Continúa el parocampesino y la respuesta inmediata del gobierno de Santos, como es natural, es el terrorismo, la represión, el atropello, la estigmatización, la criminalizacion y hasta el asesinato de participantes en las protestas. Las protestas se presentan en varios departamentos del país pero las que han tenido mayor impacto, al menos por el interés que han despertado en algunos de los medios prepago, están ocurriendo en los departamentos de Nariño, Boyacá, Cundinamarca y Cauca.
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— Kiwe Nasa (@KiweNasa) August 23, 2013
En esta ocasión los
protagonistas de la movilización son los cultivadores de papa, quienes desde antes
de la firma de los TLCs han sido marginalizados y maltratados por todos los
gobiernos y sus políticas agrarias, que
traducidas a la realidad, no son más que políticas de despojo y aniquilamiento
de los campesinos.
Pero las victimas de las
políticas criminales del gobierno no han sido solo los cultivadores de papa; lo
son igualmente los arroceros, algodoneros, los cultivadores de trigo, maíz,
cebada, los lecheros……todos productos básicos y fundamentales en la cadena alimenticia
de los colombianos, los que varias décadas atrás se cultivaban/cosechaban en
abundancia, y que aun con políticas agrarias desfavorables, le garantizaban al país
un cierto nivel de soberanía y seguridad alimentaria.
Esa situación cambio a
partir del inicio de las “negociaciones” para los TLCs, pues es en esta fase donde los poderes
dominantes imponen y exigen el establecimiento de condiciones de mercado que
son favorables para ellos y destructivos para la contraparte dominada.
El caso colombiano es el ejemplo más reciente del sometimiento total a las imposiciones y deseos de sus contrapartes en las mal llamadas negociaciones que son el preámbulo de la firma de los también mal llamado “tratados de libre comercio” (TLC), pues en la práctica no son ni tratados ni libres sino un negociado entre los poderes económicos y políticos dominantes y sus lacayos que actúan como gobernantes de los países sometidos.
Detrás de estos
negociados están por supuesto las
grandes multinacionales y asociaciones
poderosas de agricultores de los países dominantes, para quienes su único interés
es abrir y/o expandir sus mercados, esta vez sin barreras legales ni económicas.
En el caso de productos agrícolas, los TLCs les permiten a los agricultores de los países dominantes inundar los mercados con productos que, aunque al inicio
de los tratados se produzcan en abundancia en el país sometido, llegan mucho más
baratos ya que estos son altamente subsidiados por sus gobiernos. El resultado
final, sino inmediato sí en el mediano o largo plazo, es la aniquilación de la producción agrícola local y el control total de los mercados y soberanía alimentaria del país
sometido.
"Traición a la patria, podría llamarse lo que hace el Estado haciendo importaciones" Mons. Castro de Tunja #ParoNacional #OtramiradaTraidores, es lo que son el gobierno de Santos y su camarilla de mafiosos y corruptos que lo sostienen. Que defensa puede hacer del incremento por las nubes que han tenido las exportaciones agrícolas de Estados Unidos a Colombia luego de firmado el TLC. "De acuerdo con el Departamento de Agricultura de los EEUU, durante el primer semestre del 2013, las exportaciones agrícolas a Colombia totalizaron $680 millones de dólares US, un incremento del 81% comparado con el mismo periodo del ano anterior. Las exportaciones que mostraron el crecimiento mas alto fueron el arroz, la carne de cerdo y el aceite vegetal. Solo las exportaciones de arroz se incrementaron en un 2000% (subieron de $1,5 millones a $41 millones) en el mismo periodo."
— Contagio Radio (@Contagioradio1) August 23, 2013
Qué pelea por el
abastecimiento de los mercados nacionales pueden dar unos agricultores que no solamente
no reciben ni un centro de subsidio agrícola sino que su actividad productiva es
altamente costosa debido a los altos impuestos, a los altos precios de los insumos
agrícolas, a la falta de asistencia técnica y mecanismos que aseguren la comercialización
de sus productos; a lo cual se suma la deficiente (y en muchos casos
inexistente) infraestructura de transporte lo cual incrementa significativamente
el costo de los productos agrícolas en los mercados de consumo. Para no mencionar la estocada final que recibirán
los agricultores cuando a raíz de los TLCs hasta las semillas tendrán que comprárselas
a multinacionales extranjeras como Monsanto, so pena de que si continuan utilizando sus
tradicionales y naturales semillas podrían incluso terminar en la cárcel por el
delito de resistirse a utilizar las semillas transgénicas y perjudiciales para
el medio ambiente y la salud que producen estas multinacionales.
Suspendan la lectura unos minutos para mirar el siguiente video:
Volviendo al tema del paro agrario, la tardía respuesta del gobierno de Santos mediante el envió de una comisión negociadora al departamento de Boyacá no puede ser más patética ni cínica. En una reciente entrevista el ministro de agricultura Francisco Estupinan, respondiendo a la pregunta sobre las preocupaciones de los paperos debido a los impactos de la importación de papa, declaró que esos impactos eran insignificantes pues esas importaciones no alcanzaban al 1% de la producción total nacional que según sus estadísticas alcanzan las 2.800.000 toneladas anuales.
Terroristas. ¿Porque nos provee de alimentos? #LoQueEsConLosCampesinosEsConmigo pic.twitter.com/HAFWNXGNgI
— Marcha Patriótica (@marchapatriota) August 23, 2013
Respuesta truculenta/engañosa
por decir lo menos si se tiene en cuenta que aun un bulto de papa importado, y
que por lo explicado atrás llega mucho más barato que el producido en Colombia,
tiene un impacto económico inmediato en el mercado. Las grandes
comercializadoras como las fábricas de papas fritas por poner solo un ejemplo, no
van a querer seguir pagando precios más altos por la papa local teniendo la
puerta abierta de los TLCs que les permite importar, no un simple bulto, sino
las toneladas que necesitan para su producción industrial; incluso, la
oportunidad de conseguir precios más bajos les permitirá expandir la capacidad
de producción y por supuesto sus ganancias.
O acaso creerá el nefasto
ministro que los colombianos, en un gesto de real patriotismo y nacionalismo,
van a boicotear los TLC mediante la compra de solo productos agrícolas nacionales?
Ni siquiera entre los mismos
campesinos se podrán ayudar. La devastación de sus medios de subsistencia los forzará
a migrar a las grandes ciudades donde engrosaran los cordones de miseria, en
cuya condición si acaso podrán sobrevivir consumiendo comida toxica importada gracias
a los múltiples TLCs: leche aguada y contaminada que producen vacas alimentadas
con cereales transgénicos, sometidas a tratamientos hormonales para que
produzcan más, y que viven en condiciones de tortura; perniles y alas de pollo,
también engordados a punta de inyección de hormonas y otros químicos; y asi acaso pueden darse el lujo de comer
carne, asi sea una vez al mes, comprar una libra de carne procesada, con antibioticos, perjudicial para la salud y que sabe a
todo menos a carne de bovino o porcina. Y ni hablar de los alimentos procesados
empacados, el 90% de los cuales contiene ingredientes transgénicos, toneladas
de azúcar, calorías, presevantes y un sinnúmero de químicos tóxicos.
Con la burguesía de la población
urbana tampoco puede contar el ministro.
Este grupo de “colombianos” ( ?), alienados por el arribismo, la
veneración a lo extranjero y la propaganda del establecimiento, no solo condenan
el paro agrario sino que apoya la represión brutal del estado terrorista;
además de que el consumo de productos importados les eleva su ego y estrato
social. Acaso espera el ministro que la
devastación del sector agrícola la van a evitar entonces los “colombianos de a
pie”, comprando solo productos que produzcan los campesinos del país?
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