por injuriar y calumniar al “honorable” narco expresidente.

De hecho la reacción inmediata de Uribe, como de costumbre, fue salir a declarar que “las denuncias del magistrado atentan contra su “honra y buen nombre”.



La pregunta inmediata que cualquier persona decente se hace asi mismo es: ¿acaso un criminal puede decir que tiene honra y buen nombre?

Pero este criminal, con un cinismo que raya en lo patológico, no solo reclama tener honra y buen nombre, también reclama justicia y hasta amenaza a quien lo denuncia; y pero aun, profundiza el odio y la violencia entre los colombianos….
    
Según sus defensores, que realmente son sus cómplices, el nefasto expresidente es el único de la familia Uribe Velez y parentela cercana que no se dejó seducir por el narcotráfico y paramilitarismo, a pesar de estar rodeado de ello desde su infancia: su padre, un viejo narcotraficante reconocido dentro del clan de los Ochoa y sus parientes cercanos los Escobar Gaviria; su hermano Santiago, creador y jefe de grupos paramilitares en la región de Yarumal; su primo el ex senador Mario Uribe, condenado por patrocinador y socio de los paramilitares; su ex cuñada y sobrinas, reconocidas narcotraficantes; para solo mencionar algunos de sus respetables, impolutos familiares.

Para no dejar de mencionar a algunos de sus más celebres “buenos muchachos” quienes  lo acompañaron en sus distintos cargos públicos: Pedro Juan Moreno, Ex secretario en la gobernación de Antioquia y luego asesor No. 1 en la presidencia, a quien por saber demasiado y amenazar con hablar, lo asesinaron; su entrañable amigo y condecorado general Rito Alejo, procesado por asociación con Paramilitares; Jorge Noguera, su ex jefe del DAS, condenado a 40 años por determinador de asesinatos cometidos por paramilitares; María del Pilar Hurtado, también ex jefe del DAS, a quien tiene asilada en Panamá para que no hable; Salvador Arana, ex gobernador y su ex embajador en Chile, condenado por asesinatos selectivos y masacres cometidas por paramilitares en Sucre; etc., etc., etc.,…….


Todo esto le hace cambiar a uno la idea de que Colombia es un país fallido….Un pais que en lugar de reclamar que se haga justicia y apoyar y pedir proteccion para el valiente magistrado de Medellin, se dedica a diundir, amplificar y comentar positivamente la basura que usa Uribe para defenderse, es en realidad un País de Mierda!

domingo, 23 de diciembre de 2012

“Don Victor Carranza”,….el campesino sencillo de los colombianos



“Don Victor Carranza”…..con tal reverencia tratan los medios colombianos al mismo personaje a quien el Departamento de Estado de los EEUU lo identifica como el narcotraficante mas grande de todos los tiempos y el mas reconocido de los paramilitares.

Mientras en la banana republica de Colombia, a “Don Victor Carranza” le dan portada en una de las revistas mas leídas dentro de las elites y mafias empresariales y políticas, documentos recientemente desclasificados del Departamento de Estado de EEUU, lo presentan como el “creador y financiador encubierto  de  los grupos paramilitares y con estrechos nexos con el trafico de drogas y con las fuerzas armadas de Colombia”.

En contraste con el prontuario que le tienen los gringos, los siguientes apartes del articulo de portada de la revista Diners, son apenas un reflejo de la repudiable reverencia de la narco sociedad colombiana para con criminales como “don Victor Carranza”.  Los editores de la revista, expresando su admiración por las esmeraldas que posee su ídolo “don Victor Carranza”, escriben:

“Muy pocas manos las han acariciado. Muy pocos ojos las han mirado. Su fulgor entre verde limón y mariposa no ha brillado para las pasiones de la codicia y la vanidad humana. Fue una existencia anónima en las entrañas de la cordillera y después en la bóveda de un banco. Fura y Tena han sido el secreto mejor guardado en Colombia y son tan grandes y tan hermosas y tan poderosas y suman las dos casi 15 mil quilates de profundo fulgor, que a su lado parecen muy pequeñas y hasta insignificantes las tres esmeraldas colombianas que exhibe orgullosamente el Museo Smithsonian de Washington, que apenas tienen 858, 75 y 37 quilates cada una.

Pero ahora, por primera vez, emergen a la luz pública. Y lo hacen, nada más ni nada menos, que en las propias manos del zar de las esmeraldas en el mundo, don Víctor Carranza. Un hombre pequeño, de cejas espesas, arriba de los 70 años, fuerte como un roble, un campesino sencillo y ligero, con más de 50 años en el oficio de explotación y comercialización de esmeraldas (Resaltado nuestro).

Sus manos son callosas. Su rostro curtido por el sol. Ha estado allí y ha sobrevivido a todas las violencias que han asolado a Colombia durante los últimos 50 años (Resaltado nuestro). Su presencia dispara el interés tanto de las páginas judiciales de los medios de prensa como de las revistas y los canales de televisión tipo National Geographic.”

Como ven, para los medios y por supuesto para la mayoría de colombianos, don Victor es simplemente un campesino sencillo, inofensivo, trabajador, luchador; e incluso, hasta sobreviviente (mejor dicho, victima) de la violencia en Colombia.

En contraste, esto es lo que “Don Victor” representa para el Departamento de Estado de los EEUU:

“Los nexos entre Carranza y la masacre de Miraflores respaldan las acusaciones de que fue el quien formó y lideró el reconocido grupo paramilitar “Los Carranceros”, mas tarde conocido como las Autodefensas del Meta y Vichada.”

“Anteriores esfuerzos para investigar al hombre que controla casi un tercio del mercado global de las esmeraldas finalmente han fracasado, bien por falta de evidencias, falta de voluntad política, o por corrupción en la justicia. Cuando a una fuente de la Embajada de EEUU le preguntaron en 1996 porque Carranza ha logrado hasta ahora eludir la justicia, la respuesta fue que, en un primer caso ningún testigo quiso declarar, y en el segundo todos los testigos fueron asesinados”

“Un documento caracteriza exactamente a Carranza como el tipo de paramilitar que se escondía detrás de un nombre falso. Un reporte de inteligencia preparado en 1998 para el General Charles Wilhelm, el oficial militar de mayor rango en América latina, decía que el escurridizo Carranza se “sentía contento de operar detrás del escenario” mientras que otros jefes de las AUC como Carlos Castaño jugaban el “papel de mas alto perfil publico.” Carranza era en realidad “mas poderoso” que Castaño, de acuerdo con el reporte del oficial al General Wilhelm, “debido a que Carranza es billonario; tiene el doble de edad que Castaño; controla mas gente armada; y ganó la guerra sangrienta contra el narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha (del cartel de Medellín) al final de los 80s.”
“Otro documento señala que el grupo de Carranza buscaba apoyo del ejercito para sus actividades, en una oportunidad para que le ayudaran a encubrir una masacre ocurrida apenas meses antes, y no muy lejos, de la ocurrida en Miraflores. El informe de inteligencia militar de EEUU decía que un oficial del ejercito de Colombia había sido contactado por un “agente paramilitar” del grupo de Victor Carranza y que le había solicitado apoyo para “legalizar” los asesinatos de la operación paramilitar en Tomochipan, presumiblemente mediante la clasificación de las victimas como guerrilleros muertos en acción.”
Casos como el de Victor Carranza lo que confirman es que Colombia ha sido y sigue siendo un Narco-Para Estado, en el que criminales como “Don Victor”, Alvaro Uribe Velez (narcotraficante No. 82 en la lista de la Inteligencia de los EEUU), ….y muchos otros lideres y miembros de organizaciones criminales con prontuario internacional, son tratados con reverencia y considerados los personajes mas ilustres de la historia del país……….Un País de Rufianes

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