El presidente Santos y
su camarilla de medios serviles pretende hacerle creer a todos los colombianos,
e incluso a la opinión internacional, que recibir en el palacio de Nariño a
Henrique Capriles es apenas un acto de soberanía y como tal las reacciones del
gobierno de Venezuela son absurdas e inadmisibles.
A la galería que,
desafortunadamente es la mayoría, no le informan que el famoso huésped de la
Casa de Nariño es recibido casi al mismo tiempo que el vicepresidente de EEUU,
John Biden; y más importante aún, que Capriles fue uno de los lideres golpistas
contra el gobierno de Chávez en 2002, y que como candidato derrotado en las
recientes elecciones venezolanas anda buscando apoyo por toda Latinoamérica como
parte del plan para derrocar al gobierno legítimamente electo de Nicolás Maduro;
planes que por supuesto han sido diseñados y vienen siendo ejecutados bajo la dirección
del gobierno de los EEUU, de ahí que la visita de Biden y su títere venezolano a
su otro títere colombiano no es mera coincidencia.
A la omisión premeditada
de estos hechos, se suma la masiva propaganda emprendida por los medios
serviles prepago del régimen de Santos, dentro de la cual el lenguaje que
utilizan en sus reportes tiene un propósito muy evidente: moldear la actitud y opinión
de los colombianos haciéndoles creer que las reacciones del gobierno de
Venezuela van dirigidas a todos los colombianos. De hecho, las palabras que
recurrentemente se escuchan en emisoras y se leen en primeras páginas de
diarios prepago colombianos son “ataque”, “amenaza”, “chantaje”,….las cuales son
utilizadas dentro de un contexto político totalmente falso; esto es, que esos “ataques”
son contra todo el pueblo colombiano. De
ahí que las encuestas que también montan para verificar que su campaña propagandística
está funcionando, arrojen resultados tan inverosímiles. La mayoría de
encuestados (la “mayoría de colombianos”, dicen los medios prepago) expresa
total rechazo y condenan las reacciones del gobierno de Venezuela, y aceptan
cual borregos el burdo discurso oficial de que como gobernante de un “país libre
y soberano”, el presidente Santos puede reunirse con quien quiera.
Imposible para un
ciudadano mínimamente consciente de la historia y realidad política colombiana contener
las carcajadas cuando escucha que Colombia es un país libre y soberano. Si de
eso se ufana, entonces que Santos reciba también en el Palacio de Nariño al
presidente de Irán, al presidente de Corea del Norte,…
Algunos de los mal
llamados generadores de opinión como la godofreda cinica caspa de la W, María Isabel
Rueda, no se ruborizan cuando exigen que el gobierno de Colombia debe renunciar
al servilismo con el gobierno de Venezuela. Para pseudoperidistas prepago de su
calaña, el único servilismo que le es permitido a Colombia es para con su amo,
el gobierno de los EEUU y sus multinacionales.
El conductor del
programa de noticias de la W, el también pseudoperiodista prepago Julio Sanchez
Cristo, tiene incluso la desfachatez de equiparar la reunión de Santos -
Capriles con las reuniones que hayan podido ocurrir entre el gobierno de
Venezuela e Iván Márquez. Dice este patético
y servil periodista que si Chávez se reunía con uno de los jefes del “grupo terrorista
de las FARC” porque Santos no se puede reunir con un ex candidato presidencial
de Venezuela. Lo que este pseudoperiodista omite en su verborrea es que las
reuniones de Chávez con la comandancia de las FARC no se dieron como parte de un
plan para intentar derrocar al gobierno colombiano sino para convencerlos de
que aceptaran iniciar diálogos con el gobierno de Santos tendientes a lograr
una solución política al conflicto que sufre el país por más de 50 años; gestiones
que por lo demás condujeron a que hoy estén sentados en la Habana las FARC y el
Gobierno de Santos discutiendo las transformaciones sociales y políticas que se
necesitan para acabar con esta guerra fratricida.
Pero claro, como podría este
pseudoperiodista mencionar estas gestiones de paz del gobierno de Chávez, si al
hacerlo le quedaría imposible esconder el hecho de que Capriles no vino a Colombia
en calidad de Gobernador de Miranda sino de ex candidato presidencial; y no
solo a denunciar los supuestos fraudes electorales que le impidieron alcanzar
la presidencia sino a consolidar planes conspiracionales y desestabilizadores
en contra de un gobierno legítimamente elegido a través de un proceso democrático
que ha sido repetidamente calificado por el Centro Carter como el más
sofisticado y transparente del mundo. El pseudoperidosta prepago Sanchez Cristo
tampoco obviamente iba a mencionar el hecho de que Capriles fue uno de los líderes
en el golpe de estado contra Chávez ocurrido en el 2002, ni que luego de
conocer los resultados de las pasadas elecciones presidenciales, fue el
principal instigador de la violencia en las calles venezolanas la cual terminó
con un saldo de 14 muertos.
Y lo de titere y farsante lo demuestra con su reaccion patetica a los reclamos del gobierno de Venezuela. Si queria responderle a Maduro debia hacerlo como estadista no como un culpable que se defiende acusando al otro o ridiculizando sus acusaciones. Peor aun, cuando niega que esta ayudando a montar un complot contra Venezuela y al dia siguiente anuncia que Colombia entrara a hacer parte del grupo terrorista mas grande del planeta, la OTAN.
No es dificil anticipar cual es el proposito de la integracion de las FFMM de Colombia al grupo terrorista de la OTAN. Ya vendran las acusaciones de que Venezuela, Bolivia o Ecuador estan apoyando o sirviendo de refugio a grupos terroristas islamicos, o ayudando a fabricar las bombas atomicas de Iran. Lo que sigue ya es conocido y es procedimiento standard. Guerra propagandistica, bloqueos economicos, suministro de armamento a grupos terroristas opositores, intervenciones militares, invaciones, bombardeos,.... con saldos de miles de civiles inocentes asesinados y los gobiernos legitimamente elegidos, derrocados o asesinados; en esta ocasion, con Colombia como base de operaciones del grupo terrorista de la OTAN. Y no se sorprendan si este paso de Santos no es sino en anticipacion al fracaso del proceso de paz (asi disenado por el establecimiento) para emprender la arremetida final contra las FARC, pero no para acabarlas sino para usar esta arremetida militar contra Venezuela, principalmente, pues reviviran los montajes de que este pais es el principal refugio de la guerrilla de las FARC.