Dos
hechos importantes ocurrieron durante la semana que termina, los cuales
sustentan el titulo de este articulo.
El costo de la violencia para la economía
global
El
Instituto para la Economía y la Paz (Institute for Economics and Peace, IEP)
acaba de publicar un informe actualizado al año 2102 de los costos que implica
la violencia en el mundo y en 152 países. Colombia, por supuesto, no podía
dejar de ocupar los primeros lugares; de hecho aparece en el puesto 17, dentro
del grupo de países designados como los más violentos del mundo (países con los
mas elevados costos por violencia, más del 10% del PIB), al lado de Afganistán,
Irak, Somalia, Honduras, Siria, Lybia, Sudan, entre otros.
No, señores
periodistas prepago colombianos; Venezuela, país al que acusan por estos días
de ser uno de los mas violentos, no está entre este primer grupo de países
designados en el mapa de violencia con color rojo. De hecho, Venezuela esta en
el puesto 23, con gastos por violencia del 9.9% del PIB; por debajo de Colombia
que ocupa el puesto 17 con un gasto de cerca del 11% del PIB.
El
costo total de la violencia para la economía global, según el informe, es de
$9.46 trillones de dólares, mucho más alto que el valor de algunas de las economías
más grandes del mundo como India, Japón y Alemania.
En el
caso colombiano, el 10.8% del PIB que se gasta en contener la violencia,
equivale a casi $40 billones de dólares,
$81.840.000.000.000 de pesos colombianos. Una cifra astronómica! Como van a
permitir los “héroes de la patria” que les quiten o reduzcan semejante ponqué
billonario, una buena porción del cual va a parar a los bolsillos de los
generales y otros altos mandos militares y de policía. No es sino que revisen en
este link una pequeña muestra de los millonarios contratos que manejó el
ejercito entre 2011 y 2012.
Por
supuesto, para los medios prepago colombianos ésta no era una noticia
importante para difundir, menos cuando surge en los días en que están ocupados
las 24 horas del día sirviendo de megáfonos a la propaganda de EEUU y sus serviles mafias de ultraderecha y
escuálidos venezolanos que intentan derrocar al gobierno de Venezuela. Y menos
aun cuando el informe revela que Colombia es más violento que Venezuela, tema
que hace parte de la propaganda para desprestigiar y difamar al gobierno de
Nicolás Maduro.
Los “Dialogos de Alto Nivel” de la canciller
y el Mindefensa en Washington
El
único respiro que se tomaron los medios prepago en la semana que termina para
hablar de temas diferentes a la supuesta crisis que vive Venezuela, se dio con
motivo de la visita de la canciller y el ministro de defensa a Washington,
supuestamente a hablar de tu a tu con funcionarios del “mas alto nivel” del
gobierno de Obama. Por supuesto, la prensa lambona y subordinada al régimen, no
podía estar más lista a repetir hasta la saciedad la retorica que utilizaron
los dos funcionarios de Santos como justificación de su viaje a Washington: que
tenían programados “Dialogos de Alto Nivel” en los que discutirían temas estratégicos de la mayor importancia para los “intereses nacionales”.
Lo que
no contaban era que alguien dentro del ministerio de Defensa filtrara la agenda
real del ministro de esa cartera, la cual detallaba las peticiones del gobierno
colombiano al de Obama. Por supuesto, una vez enterado el gobierno de Santos de
que los medios tenían el contenido de esa agenda la orden no podía ser otra que
pedirles que revelaran solo algunos puntos pero modificando el sentido y
contexto para hacer creer a la opinión publica que en esa agenda no había nada
secreto.
Una
incomoda situación para los medios prepago, no porque les resultara difícil
obedecer las ordenes de Santos, sino porque tenían que anticiparse a
contrarrestar lo que otros medios no serviles pudieran publicar, en caso de que
la agenda también hubiese sido filtrada a estos.
Al
final, la opinión publica se quedó con la expectativa de que la agenda iba a
ser publicada en su totalidad. En su lugar, los medios prepago se limitaron a
comentar algunos de los temas mas sensibles de esa agenda pero presentándolos
como si su discusión entre el gobierno colombiano y EEUU fuera normal. Como si
la discusión fuera de tu a tu y no de sirviente a patrón, como es la relación
real entre los dos países. Y como si la situación política que viven muchos de
los países de la región fuera la más favorable para los EEUU.
No es
sino leer el articulo que publica el diario El Espectador para corroborar la
censura impuesta por Santos. Aunque en un país en el que todos los grandes
medios son fieles sirvientes del régimen de turno (se autocensuran según sus
conveniencias), hablar de censura estatal es una exageración.
Entre
los temas de la agenda que comenta El Espectador están la seguridad regional,
las negociaciones en la Habana, la situación de las FFMM en un posible
escenario de post conflicto y la lucha contra el narcotráfico.
Al
diario prepago El Espectador le parece normal, e incluso benéfico para el país,
que el gobierno colombiano siga insistiéndole a su patrón que le permita ampliar
el supuesto acuerdo de información que actualmente tiene con la OTAN. Esto es,
que la cooperación de la OTAN se extienda a brindar apoyo militar. El gobierno de Santos prácticamente quiere
volver a Colombia el Israel de Latino América y a los medios prepago colombianos
eso les parece de lo mas normal, beneficioso, para no ir tan lejos.
Con un
proceso de paz en curso (y supuestamente avanzando favorablemente), y a los
medios prepago colombianos les parece normal y hasta benéfico que el gobierno
de Santos siga pidiendo mas ayuda militar y que se intensifiquen las fumigaciones
áreas de los cultivos de coca.
Con
muchos países de la región aún en proceso de consolidación de sus proyectos de
transformación política y económica, y de liberación del dominio de los EEUU, y
a los medios prepago colombianos les parece normal que el gobierno de Santos
vaya a Washington a conspirar contra esas nuevas alternativas de gobierno,
acudiendo al burdo montaje de que países como Rusia, Irán, Venezuela e incluso
Nicaragua representan una amenaza para la seguridad nacional de Colombia.
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