No es fácil digerir la enfermiza
reverencia e idolatría que profesa la inmensa mayoría de colombianos por todo
lo extranjero. Las celebraciones por la
llegada de la multinacional Starbucks a Colombia es solo una muestra más de ese
estado de servilismo con lo extranjero, y de desprecio o subvaloración de lo
nacional.
Su ignorancia de lo que realmente ocurre fuera
de Colombia no les permite anticipar que esa multinacional terminará no solo
obligando a cerrar muchas de las cafeterías de barrio donde abrirán sus nuevas
tiendas, sino absorbiendo, si no también obligando a cerrar, las tiendas Juan
Valdez.
Starbucks es una multinacional que a Julio
12, 2014 tenía 23.187 tiendas alrededor del mundo (64 países), ingresos anuales
de $14,9 billones de dólares (14.900 millones), y abre aproximadamente 7 nuevas tiendas cada día.
Como lo hace?!!
Luego que ha logrado penetrar los mercados
de nuevos países y ha posesionado sus primeras tiendas, preferiblemente en
zonas de clase media alta, inicia un plan agresivo de expansión a lo largo y
ancho del país, cual epidemia mortal, adelantando minuciosos análisis de
mercadeo en todo tipo de vecindario, y de todos los estratos.
Sus “minuciosos” análisis son en ultimas
muy sencillos. Se limitan a identificar cafeterías locales y tradicionales, estratégicamente
ubicadas y que por lo mismo ya tienen una clientela establecida; y esos son los
puntos que escogen para abrir sus nuevas tiendas. Pero no se confundan, el plan
no es abrir una tienda Starbucks en el mismo vecindario o cuadra para hacerle
competencia a la cafetería local ya establecida. NO, su plan es sacarla del
vecindario, obligarla a que cierre. Y para eso cuentan con una chequera muy
abultada en dólares, de la cual giran millones en sobornos a los dueños de las
casas o edificios que arriendan los locales donde funcionan las cafeterías
locales, como mecanismo de presión para que terminen los contratos de
arrendamiento con los dueños de los negocios locales. Se han denunciado incluso
casos en los que Starbucks paga abultadas sumas mensuales o anuales a todos los
propietarios de casas de cuadras enteras para que no arrienden sus locales a
negocios que les hagan competencia.
Introducimos aquí el término “negocios
locales” porque no son solamente las cafeterías
las que son sacadas del vecindario sino también cualquier otro tipo de tienda o
negocio que tenga la mala suerte de estar estratégicamente ubicado en la cuadra
o vecindario donde Starbucks quiere abrir una tienda. En el caso colombiano, esos
negocios pueden ser una miscelánea, una pequeña tienda de víveres, un pequeño almacén
de ropa, un restaurante, una peluquería, etc. De esta táctica mezquina no se
salvan ni los que tienen sus negocios en sus propias casas. Si el sitio es el
que Starbucks determina es el perfecto para una de sus tiendas, a esos
propietarios también los presionan mediante ofertas de compra tentadoras para
que les vendan sus inmuebles; con el daño colateral de que una vez la nueva tienda
Starbucks es instalada, el decaimiento
en las ventas de las demás cafeterías del vecindario será insostenible y en algún
momento también se verán forzadas a cerrar.
Y de las condiciones laborales ni
hablar. En Norte América y Europa a sus
empleados los llaman “Asociados” (Associates, en Ingles), para crear la percepción
entre sus clientes de que sus empleados son tratados de manera muy especial y
que ellos se sienten parte de la multinacional. Pero la verdad es muy
diferente, de hecho totalmente opuesta a su propaganda comercial. Les pagan salarios de míseria, aún para los estándares
de países desarrollados; los explotan haciéndolos trabajar horarios extendidos,
sobrecargados y con mínimos descansos;
les toca pagar los mismos precios elevados por los productos que consumen en
las tiendas donde trabajan; los discriminan; y los beneficios sociales como prestaciones,
seguro de salud, etc., son los más limitados dentro del mercado corporativo,
equivalentes a los también sobre explotados empleados de Wal-Mart.
Para no mencionar la calidad y precios exorbitantes
de los productos que venden. El café por ejemplo, es catalogado como el peor café del mundo por su sabor penetrante de lo chamuscado que es, tanto que millones
de personas no se refieren a sus tiendas como Starbucks sino como “Charredbucks”.
“Charred” es la palabra en inglés para describir algo chamuscado, quemado,
carbonizado. Pero eso no le importa a Starbucks dado que el café es chamuscado a propósito. De hecho, el café negro, o tinto
como se toma en Colombia, no es muy consumido en Norte América. La inmensa mayoría
lo consume mezclado con montones de leche y otros endulzantes, cremas y
cualquier cantidad de químicos que Starbucks le agrega a todos sus variados y “exóticos” (toxicos) productos: lattes, cappuccinos, macchiatos, frapuccinos, café mochas…….
De ahí que el café entre más fuerte y
amargo, pero por lo chamuscado, mucho mejor. Tienen que agregarle muy poco para
imprimirle el sabor a café a toda la basura de productos que son los que
realmente constituyen la fuente de los abultados ingresos de Starbucks. Y
decimos basura de productos porque eso es lo que son. Ni siquiera el café negro
se salva de la manipulación para hacerlo más adictivo. Le añaden un químico llamado acrylamide, el
cual no solo incrementa el poder adictivo sino que es un reconocido cancerígeno.
A lo cual se suma la inmensa variedad de aditivos artificiales, endulzantes transgénicos
y otros químicos que le agregan a todos los productos estrella de sus tiendas,
algunos de los cuales ya fueron mencionados atrás.
No es por aguarles la fiesta a los
colombianos pero Starbucks es una multinacional cuestionada por millones de
personas y organizaciones de consumidores alrededor del mundo; de hecho, cientos
de miles de personas se unen cada día a campanas de condena y rechazo a sus corruptas
prácticas comercialices y laborales, asi como al boicot directo de sus tiendas.
Entre las cuestionadas prácticas
comerciales hay que mencionar la explotación y saqueo que hacen en países de Africa
(para mencionar solo una región) donde controlan incluso el cultivo y producción
de café y a los campesinos, además de haberles arrebatado sus tierras, les
pagan sueldos de centavos de dólar por día.
Pero esto obviamente tampoco será conocido
por la inmensa clientela de borregos arribistas que les espera en Colombia.
Tal vez despierten de su letargo mental y servilismo con lo extranjero
cuando la caficultura colombiana, otrora orgullo nacional, sea también controlada
totalmente por la criminal multinacional Starbucks.
Starbucks supports imperialist armies across the world and in return it gets a chance to 'invade' new 'markets'.
— Why Starbucks Sucks (@YStarbucksSucks) July 11, 2014
Starbucks CEO earns 180,000 times as much as one of its severely underpaid, malnourished, farmers.
— Why Starbucks Sucks (@YStarbucksSucks) July 14, 2014
Starbucks supports imperialist armies by donating more than $13.2 million each year to expand military bases.
— Why Starbucks Sucks (@YStarbucksSucks) July 14, 2014
When Starbucks says they care about the environment, it means they care about turning trees into useless coffee cups.
— Starbucks Lies (@Starbucks_Lies) July 14, 2014
Starbucks has been charged more than 73,000 times with labor violations yet to this day no executive has gone to jail.
— Why Starbucks Sucks (@YStarbucksSucks) July 13, 2014
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