El MinGuerra Pinzon de rodillas saludando a su jefe, el Secretario de Defensa de EEUU, Chuck Hagel
Como es apenas obvio, extenso cubrimiento y difusión le dieron los medios prepago a la rendición de cuentas del mindefensa en Washington, y especialmente a los supuestos resultados tan “positivos y beneficiosos” para el país que se derivaron de ese viaje.
Con la fanfarronería que lo
caracteriza, el mercader de la guerra y nefasto mindefensa resalto que su encuentro
con sus patrones en Washington condujo a la ratificación del compromiso del
gobierno gringo en la “lucha contra el terrorismo”.
Lo que no explica es cuál es el
verdadero propósito y alcance de esa guerra
contra el “terrorismo”
En el caso colombiano, desde el
atentado del 11 de Septiembre, la palabras “terrorismo” y “terroristas” se
volvieron de uso imprescindible en el lenguaje con que se refieren a las
acciones militares de las FARC, no importa que estas guerrillas constituyan una
fuerza beligerante política armada que confronta militarmente al Estado
colombiano, representado en las mafias políticas y oligárquicas y en sus
mentores, los buitres extranjeros. Tampoco
importa que estas confrontaciones militares sean parte de un conflicto interno
que ha perdurado por más de 50 años, que
como tal lo reconoce la Organización de Naciones Unidades; y en el que si
ocurren acciones que se pueden calificar como terroristas, estas han sido cometidas tanto por las FARC
como las fuerzas armadas estatales y sus engendros paramilitares.
Pero para los buitres locales e
internacionales los únicos terroristas son los grupos guerrilleros. Muy a desgano el gobierno gringo se vio
forzado a incluir recientemente a los paramilitares en la lista de terroristas
(aunque sea solo en el papel, porque acciones contra ellos no se ha visto la
primera). La grotesca manipulación de la llamada lucha contra el terrorismo en
Colombia llega al extremo de que incluso cuando soldados o policías son dados
de baja en confrontaciones con la guerrilla, la reacción inmediata del régimen
es vociferar a través de sus medios prepago que sus fuerzas armadas han sido
objeto de un “ataque terrorista”. Y eso cuando ya no pueden esconder o
manipular las bajas sufridas en esos combates, porque la estrategia estándar es
minimizar o negar que hubo bajas en sus filas. Para ellos las únicas bajas que
merecen salir a la luz pública son las que sufren las guerrillas (las que tambien manipulan). No importa lo perversas y mezquinas que
resultan sus acciones cuando les distorsionan o esconden la verdad a las familias de
los humildes soldados y policías caídos en combate, a quienes descaradamente engañan
diciéndoles que sus hijos fueron secuestrados por la guerrilla, y luego de que
ya no pueden sostener la farsa, les chan el cuento de que fueron asesinados en
cautiverio.
Tampoco importa que las fuerzas
estatales sean las que realmente y sistemáticamente cometen actos terroristas, estos
si dirigidos específicamente contra la población civil con el fin de
aterrorizar y desplazar a cientos de
miles de ciudadanos inocentes, quienes el único delito que han cometido es
tener la mala suerte de vivir en zonas ricas en petroleo o minerales, o convivir con la guerrilla en zonas donde
esta se refugia o adelanta operaciones, así esta circunstancia sea producto del abandono, marginamiento y exclusión a los que el mismo estado
terrorista los ha sometido. Ejemplos de acciones terroristas cometidas por el estado, que precisamente esta para proteger a la población civil, se
cuentan por docenas: masacres en San José de Apartado, Santo Domingo, Mapiripan, El Aro, etc.…..
Acciones terroristas estatales que con el mayor cinismo, en principio las
niegan; o con el peor gesto de mezquindad y desprecio por la vida de los
colombianos, las justifican recurriendo a la táctica de que las víctimas eran informantes
o miembros activos de la guerrilla. Actos terroristas, crímenes de lesa
humanidad que si no fuera porque
organizaciones de DDHH y organismos de justicia internacionales intervienen,
quedarían enterrados en la memoria de la gran mayoría de colombianos como actos
de “defensa de la libertad y la democracia”
Otros actos terroristas que se les atribuyen a las guerrillas son las
voladuras de infraestructura petrolera, minera o energética. Como atentados
contra la económica nacional y por ende del bienestar de los colombianos son usualmente
calificados por el régimen, no importa que los verdaderos dueños y
beneficiarios de la explotación de los recursos petroleros, minerales y
energéticos sean las trasnacionales, y que lo que realmente le dejan a la
nación sean migajas (regalías, les llaman), las cuales incluso terminan repartiéndoselas
entre las mafias políticas nacionales, regionales y locales.
No se necesita hacer la lista completa
de los actos terroristas cometidos por el estado colombiano para llegar a la
conclusión de que la denominada “lucha contra el terrorismo” de la que tanto se
ufana el títere de los gringos que posa de mindefensa, no es mas que un
eufemismo detrás del cual se esconde el verdadero y mas mezquino de los
propósitos: implementar el plan de terror diseñado contra el pueblo colombiano
mediante el cual los verdaderos gobernantes del país (las potencias extranjeras y
trasnacionales) aseguran que sus intereses económicos y políticos no sean amenazados. Para
ello cuentan con agentes locales (peones/sirvientes políticos, generales y mercenarios)
a quienes sostienen en el poder y recompensan muy generosamente para que ejecuten
las acciones específicas de ese plan de terror: represión brutal de cualquier levantamiento
popular que trascienda más allá de una marcha; aplicar terror contra los ciudadanos
que se opongan a la continuación del saqueo de los recursos naturales,
minerales y energéticos; desarticulación de cualquier movimiento político que
se oponga abiertamente al régimen títere pro capitalista; estigmatización,
persecución, amenazas y hasta exterminio de lideres sindicales, comunitarios y
defensores de DDHH, etc., etc. Acciones
de terrorismo de estado que se complementan con actos de gobierno diseñados
para garantizar la perpetuidad del saqueo del patrimonio nacional (confianza
inversionista, le llaman), la militarización del país y el blindaje jurídico
contra cualquier investigación criminal que involucre a las cabezas principales
que actúan como agentes locales, ejecutores del plan de terror impuesto desde
el exterior.
Frente a las transformaciones
sociales y políticas que han ocurrido en algunos países de la región, el plan
de terror diseñado para Colombia también les sirve a los buitres extranjeros
como pretexto para ejecutar acciones militares, de sabotaje, incluso
terroristas en contra de los gobiernos de esos países, quienes han cometido el grave delito de liberarse de su dominación y saqueo, y gobernar para el bienestar y prosperidad del pueblo.
Así las cosas, la unica lucha contra el
terrorismo de los gobiernos gringo y colombiano que se puede considerar cierta
es su lucha interna contra el terror, el miedo que les produce ver perder el
poder político y el control sobre los recursos y economía del país, el terror de que un
líder o grupo político que represente a las clases oprimidas llegue a la
presidencia, que la revolución Bolivariana contagie a Colombia, que
defensores de DDHH o periodistas serios denuncien sus crímenes y actos
corruptos, que el movimiento político de las FARC (si es que hay un acuerdo de paz) llegue al poder,…
El reciente atentado contra el
periodista Ricardo Calderón ocurrido en las ultimas horas, quien denunció violaciones
de las normas penitenciarias en el resort de Tolemaida, es solo una muestra del pavor
que les produce que alguien saque a la luz publica sus desafueros, crimenes y violación
de las leyes; de ahí que su reacción para prevenir o contrarrestar ese terror
interno crónico, que los mantiene en estado de paranoia permanente, sea
recurrir a los atentados terroristas…….
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