martes, 14 de mayo de 2013

Cuando será el turno para los Ríos Montt Colombianos?



Casi desapercibida pasó en Colombia la noticia sobre la condena del criminal Ríos Montt por genocidio y crímenes de lesa humanidad cometidos contra miles de indígenas de Guatemala.  El que haya sido condenado por una corte de su propio país es un hecho histórico y por lo mismo ha tenido  y sigue teniendo la mayor difusión en prácticamente todos los medios internacionales.  El veredicto no tiene precedentes,  pues es la primera vez que una corte nacional condena a un ex jefe de estado por genocidio.

Pero para los grandes medios nacionales colombianos, prepago y cómplices de similares crímenes cometidos por sus patrones enquistados dentro del régimen, la noticia no merece mayor difusión; por el contrario tratan de minimizarla ya que, cual criminal en estado de negación, les produce pavor que un juicio similar ocurra en Colombia, el cual por supuesto los involucraría hasta los tétanos.  No es sino traer a la memoria los elogios y veneración para con las fuerzas del estado asesinas, a quienes venden como “héroes de la patria”, no importa la magnitud, recurrencia y cantidad de masacres y otros crímenes de lesa humanidad cometidos contra inocentes civiles colombianos.

Para refrescar la memoria de los colombianos (más bien, para revivir su pesadilla) sobre esos miles de abominables masacres y crímenes cometidos por el Estado, nada más oportuno que reproducir parte de la reseña histórica de los crímenes cometidos por  el ahora convicto  ex general Ríos Montt  en Guatemala, la cual, si se cambiaran los nombres de lo actores y de las poblaciones, pareciera que hubiese sido escrita para Colombia.  Y no podría ser de otra manera, pues el mismo apoyo en armamento, entrenamiento y financiación que recibieron Ríos Montt y su ejército guatemalteco por parte del gobierno gringo, los han recibido (y siguen recibiendo) los generales, altos oficiales, paramilitares, policías y soldados que hacen parte de las fuerzas terroristas estatales colombianas, todo por supuesto con el conocimiento y aprobación del gobernante títere de turno, y con la complicidad y beneplácito de las oligarquías y mafias empresariales.

Así que el proceso para judicializar a los genocidas y terroristas estatales colombianos prácticamente está ya armado. No es sino seguir los mismos lineamientos del llevado a cabo en Guatemala y los Ríos Montt colombianos tendrían el castigo que merecen. De ahí la indiferencia y minina cobertura de los medios prepago nacionales sobre la condena de Ríos Montt. Pero no tienen por qué sentir temor. En Colombia un proceso como el de Guatemala nunca ocurrirá. La justicia en Colombia está igual o más podrida que las instituciones de gobierno; así que no se preocupen, si algún día sus gobernantes y sicarios a quienes sirven y encubren son llevados a juicio, eso no será en una corte colombiana sino internacional……, y aun en esa instancia, las posibilidades son muy lejanas.

El relato que les presentamos a continuación es una recopilación  de las memorias y notas que el reconocido periodista norteamericano Allan Nairn ha publicado en los últimos días como quiera que El ha cubierto e investigado periodísticamente todas las acciones criminales y terroristas del ejercito guatemalteco durante la década de los 80’s, trabajo por el cual ha sido llamado como testigo clave dentro del proceso que terminó en la condena a 80 anos del ex general Efrain Rios Montt.

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El Caso de Genocidio en Guatemala: Notas para Testimonio  contra Rios Montt, Por Allan Nairn


Mis notas para mi propio testimonio incluyen las siguientes observaciones:

Cuando Ríos Montt se tomó el poder el 23 de marzo de 1982, de inmediato tomo el control y transformo las operaciones del ejército.

Ríos disminuyo los asesinatos urbanos, que se habían vuelto contraproducentes, y aumentó las masacres de los mayas en las zonas rurales, quienes eran considerados el principal "enemigo interno"  del ejército.

Adoptó una táctica de limpieza que había sido iniciada por el General Benedicto Lucas García e hizo de ella una estrategia sistemática, aplicada a lo largo y ancho de las montañas del noroeste.

Un informe de la CIA observaba sobre el método de Benedicto—que más adelante seria el método de Ríos Montt: "a mediados de febrero de 1982 el ejército guatemalteco reforzó su fuerza existente en el central Departamento de El Quiche y lanzó una operación de limpieza en el triángulo Ixil. Los comandantes de las unidades implicadas han sido instruidos para destruir todas los pueblos y caseríos que están cooperando con el ejército guerrillero de los pobres (EGP) y eliminar todas las fuentes de resistencia. Los civiles en la zona que acuerden colaborar con el ejército y que busquen la protección del ejército deben ser bien tratados y atendidos en campamentos de refugiados por el tiempo que dure la operación."

En la práctica, los civiles en los campamentos a menudo eran sobrevivientes de las masacres del ejército y  estaban sometidos a una gran coerción, incluyendo ejecución, tortura, violación, trabajo forzado y servicio forzado en las "patrullas civiles".

El coronel George Maynes, agregado militar de Estados Unidos en Guatemala, me dijo que él y Benedicto Lucas habían desarrollado esta táctica de limpieza y que Ríos Montt la había ampliado.
El capitán Jesse García, boina verde, me mostró cómo, con aprobación de Ríos Montt, el estaba entrenando tropas guatemaltecas en técnicas sobre cómo "destruir pueblos." (Allan Nairn, "A pesar de prohibición, el capitán de EEUU entrena al ejército guatemalteco," Washington Post, 21 de octubre de 1982, Página 1).

La Conferencia Episcopal guatemalteca informó en una carta pastoral del 27 de mayo de 1982: "numerosas familias han perecido, vilmente asesinadas. Ni las vidas de los ancianos, mujeres embarazadas o niños inocentes han sido respetadas... Nunca en nuestra historia se había llegado a tales extremos. Estos asesinatos caen en la categoría de genocidio".

En mayo , una entrevista en el Palacio le pregunté a Ríos Montt sobre la matanza de civiles. Él dijo: "Mira, el problema de la guerra no es sólo una cuestión de quien está disparando. Por cada uno que está disparando hay diez que trabajan detrás de él."

El asistente de alto rango y portavoz de Ríos Montt, Francisco Bianchi, que estaba sentado junto a él, se extendió aun mas: "la guerrilla ganó muchos colaboradores indios. ¿Por lo tanto, los indios eran subversivos, correcto? ¿Y cómo luchar contra la subversión? Claramente había que matar a indios porque ellos estaban colaborando con la subversión. Y entonces me decían: 'Usted está masacrando a inocentes'. Pero no eran inocentes.  Se habían vendido a la subversión." (Allan Nairn, "Guatemala no puede tomar 2 caminos," The New York Times, op ed, 20 de julio de 1982).

He visitado la zona Ixil en septiembre de 1982, llegando primero en Nebaj. Los pueblos y gran parte del área Ixil estaban bajo la ocupación del ejército.

Un trabajador de sanidad exterior dijo que 80% de las personas estaban desnutridas. Muchos morían de hambre, sarampión y tuberculosis.

El comandante que Ríos Montt tenia allí actualmente era un hombre que se llamaba a sí mismo Mayor Tito Arias, pero que era realmente Otto Pérez Molina, actual Presidente de Guatemala.
Subordinados de Ríos Montt y Pérez Molina describen cómo torturaron y mataron a civiles. Los soldados y oficiales describieron una estrategia que se centraba en desocupar y masacrar a pueblos enteros.

Ellos dijeron haber asesinado entre un cuarto y un tercio de las personas, entre un cuarto y un tercio llevados a campamentos, y el resto habrían huido a las montañas donde, si el ejército los encontraba, habrían sido asesinados a mansalva.

Los soldados dijeron que estaban todavía en medio de las operaciones de limpieza intensiva.
También dijeron que estaban bajo una estricta cadena de mando que colocaba sólo tres capas de responsabilidad entre ellos mismos y Ríos Montt. En palabras del teniente Romeo Sierra, en La Perla tenían "con una cadena de mando muy corta."

Un gran numero de soldados se referían a pueblos y caseríos en los que habían cometido masacres.
Uno de ellos, un cabo llamado Felipe, acampado en Nebaj, tenia en la lista de pueblos a Salquil, Sumal Chiquito, Sumal Grande y Acul.

Su historia era constatable con la de un hombre de Acul, quien habló en secreto y describió una masacre de abril en la que dijo que el ejército asesinó a 24 civiles. Dijo que los soldados les dispararon en la cabeza después de separar a los campesinos en dos grupos, a uno los enviaron a la "Gloria" y al otro al “infierno.” Él soldado dijo: "Ellos dijeron que se estaba ejecutando la orden de Ríos Montt".

Las descripciones de la estrategia de la masacres por parte de soldados y los civiles sobrevivientes eran consistentes. También eran consistentes con lo que he escuchado en otras partes de las zonas mayas.


Como complemento de este crudo relato, vean los siguientes videos con recientes entrevistas al periodista Allan Nairn.





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