Desde
mucho antes de que se hicieran públicas las supuestas intenciones del gobierno
de Santos de iniciar negociaciones de paz con la guerrilla de las FARC ya
habíamos anticipado en este blog que el proceso de paz era una farsa.
Un
conocimiento mínimo pero objetivo de los hechos históricos asociados al mismo
conflicto y sus orígenes, del contexto económico y político bajo el que se ha
gobernado al país desde la mal llamada independencia, y de la dependencia y
subyugación total a los intereses políticos y económicos de fuerzas
extranjeras, con los EEUU a la cabeza, llevan a ver con claridad el por qué de
la permanencia del conflicto interno y de las intenciones reales que hay detrás
de cada supuesto proceso de paz.
Pero en
esta ocasión ya ni siquiera se necesita conocer a cabalidad la historia ni la
situación actual de ingobernabilidad del país. Lo único que se requiere es
tener un mínimo de capacidad para ver la lógica de los hechos mas recientes, establecer
las conexiones entre unos y otros hechos, y plantearse unos mínimos
interrogantes.
Dentro
de esos interrogantes, el principal es el por qué de la urgencia para reformar el fuero militar, el cual está siendo aprobado en el día de hoy, aun a costa de
ir en contravía de las criticas y cuestionamientos de organizaciones
internacionales de derechos humanos, incluida la Oficina de Derechos Humanos de
la ONU, y de opiniones bien sustentadas de respetables juristas e intelectuales
nacionales e extranjeros.
La
afrenta y el desprecio de Santos por las opiniones que han expresado quienes se
han opuesto a la reforma del fuero militar no puede tener lectura distinta que la necesidad
de rodear de impunidad la cadena de crímenes y abusos de derechos humanos que se
aproximan y que se convertirán en acciones cotidianas con ocasión del
recrudecimiento de la guerra contra la guerrilla, contra las organizaciones
políticas de izquierda, sindicatos y contra la población en general. Plan de recrudecimiento de la guerra que ha
sido formulado y ha avanzado paralelamente con la farsa del proceso de paz en
curso.
Si no
es así, entonces por qué la necesidad y el afán de reformar el fuero militar?
Si las intenciones de Santos de sacar adelante el proceso de paz son genuinas, no
se supone que al final de las negociaciones con la guerrilla ya no habrá
conflicto interno?. Qué fundamento
tienen entonces las “preocupaciones” de los militares de que su capacidad de
combate se ve diezmada bajo las actuales condiciones y alcance del fuero militar?
Si ya no habrá conflicto y enfrentamientos con los grupos guerrilleros, a que
combates se refieren? A caso a los
combates que sostendrán con los grupos paramilitares? (bandas criminales según
ellos). No era acaso que los militares
estaban impedidos por la constitución para hacer frente a las bandas
criminales?
Que explicacion tiene el gobierno de Santos para la continua verborrea incendiaria contra el proceso de paz de su ministro de defensa, quien no pierde oportunidad para descreditar a la guerrilla y atribuirles acciones contra la poblacion civil que son montajes del propio ejercito, como los recientes ataques a la poblacion de Caloto, Cauca?
Por que creen que altos consejeros de seguridad de Obama estuvieron recientemente en la Casa de Narino? A hablar de paz, de derechos humanos, de reformas sociales de fondo, de asistencia para frenar la corrupcion e impunidad?
Que explicacion tiene el gobierno de Santos para la continua verborrea incendiaria contra el proceso de paz de su ministro de defensa, quien no pierde oportunidad para descreditar a la guerrilla y atribuirles acciones contra la poblacion civil que son montajes del propio ejercito, como los recientes ataques a la poblacion de Caloto, Cauca?
Por que creen que altos consejeros de seguridad de Obama estuvieron recientemente en la Casa de Narino? A hablar de paz, de derechos humanos, de reformas sociales de fondo, de asistencia para frenar la corrupcion e impunidad?
Todas
las anteriores preguntas tienen una sola respuesta. El gobierno colombiano, con
la asistencia (y bajo las ordenes) del gobierno de los EEUU, está preparando el
terreno para un escalonamiento del conflicto, luego del rompimiento de las
negociaciones con la guerrilla, lo cual ocurrirá antes de la fecha fijada por
Santos para supuestamente firmar un acuerdo de paz (Noviembre de 2013). Y como ha ocurrido también en el pasado, las
causas para el rompimiento de las negociaciones serán atribuidas a las FARC.
Señores
negociadores de las FARC: Sorprendería si otra vez caen en la trampa de esperar
a que sea el gobierno el que se levante de la mesa de negociaciones. Háganlo
ustedes y lo mas pronto posible. Esta vez no será el montaje del secuestro de
un avión el hecho determinador y usado como pretexto por el gobierno para romper
los diálogos. A todo el mundo le han
hecho creer que vivimos en la era del “terrorismo”, y dentro de esa “lógica”, serán
actos terroristas los que se cometerán en su nombre para desacreditarlos,
justificar el fin de las negociaciones y sobre todo, para combatirlos con todas
las armas (incluyendo la del terrorismo), la tecnología y hasta con la participación
directa de soldados norteamericanos. Esta vez el nombre que le darán al recrudecimiento
de la guerra no será ni Plan Colombia, ni Plan Patriota, sino “cruzada contra
los terroristas de las FARC”; eso si, no será una cruzada para acabarlos, sino controlada
para mantener el conflicto vivo y así justificar la consolidación de la
militarización gringa del país. Ustedes serán la razón de ser de la masiva
presencia militar gringa en el país; y si bien ustedes sufrirán muchas bajas,
la peor parte se la llevará el pueblo, especialmente y como ha sido lo usual,
los pueblos y comunidades asentadas en las zonas de conflicto y en regiones
destinadas a la explotación de hidrocarburos, recursos minerales, hídricos,
forestales, bióticos y a la agroindustria.
La
consolidación de la militarización gringa tiene un último propósito. Convertir
a Colombia en el Israel de Latinoamérica, es decir en el enclave militar para
acosar, hostigar y atacar, cuando así lo determinen, a los países vecinos y de
la región que recuperaron su soberanía, dignidad e independencia.
No es
el proceso de paz el que esta en peligro como lo quieren hacer creer por estos
días los medios prepago, a propósito de la nueva intervención quirúrgica a que se someterá el presidente
Chávez. Dicen que si Chávez deja la presidencia, el acompañamiento del proceso
se debilitaría y con el las propias negociaciones. Cual peligro? De cual
proceso de paz hablan si no existe? Es una Colombia en paz lo que constituye el
mayor peligro, y no solo para el régimen mafioso, corrupto, traidor y
terrorista que se ha incrustado en el poder, sino para los poderes extranjeros
que ven a Colombia como el país mas dócil y el mejor enclave para desde allí
dirigir operaciones tendientes a recuperar el control económico y geopolítico
que han perdido.
Señores
de las FARC: ustedes solo son un comodín que les sirven para esos propósitos.
Tendrán esta vez la visión y el arrojo para no dejarse manosear ni prestarse a
sus juegos de guerra; y para desenmascarar las farsas de su contraparte en la “mesa
de negociación”?
Mesa, a
la que siendo fieles a la realidad, deberíamos referirnos como “mesa de
usurpación de la paz”.
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