Horrendos y repudiables los crímenes que están ocurriendo en plena campaña para la presidencia, todos sin duda ligados al narcoparauribismo que se tomo el poder desde hace 8 anos, y el país entero sigue insensible, indiferente, embelesado con las ridículas cuñas publicitarias y toda la verborrea ininteligible que vomitan los candidatos en todo cuanto debate o acto publico participan.
Una muestra de estos viles crímenes son los ocurridos en las últimas dos semanas: Rogelio Martínez, un líder defensor de los desplazados y despojados de sus tierras en San Onofre Sucre; y Alexander Quintero, coordinador de la asociación de víctimas de la masacre del Naya en el norte del Cauca.
No hacen falta las anunciadas “investigaciones exhaustivas” para concluir que los únicos interesados en la muerte estos líderes comunitarios son el gobierno criminal de Uribe y sus secuaces, los nuevos y viejos terratenientes a quienes sistemáticamente ha beneficiado otorgándoles los títulos de las tierras despojadas y miles de millones de pesos descaradamente regalados o bajo la figura de subsidios para que desarrollen proyectos agroindustriales. No es sino recordar la inconclusa adjudicación de las cerca de 30,000 hectáreas a amigotes suyos en cercanías de Puerto Gaitán Meta, que a última hora tuvieron que echar para atrás; y otra más reciente, la suspensión de la entrega de miles de hectáreas en el Choco a los victimarios de los desaparecidos, asesinados y desplazados de esas tierras.
Pero como el cinismo no tiene límites, a la masa de furibundos electores le han hecho creer que las reculadas del narcoparaco Uribe han sido gestos de transparencia y de voluntad de investigar manos corruptas durante el proceso de adjudicación, y no decisiones forzadas que no se hubiesen tomado sino hubiese sido porque sus oscuros planes se filtraron en algún sector de la prensa lo cual hizo que el escándalo se les saliera de las manos.
Uno se pregunta…., cuantos más hechos criminales y actos de corrupción se habrán cometido bajo el gobierno del narcoparauribismo que no han salido a la luz pública solo porque las unidades investigativas de los medios no los han revelado, o porque la presión y chantaje del gobierno ha impedido que lo hagan.
Y frente al hecho de que el crimen o escándalo de la mañana es opacado por el de la tarde o día siguiente, o por el mayor o menor despliegue informativo que los medios prepago decidan darle, la memoria y capacidad de cuestionamiento de la población se torna cada vez más limitada, al punto que el análisis de gravedad de los hechos, de los implicados, y de su condena o absolución se ha dejado en cabeza de los periodistas serviles del régimen, especialmente de aquellos que esa misma sociedad frívola y mentalmente incapacitada ha puesto en el hall de la fama criolla.
A estos periodistas prepago no les produce ni una pizca de vergüenza el hecho de que años atrás el criminal alias “Job” entraba por el garaje al Palacio de Nari a reunirse con el presidente y sus secuaces más cercanos para armar planes de desprestigio en contra de magistrados de la corte suprema; y más recientemente, las reuniones de esos mismos secuaces asesores de Uribe, con alias Tasmania para intentar por segunda vez armarle un prontuario judicial a mas magistrados de la CSJ.
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