Según reporta el diario El Espectador en su edición del Domingo pasado,
ahora resulta que hasta el servicio de asistencia técnica a los
caficultores colombianos se la entregarán a los ‘inversionistas extranjeros’. Conocido es que multinacionales fabricantes
de armas y proveedoras de mercenarios suministran entrenamiento y trabajan
hombro a hombro con militares y policías colombianos; pero que la asistencia
técnica que suministraba la Federación de Cafeteros, a través de sus comités
departamentales, se la vayan ahora a entregar a la multinacional Starbucks ya
raya en el limite de la rendición y renuncia a las migajas que quedaban de la
soberanía nacional.
Al margen de la situación
actual de la asistencia que los caficultores estén recibiendo de parte de los
comités departamentales, nadie puede poner en duda la preparación,
profesionalismo y conocimiento del suelo colombiano de la inmensa mayoría de
agrónomos, quienes día tras día madrugan a emprender largas caminatas por las
diferentes veredas hasta llegar a las fincas y parcelas a revisar los cafetales,
compartir con los campesinos y recomendar las acciones pertinentes para
garantizarles una buena cosecha.
Ahora resulta que los
gringos saben más de café que los agrónomos y cafeteros de toda una vida colombianos!!. Acaso les enseñarán como preparar una taza de
café de $2 dólares, un capuchino de $3 dólares, o las mezclas (lattes) de $3.50 que venden en
sus tiendas alrededor del mundo?
La decisión de la
Federación (que contará con el aval del gobierno por supuesto, comoquiera que
maneja fondos públicos) no puede verse sino como el final de su etapa de decadencia
que viene padeciendo desde hace mas de 10 anos; o en el mejor de los casos, de
su futura inserción como un simple apéndice de la multinacional Starbucks
(socio estratégico, le llamaran los traidores que la feriaron).
La invasión de Starbucks a
la caficultura colombiana se conoce justo después de que Gabriel Silva termina
su periodo como embajador en USA, así que el negociado no podría haberse
concretado si el no lo hubiese gestado y promovido. No se puede olvidar que el siniestro ex
embajador Silva también fue gerente de la Federación antes de pasar al
ministerio de Defensa en reemplazo de Santos,
quien a su vez también ocupo un alto cargo dentro de la Federación. Y este será apenas la antesala del negocio
mas grande, pues no pasará mucho tiempo para que no solo lleguen al país las
tiendas Starbucks sino para que las fincas mas productivas y rentables pasen a
manos de la multinacional.
Pero suscribiéndonos por
ahora al servicio de asistencia técnica que dicen le brindaran a los
caficultores, las primeras preguntas que surgen son las siguientes:
- Esa asesoría será suministrada directamente por supuestos “expertos” gringos; y de ser así, serán tantos que asumirán todo el trabajo que venían desarrollando los agrónomos y técnicos agropecuarios colombianos, incluidas las largas caminatas por las cordilleras y piedemontes?
- Se dará a través de una cuasi privatización de los comités de cafeteros, los cuales pasarán a depender directamente de Starbucks; y si ese es el caso, agrónomos y técnicos agropecuarios vinculados actualmente a estos comités pasarían a ser empleados de Starbucks?
- Si lo segundo, los actuales y potenciales agrónomos y técnicos agropecuarios serán capacitados (en EEUU) para que “aprendan las nuevas técnicas de sembrar y producir café que Starbucks quiere compartir”?
Si la asesoría la van a
sumir los “expertos” gringos, nada raro seria que algún día nos enteremos que
algunos de ellos también estaban haciendo inteligencia en las veredas y
municipios cafeteros colombianos para identificar “terroristas” que mas tarde
serán objetivos de bombardeos con los drones de Obama.
Para concluir, lo que
repugna e indigna no es que la multinacional Starbucks haya logrado entrar a
Colombia (al fin y al cabo el objetivo de las multinacionales es controlar y
apoderarse de todo), sino que el gobierno y sus peones en la dirección de la
Federación presenten la noticia como algo positivo para el país, y
particularmente para los caficultores.
Pero mas repudiable aun
es que los colombianos se traguen ese sapo, y peor aun que una gran mayoría desde
ya empiecen a celebrar la llegada de las tiendas Starbucks a Colombia. Sus complejos de inferioridad, su baja
autoestima, su servilismo, su carencia de dignidad y de pertenencia a su país,
su arribismo patético y su orgullo ridículo de sentirse cuasi gringos, seguramente
los hará anhelar desde ya verse haciendo las colas en las nuevas tiendas
gringas y pagar $2 dólares ($3.600 Col) por una taza de café. Una taza de las 40
que se preparan con una libra de café, la misma libra por la que al caficultor colombiano
solo le pagan $1.40 dólares (70% de lo que vale una simple taza) pero que a
Starbucks le produce $77 dólares (27 veces mas de lo que le cuesta, asumiendo
exageradamente que el costo de la libra de café en sus tiendas es el doble del precio
que le pagan al caficultor). Pero cualquier precio es insignificante comparado
con el status social que para la galería representa comprar un café o un latte en
una tienda Starbucks y servido en recipientes con el logo de Starbucks…..
Este articulo parece escrito por Nicolas Maduro o Petro
ResponderEliminarLos de SB son los que compran asi que si, saben mas que nosotros, por lo menos saben como le gusta el cafe al resto del planeta...
Me retracto de esto cuando haya un juan valdez por cada SB que hay en el mundo.... o por lo menos cuando haya uno que no sea subsidiado por el gobierno.
Por favor tengamos dignidad y aprendamos a ser modestos.