Mostrando entradas con la etiqueta guerrilla. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta guerrilla. Mostrar todas las entradas

domingo, 26 de octubre de 2014

Metáforas y eufemismos que disfrazan el terrorismo de estado en Colombia


El conflicto colombiano, y mas concretamente el terrorismo de estado, no solo ha dejado cientos de miles de victimas y agudizado la miseria de la inmensa mayoría de sus habitantes, sino que ha prostituido el significado de palabras que existen para describir acciones criminales al punto que una gran parte de la población ha alcanzado un estado de anestesia que hasta los mas horrendos crímenes son observados con indiferencia y hasta con asentimiento.

Las siguientes son algunas de las tantas metáforas y eufemismos que utilizan el gobierno, sus fuerzas militares/paramilitares, las mafias políticas, elites y sus medios prepagos para deshumanizar a sus victimas, minimizar los efectos de la guerra estatal contra toda la población, y manipular la percepción de la opinión publica frente a los horrendos crímenes cometidos por agentes del propio estado.

Terrorismo – El termino terrorismo ha sido históricamente definido como una acto de violencia dirigido en contra de la población civil y con motivaciones políticas. Pero el gobierno colombiano ha adoptado (o le han exigido que adopte) la definición manipulada del gobierno de EEUU, según la cual terrorismo es el uso “ilegal” de violencia para alcanzar objetivos políticos  a través de coerción ejercida contra el gobierno o la sociedad civil.  Como resultado de esta manipulación lingüística los miembros de las fuerzas militares en servicio activo son incapaces de cometer actos de terrorismo no importa cuantos civiles sean asesinados en desarrollo de cualquier operación militar.

Terrorista – en línea con la definición anterior, como terrorista puede ser designado cualquier colombiano que se atreva a protestar, cuestionar, oponerse al régimen mediante el recurso de la protesta pacifica pero que se puede tornar violenta por acciones de infiltrados del mismo aparato estatal (situación que ha ocurrido en la mayoría de las protestas y marchas). Bajo esta premisa, terrorista puede ser cualquier líder sindicalista, estudiantil, activista social o de derechos humanos, líder campesino, indígena o afrocolombiano; e incluso cualquier colombiano de a pie que participe en una marcha o protesta callejera.

Plan Colombia – Acuerdo final de sometimiento del gobierno colombiano y sus fuerzas militares y policiales a los designios del gobierno de EEUU, y que permite la militarización de todos los ámbitos sociales del país y la expansión del terrorismo de estado a todos sus rincones. Bajo este acuerdo, las fuerzas armadas del país quedan prácticamente al mando de Pentágono y como tal son militares y mercenarios gringos los que deciden y dirigen todas las “operaciones militares”; según ellos, en contra de la insurgencia y el narcotráfico.

Operativo militar/policial – Operativo de las fuerzas de terror estatales, bajo el mando de militares y mercenarios gringos (contratistas, los llaman – otro eufemismo), y que tienen como propósito crear terror en las comunidades que habitan supuestamente zonas de influencia guerrillera. Como resultado de estos “operativos”, campesinos humildes (hombres, mujeres y niños) que son masacrados por los bombardeos indiscriminados son presentados también como guerrilleros o auxiliadores de la guerrilla. Producto de estas acciones de terrorismo estatal, los habitantes de las zonas bombardeadas se ven forzados a abandonar sus tierras y pertenencias, y huir a las ciudades a engrosar los cordones de miseria. Para confundir mas a la opinión publica, estos operativos son denominados con nombres rimbombantes como “plan espada”, “plan cóndor”, etc.

Chuzadas – Política de estado de persecución, amedrentamiento, chantaje, hostigamiento e invasión de la privacidad de opositores políticos y de cualquier ciudadano que sea considerado un elemento subversivo o potencialmente subversivo.  Para el Estado, como se infiere de la manipulación del termino “terrorismo” comentado anteriormente, subversivo y terrorista ya son prácticamente lo mismo.

Bacrim – Nuevo nombre dado a los grupos narcoparamilitares con el fin de ocultar su falsa desmovilización y sometimiento a la justicia. La fuerzas militares aprovechan esta designación para alegar que no tienen mandato constitucional para enfrentar a estas “bandas criminales”; de ahí que estas bandas, conformadas por los narcoparacos de siempre, tienen ahora mas libertad y espacio geográfico para cometer impunemente sus atrocidades y seguir con el gran negocio del narcotráfico.

Falsos positivos – Asesinatos a sangre fría de civiles inocentes por parte del ejercito para presentarlos como muertes en combates con las guerrillas. Estas ejecuciones extrajudiciales, como se conocen judicialmente, son parte de la política de terrorismo estatal mencionada anteriormente la cual a su vez es parte de la instrucción y entrenamiento que reciben oficiales y suboficiales colombianos en la Escuela de Las Américas en EEUU. En el lenguaje militar, esta práctica terrorista es apenas una de las materias incluidas en el manual de contrainsurgencia cuidadosamente elaborado por el ejercito gringo y que ha sido y sigue siendo puesto en practica en todas las guerras que libran o patrocinan (Guatemala, El Salvador, Vietnam, Afganistan, Irak, etc….).

Neutralizar – Eufemismo para dar cuenta de los asesinatos de supuestos miembros de la guerrilla producto de “operativos militares”. Una variante de este eufemismo que utiliza frecuentemente el gobierno cada vez que un colombiano es asesinado por el ejercito es decir que un “guerrillero/terrorista fue abatido” en un operativo militar.

Zonas especiales de desarrollo – Regiones colombianas, que generalmente han sido abandonadas por el estado, en las cuales se instala un comando militar para que supuestamente supervise y asegure la ejecución de proyectos y programas de desarrollo social y económico. Detrás de este “noble propósito” lo que hay es el interés del gobierno de asegurar militarmente la zona en anticipación de macroproyectos de inversión de gran capital (proyectos mineros, petroleros o energéticos) que únicamente beneficiarán a multinacionales y a sus socios locales (mafias políticas y empresariales).

Limpieza social – practica cotidiana de exterminio de sectores de población que viven en condiciones de miseria absoluta y cuyos victimarios son agentes del estado o miembros de bandas paramilitares.

Términos como los anteriores han sido creados para reemplazar imágenes mentales de crímenes atroces con imágenes de algo distinto. En ultimas, este lenguaje tiene el propósito de constreñir totalmente la creación de cualquier imagen mental que pueda producir horror y demandar castigo para sus autores. Si la persona no puede ver con claridad lo que sucede, tendrá dificultades para entender sus implicaciones. Un sistema inhumano (deshumanizante) requiere de un lenguaje inhumano. Este lenguaje se ha vuelto tan familiar y dominante que ha penetrado nuestras vidas y pensamientos prácticamente sin que nos hayamos dado cuenta.

Por el lado de los medios de comunicación, en lugar de confrontar a los políticos, militares y funcionarios del estado y conminarlos a que llamen las cosas por su nombre (que digan “asesinato” cuando “asesinato” es el acto cometido por ellos, “colombianos/pueblo/gente” cuando son “colombianos/pueblo/gente” las victimas de esos asesinatos), repiten y repiten las evasiones y manipulaciones lingüísticas que utilizan con el propósito de ayudar en la minimización de sus acciones criminales.  

Lo peor es que esa terminología tan trivializada y degradada la digerimos sin ningún cuestionamiento hasta que también nosotros mismos terminamos utilizándola en nuestras conversaciones cotidianas (operativo del ESMAD, terrorista de las Farc abatido, plan choque, etc.), sin detenernos a pensar cómo esas palabras que se siembran y resuenan en nuestra mente nos impiden ver la realidad y los horrores que ocurren a diario.

Si los colombianos queremos recuperar la esencia de la condición humana de las manos de ese grupo minúsculo de personas que la han secuestrado, tenemos también que empezar por recuperar el lenguaje a través del cual esa humanidad es definida y descrita. Para ponerlo en simples términos, esta es tal vez la primera tarea que tenemos que hacer quienes realmente queremos un país justo y en paz.

Muchas son también las metáforas y eufemismos que se usan para manipular la verdad sobre las actuaciones políticas corruptas, cotidianas dentro del gobierno y congreso (mermelada, reforma, etc.) pero esto será tema de otro articulo. 

martes, 7 de octubre de 2014

La paz en Colombia, un imposible?

Entendible que la mayoría del pueblo colombiano celebre que las negociaciones de paz que se desarrollan en La Habana entre el gobierno y las guerrillas de las FARC muestren acuerdos positivos sobre algunos de los temas de la agenda. Mas aún, si esos primeros puntos acordados tienen que ver con soluciones a problemas sociales y económicos que han sido ignorados por todos los gobiernos; y que por lo mismo, si esos acuerdos se concretan, los cambios en calidad de vida y justicia social de esa inmensa población ignorada, serian significativos.

No obstante la esperanza que se vislumbra con ese nuevo país, no se puede ignorar que las condiciones para que esas transformaciones sociales se puedan concretar no dependen enteramente de la voluntad política de las partes sentadas en la mesa de La Habana sino de fuerzas externas e internas muy poderosas cuyos intereses políticos y económicos (y geopolíticos) se verían amenazados en un escenario de una Colombia en paz…


Algunas de esas poderosas fuerzas internas son incluso conocidas por la gran mayoría de la población, pues su oposición a una solución política del conflicto ha sido abierta, aunque los argumentos mezquinos y contradictorios que utilizan para sabotear el proceso de paz en curso no son tan evidentes para una gran parte de la población.

Son las fuerzas externas sobre las que no hay suficiente o ningún conocimiento por parte del pueblo colombiano.  Dentro de esas fuerzas externas la de mayor peso es el gobierno de EEUU y sus multinacionales; cuya presencia (injerencia) en el país es vendida como benéfica y como una demostración de los estrechos lazos de amistad, respeto mutuo y cooperación entre las dos naciones. De ahí que hasta las acciones militares que el gobierno gringo ejecuta dentro del país son presentadas como necesarias para la “estabilidad democrática y la seguridad nacional” e incluso regional. Ni que decir de la millonaria “ayuda” que recibe el gobierno en el marco de los acuerdos para la lucha contra el narcotráfico, convenientemente transformada en la ultima década en lucha contra el “terrorismo”.


Colin Powell, Secretario de Estado de EEUU, pasando revista a sus tropas en tiempos del inicio del Plan Colombia

Son los intereses de esa “estrecha cooperación” entre EEUU y Colombia los que se verían amenazados frente a cualquier intento de concretar una negociación política con las guerrillas y consecuentemente el fin del conflicto. Y hay poner entre comillas “intento de concretar” para distinguir entre la etapa de negociaciones, incluyendo incluso la firma de un acuerdo de paz y la desmovilización de la guerrilla, y la etapa de implementación de esos acuerdos, incluyendo por supuesto la garantia de condiciones de seguridad para la transición de la guerrilla hacia la constitución de un movimiento político (o que se integren a los ya existentes), con todos los derechos y garantías para hacer proselitismo político, hacer oposición al gobierno y acceder a cargos públicos de elección popular, incluyendo la presidencia.

Es la posibilidad de que la izquierda aumente su poder político, y como tal ejerza mayor influencia en la opinión publica colombiana lo que constituye la mayor amenaza para esas fuerzas internas y externas.

La historia muestra dos vías por las cuales fuerzas políticas diametralmente opuestas al sistema capitalista han logrado el control del estado y hacer  transformaciones políticas, sociales y económicas radicales en beneficio de la mayoría de los ciudadanos:

1)   A través de una revolución armada, cuyo ejemplo exitoso mas reciente es la revolución cubana que en 1959 derrocó al entonces presidente títere del gobierno gringo;

2)   A través de procesos democráticos, en los que  fuerzas políticas opuestas a regímenes capitalistas del llamado tercer mundo (títeres de EEUU) han logrado despertar la conciencia colectiva y apoyo de las clases populares; las cuales, o bien eran chantajeadas/engañadas para que votaran por los mismos, o bien porque no participaban en procesos electorales arreglados cuyos candidatos no les ofrecían posibilidades reales de cambio. Los ejemplos mas recientes de cambios a través de procesos democráticos son los ocurridos en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay…

Para fuerzas políticas de izquierda el acceso o toma del poder por las armas ya no es una opción viable ya que los regímenes capitalistas, con ocasión de la caída del régimen de la Unión Soviética, no solo han incrementado aun mas su capacidad militar y policial sino que se han vuelto mas propensos al uso de la violencia y al terrorismo de estado, para reprimir cualquier intento de sublevación armada, incluso para reprimir protestas populares pacificas.

Así las cosas, la vía democrática (dentro de un verdadero sistema democrático) es la única opción para que en Colombia se concreten todas las reformas políticas, sociales y económicas que se necesitan con urgencia. No obstante el absoluto control que el establecimiento capitalista actual tiene sobre los procesos electorales, la posibilidad de que el pueblo se despierte y apoye mayoritariamente una opción política de izquierda  es lo que mas preocupa a las fuerzas externas, especialmente al gobierno de EEUU, sus bancos y sus multinacionales.

El gobierno gringo no puede correr el riesgo de que experiencias como las de Venezuela, Bolivia, Ecuador se repliquen en otros países de la región, especialmente en un país como Colombia, su enclave estratégico, geopolítico y fuente de millonarias ganancias para sus multinacionales.

En resumen, la posibilidad de que los lideres de las FARC entren a la arena política  y a través de un frente unido con los grupos políticos de izquierda existentes se ganen el apoyo de la mayoría de los electores, es intolerable para el gobierno gringo. Y para evitar ese escenario recurrirán a todo el poder de influencia y chantaje (político, económico y militar) que ejercen sobre el gobierno titere colombiano. De hecho, cualquier posibilidad de poner fin al conflicto interno tiene que pasar por la aprobación del gobierno gringo. Al pueblo colombiano lo pueden encaramelar con declaraciones de que apoyan las actuales negociaciones en La Habana, incluso pueden llegar a permitir que se firme un acuerdo de paz, pero lo que no tolerarán es que las FARC se constituyan en una fuerza política que amenace el status quo.

Parecerá una premonición fatalista, pero tal como ocurrió con la Union Patriótica (UP), si el proceso llega hasta la desmovilización y reinserción política de la guerrilla, no solo sus lideres sino también quienes se unan o apoyen su movimiento político serán víctimas de una nueva fase de terrorismo de estado: otro genocidio de los miembros del que seria el segundo movimiento político de la guerrilla.  Como en los tiempos de horror contra la UP, los que logren escapar al terrorismo de estado se verán forzados nuevamente a buscar refugio en las montañas o en el exilio.


Un nuevo ciclo de guerra antisubversiva habrá comenzado en el país.  Un estado de guerra perpetua tal como lo ha concebido, lo mantiene y le conviene al gobierno gringo. Ese es el centro de su política internacional artificiosamente justificada tras el atentado terrorista de Septiembre 11 de 2001.  Esa guerra perpetua por ahora los tiene ocupados en las regiones de Medio Oriente, Africa, y Euroasia, pero eso no implica que hayan perdido su interés en Latinoamérica. Lo que es pasa es que por mas poderosos que sean, su capacidad económica (y de manipular la economía) no les alcanza para abrir frentes simultáneos de guerra en Latinoamérica.

El servilismo incondicional de las clases políticas y elites económicas colombianas así como la continuación del conflicto interno, les permite a los gringos ocupar por ahora todo su aparato de guerra en otras latitudes del planeta. Como muchos reconocidos analistas internacionales lo han expuesto, Colombia es el Israel de Latinoamérica. Maquina de guerra que pondrán a funcionar para recuperar su hegemonía en la región en el momento en que, bien consideren que sus tácticas de guerra política y económica encubiertas contra los países que se les rebelaron no funcionaron, o bien porque nuevos cambios políticos en la región amenazan su imperio.


Ministros de Defensa, Juan Carlos Pinzon de Colombia y Ehud Barak de Israel, reunidos para fortalecer "cooperación militar" (Terrorismo de Estado)


Solo con una Colombia en estado de guerra interna podrán poner en marcha sus planes de recuperar el control político, económico y militar de toda la región, o por lo menos evitar que el "nuevo socialismo" se propague.


Ministros de Defensa de Israel pasando revista a tropas colombianas 


Actualización Octubre 11/14:

La declaraciones del secretario de Defensa de los EEUU durante su reciente visita a Colombia y que incluyo reuniones con el presidente Santos, su ministro de Defensa y altos mandos militares, corroboran lo que hemos discutido anteriormente: "Tener paises como Colombia que avanzan y muestran la clase de liderazgo que Colombia ha demostrado, y con las capacidades, entrenamiento que tienen, es un inmenso recurso para el mundo, para las Naciones Unidas y seria muy importante para los intereses de EEUU alrededor del mundo".

El Secretario de Defensa, Chuck Hagel, acompañado de sus súbditos colombianos, pasa revista a sus tropas colombianas y le da instrucciones a uno comando  mercenario de la base de Tolemaida

Traducción de Declaraciones del secretario de Defensa de EEUU: Aun si Colombia acuerda terminar la guerra con las FARC, no permitiremos que el inmenso, monstruoso aparato militar que hemos creado sea desmontado porque lo necesitamos para las guerras perpetuas que libramos alrededor del mundo, incluyendo las que iniciaremos en la region de Latinoamérica para recuperar el dominio de los paises que se nos han salido de control.




viernes, 30 de agosto de 2013

Autores de los actos violentos durante las protestas en Bogotá: encapuchados de la guerrilla o grupo elite encubierto de la policía?

Foto cortesia Revista Hekatombe

Los actos de violencia y posterior desmantelamiento de las masivas protestas pacíficas que se desarrollaron ayer en Bogotá ponen en evidencia una vez más que el “grupo de los encapuchados” (como los denominan las autoridades estatales y sus medios prepago)  es realmente un grupo infiltrado “elite” encubierto  entrenado para producir caos dentro de las protestas y  enfrentamientos con sus “lanzas” del ESMAD, y asi crear las condiciones perfectas para que el aparato estatal policial aplique las medidas represivas y terroristas que finalmente neutralizan las protestas, amparados bajo la supuesta obligación legal que tienen de “recuperar el orden y proteger a los ciudadanos”. En resumen, el grupo elite de los encapuchados es el grupo antimotines, antidisturbios y anti protestas más efectivo con que cuenta el estado terrorista colombiano.
 
Foto cortesia EFE

Este grupo elite entra en acción principalmente en marchas que ocurren en Bogotá, y especialmente cuando el estado ve que son masivas y que cuentan con amplio respaldo popular, pues las percibe como una seria amenaza para la estabilidad de su gobierno, cuya sede está ubicada a una cuadra de la Plaza de Bolívar, el espacio en el que siempre se congregan la mayoría de las protestas.

Las acciones encubiertas de sabotaje, vandalismo, actos de violencia y terrorismo desarrolladas por el grupo “elite” de encapuchados le sirve al estado terrorista varios propósitos: 1) contener y neutralizar las protestas; 2) justificar el uso de medias extraordinarias y la militarización del país; 3) es el pretexto para reforzar su propaganda de criminalización de los organizadores de la protesta, mediante la estrategia trillada de vincular a los encapuchados con miembros de la guerrilla; 4) el terror infringido en los participantes, cuyas imágenes cuidadosamente seleccionadas son difundidas masivamente a través de los medios masivos prepago, tiene el efecto de desincentivar el apoyo y participación de los colombianos en futuras marchas y protestas populares.
  
Esta realidad por supuesto no la van a ver la mayoría de colombianos, ni siquiera la gran mayoría de personas que participan o apoyan las protestas, ya que a las imágenes repetidas de las “bombas” lanzadas contra la policía, se suma el bombardeo con propaganda difundida por el  gobierno y amplificada por sus medios prepago serviles, cuyo único propósito es reforzar el mensaje de que los autores de los actos de violencia, vandalismo, terrorismo son infiltrados de la guerrilla en coordinación con miembros del movimiento político Marcha Patriótica.

Peor aun cuando el propio presidente tiene el arrojo y cinismo de dirigirse a los Colombianos para  reforzar la estrategia de criminalización de los organizadores de las protestas mediante su vinculación con los encapuchados autores del vandalismo y violencia, quienes como se ha evidenciado en numerosas ocasiones, en realidad son un grupo elite estatal anti protestas.

Ni siquiera alguien con cerebro de insecto podra creer que las FARC van a cometer tamana estupidez de crear caos y violencia durante las protestas cuando saben que el UNICO beneficiario de tales acciones es el regimen fascista que nos gobierna. De ahi que sea el mismo estado mafioso y fascista el que monte grupos elite antidisturbios como los encapuchados, conformados bien sea por mienbros activos de la policia y ejercito, por paramilitares, o por una combinacion de los dos bandos. De hecho, esta tactica no es novedosa del regimen colombiano; esta escrita desde hace decadas en los manuales de entrenamiento y operacion de todas las fuerzas militares y policiales de los regimenes serviles al gobierno de Estados Unidos.

Vean a continuacion una muestra de los terroristas del ESMAD (EScuadron de MAtones y Delincuentes) en accion:



martes, 13 de noviembre de 2012

La “paz” que las oligarquías y mafias quieren imponer a los colombianos


Con ocasión de las esperanzas y entusiasmo que ha despertado el inicio de una negociación política al conflicto interno colombiano, muchas son las iniciativas y discusiones paralelas que están organizando y desarrollando un sinnúmero de organizaciones sociales de base.  A nivel nacional, e incluso internacional,  estas organizaciones están organizando conferencias por la paz,  foros, seminarios, mesas para la paz, y muchos otros eventos a los que han invitado hasta  analistas y expertos internacionales en el interés genuino de abrir el espectro de opciones, visiones y experiencias replicables que conduzcan al logro de una paz incluyente y con justicia social.

La mala noticia es que muy poco o nada de lo que se plantee y recomiende en estos escenarios alternos al proceso oficial llegara a los oídos del gobierno de Santos, menos de sus negociadores.  Si bien las FARC establecerán canales para recoger las recomendaciones e iniciativas que surjan del pueblo, el gobierno de Santos se opondrá rotundamente a que ellas sean discutidas, para lo cual recurrirá a su trillada estratagema de que ya existe una agenda (de la cual, según el gobierno, solo queda por negociar el punto de la entrega de armas de la guerrilla porque los otros cuatro ya están solucionados (¡!!??)); y al argumento perverso de que todas esas organizaciones estas representadas por las FARC, ya que según Santos todas las organizaciones sociales de base son afiliadas o simpatizantes de las FARC (y para su ministro de Defensa y el generalato,  “terroristas”).  El caso más relevante que demuestra esta perversidad es la estigmatización y criminalización del recientemente conformado Movimiento Marcha Patriótica.

Los que si tendrán resonancia en el régimen de Santos serán las organizaciones y seudo movimientos creados a última hora (algunos ya existentes) dizque en  representación de las víctimas de la guerrilla, las que por su misma burda presentación, manifestaciones  y  reclamaciones que han hecho públicas, mas parecen organizaciones apéndices del narcoparauribismo y sus camarillas empresariales y mafiosas que se benefician de la guerra (y que por lo mismo no quieren la paz), que organizaciones genuinas de base que exijan que tanto las víctimas de la guerrilla como las del estado (y sus brazos paramilitares) tengan derecho a saber la verdad sobre la suerte de sus familiares y sus vidas reparadas económica y sicológicamente.

Así que, si como es de esperar, las FARC no claudican a las demandas de una paz verdadera y con justicia social, la paz que el régimen de Santos les dirá a los colombianos que no fue posible alcanzar por culpa de las FARC, no será otra que la que las mafias políticas y empresariales (y sus patrones extranjeros) querían imponerles; y que no será menos violenta, inequitativa, injusta, corrupta, discriminatoria,….que la que el país ya ha vivido por más de 5 décadas.

Pero para que tengan una idea del “legado de paz” que Santos quería dejarles, las siguientes serian algunas de las “transformaciones sociales” que el país disfrutaría luego de una eventual claudicación/rendición de las FARC:
  • Apertura democrática y garantías de seguridad para que los líderes de las FARC hagan campaña política para las elecciones del 2014, y para que otros ocupen altos cargos públicos (en el evento improbable de que las FARC se dejen engañar y depongan las armas así no mas, escenario improbable,…como improbable es que los dejen vivir para ello), tal como ocurrió con la mayoría de los mal llamados líderes del M-19;
  • Transformación del campo y su agricultura pues la ley de victimas y restitución de tierras de Santos (entre otras) convertirá a los campesinos en peones baratos y desechables de las multinacionales que se harán a las mejores y más extensas tierras del país, con quienes los campesinos no podrán competir como productores pues las gabelas tributarias, subsidios, flexibilidad laboral y demás exenciones de impuestos en insumos y equipo agrícolas no son para ellos sino para los “inversionistas extranjeros”.  Sin los cuales, según el nefasto ministro Juan Camilo Restrepo, la agricultura colombiana está condenada a morir. De hecho, el ministro sueña con ver el país inundado de tractores, trilladoras, tostadoras, cosechadoras de sorgo, de soya de la más alta tecnología; eso sí, ninguna de propiedad de un campesino, por supuesto;
  • Un país próspero, con un crecimiento económico y sostenido de más del 5% debido al incremento exponencial de las inversiones extranjeras, principalmente en los sectores de la minería y energía. No importa que de esa prosperidad solo participen (de hecho ya lo vienen disfrutando por décadas) las multinacionales extranjeras  y sus agentes corruptos locales incrustados en el narcoestado y/o en las mafias empresariales;
  • Posicionamiento del país como potencia militar mundial pues al puesto predominante que ya ocupa por el pie de fuerza y excesivo gasto para la guerra (porque aunque ya no existan las FARC, ni ELN, aparecerán o se inventarán otros enemigos, además del narcotráfico por  supuesto) se le sumará el “reconocimiento” de poseer la mayor flota de drones (aviones no tripulados) que adquirirá  supuestamente para apoyar la guerra contra el narcotráfico y vigilar las fronteras (y de paso a los países vecinos que recuperaron su soberanía de las garras de los gringos)……

Buscar en este blog