Extenso debate y oposición ha generado el plan de justicia transicional propuesto por el gobierno de Santos, con ocasión del proceso de paz en curso y las posibles alternativas de reinserción a la sociedad y actividad política para los guerrilleros de las FARC. Quienes se oponen reclaman que al menos los comandantes de las FARC deben pagar cárcel por los crímenes cometidos a lo largo de los 50 años de lucha armada. Estos opositores no mencionan para nada los crímenes cometidos por la contraparte del conflicto, el estado colombiano y su aparato militar y paramilitar, los cuales incluso según el estudio más reciente patrocinado por el propio gobierno da cuenta de que el mayor número de víctimas (casi el 70%) fueron causadas por las acciones violentas del aparato militar estatal y paramilitar.
Frente a esa lógica,
como podría esperarse que los opositores del proceso de paz pidan que la
justicia también condene a los poderosos barones y mercaderes de la guerra,
quienes en últimas son quienes han alimentado, perpetuado, agudizado y
usufructuado el conflicto colombiano. Por
el lado estatal, podríamos decir que prácticamente todos los gobernantes han
sido artífices y beneficiarios del conflicto colombiano; pero tal vez el más célebre
de todos los que aun esta vivos sea el ex presidente Álvaro Uribe Velez.
La historia y prontuario de este nefasto ex presidente es conocida ampliamente no solo en
Colombia sino en el mundo entero. De hecho, tal vez más conocida y entendida a
nivel internacional que dentro del país.
Y tal vez a
eso se deba que ante cualquier intento de investigar o judicializar a este
nefasto ex presidente, una gran mayoría del pueblo colombiano salga
inmediatamente a defenderlo y absolverlo de tajo.
Qué futuro
puede tener un país en el que criminales como Uribe son intocables para la
justicia, aun frente al sinnúmero de incontrovertibles evidencias que lo
comprometen no solo como artífice y promotor de la guerra sino como autor y
determinador de innumerables crímenes, masacres, delitos de narcotráfico,
asociaciones con paramilitares,….para no mencionar los centenares de delitos de
corrupción como gobernador, congresista, director de la Aerocivil, alcalde; y
finalmente (para tragedia nacional), como presidente de la Republica.
Peor aún, qué
futuro puede tener un país en el que quienes resultan judicializados (y si no
condenados, si desprestigiados y repudiados socialmente, o incluso asesinados)
son los que se atreven a denunciarlo públicamente o en los tribunales,
incluyendo jueces, magistrados quienes para el efecto han investigado y hecho
acopio de voluminosos expedientes de pruebas contundentes que incriminan al
narco expresidente Uribe en los más horrendos crímenes cometidos en la historia
del conflicto en Colombia.
Una vez más se
revela que Colombia es un país fallido, un país patas arriba, en el que conceptos
y principios de moral, racionalidad, justicia y lógica no tienen cabida. Es lo
que se está evidenciado en estos días con ocasión de la solicitud por parte de
un magistrado de Justicia y Paz de Medellín, para que se abra investigación penal
contra el narcoparaco Uribe por sus nexos con grupos paramilitares.
Ni siquiera
permitieron que el país entero conociera a cabalidad los fundamentos jurídicos de
la solicitud hecha por el magistrado, cuando ya los medios prepago serviles al
establecimiento (y por añadidura al narcoparaco Uribe) estaban bombardeando a
sus audiencias con la consabida propaganda en defensa de su patrón,
entrevistando a su abogado defensor y a otros celebres defensores políticos,
difundiendo y amplificando la burda verborrea que el propio expresidente envía a
través de Twitter; todo con un propósito pre determinado: absolver de tajo política
y socialmente al narco ex presidente, y desacreditar la denuncia y petición
hecha por el valiente magistrado Ruben Dario Pinilla. Magistrado, a quien por lo demás, con la
desfachatez más aberrante, le han anunciado que lo denunciaran penalmente por
injuriar y calumniar al “honorable” narco expresidente.
De hecho la reacción
inmediata de Uribe, como de costumbre, fue salir a declarar que “las denuncias
del magistrado atentan contra su “honra y buen nombre”.
¿Por qué soy paramilitar? 1. ¿Soy paramilitar por haber sido amigo de Pedro Juan Moreno? 2. ¿Soy paramilitar (cont) http://t.co/xuHKgzIxDq
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) September 9, 2013
La pregunta inmediata
que cualquier persona decente se hace asi mismo es: ¿acaso un criminal puede
decir que tiene honra y buen nombre?
Pero este
criminal, con un cinismo que raya en lo patológico, no solo reclama tener honra y
buen nombre, también reclama justicia y hasta amenaza a quien lo denuncia; y pero
aun, profundiza el odio y la violencia entre los colombianos….
Según sus
defensores, que realmente son sus cómplices, el nefasto expresidente es el único
de la familia Uribe Velez y parentela cercana que no se dejó seducir por el narcotráfico
y paramilitarismo, a pesar de estar rodeado de ello desde su infancia: su
padre, un viejo narcotraficante reconocido dentro del clan de los Ochoa y sus
parientes cercanos los Escobar Gaviria; su hermano Santiago, creador y jefe de
grupos paramilitares en la región de Yarumal; su primo el ex senador Mario
Uribe, condenado por patrocinador y socio de los paramilitares; su ex cuñada y sobrinas, reconocidas narcotraficantes; para solo mencionar
algunos de sus respetables, impolutos familiares.
Para no dejar
de mencionar a algunos de sus más celebres “buenos muchachos” quienes lo acompañaron en sus distintos cargos públicos:
Pedro Juan Moreno, Ex secretario en la gobernación de Antioquia y luego asesor No.
1 en la presidencia, a quien por saber demasiado y amenazar con hablar, lo asesinaron; su entrañable amigo
y condecorado general Rito Alejo, procesado por asociación con Paramilitares; Jorge
Noguera, su ex jefe del DAS, condenado a 40 años por determinador de asesinatos
cometidos por paramilitares; María del Pilar Hurtado, también ex jefe del DAS, a
quien tiene asilada en Panamá para que no hable; Salvador Arana, ex
gobernador y su ex embajador en Chile, condenado por asesinatos selectivos y
masacres cometidas por paramilitares en Sucre; etc., etc., etc.,…….
Todo esto le
hace cambiar a uno la idea de que Colombia es un país fallido….Un pais que en lugar de reclamar que se haga justicia y apoyar y pedir proteccion para el valiente magistrado de Medellin, se dedica a diundir, amplificar y comentar positivamente la basura que usa Uribe para defenderse, es en realidad un País de Mierda!
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