martes, 7 de septiembre de 2010

A propósito del nombramiento del narcoparaco Uribe como profesor de la Universidad de Georgetown

Para los criminales e idiotas útiles que idolatran al paraco Uribe, y que por supuesto no tienen ni idea que línea de pensamiento y político promueve la Universidad de Georgetown, su vinculación a esta universidad como profesor en el programa de liderazgo global seguramente será otro motivo más para celebrar y sentirse orgullosos de su “pro-hombre y estadista de talla internacional”.

El historial de apoyos abiertos de esta Universidad de la comunidad jesuita a las políticas imperialistas, invasoras y militaristas de los Estados Unidos es ampliamente reconocida en todo Norte América, así que el hecho que entre su planta de catedráticos haya tenido o tenga a criminales de la talla de Henry Kissinger y de otros tantos ex funcionarios de la misma estirpe de la era terrorista de Reagan y del propio Bush, para mencionar solo los más recientes, ya no causa sorpresa. Pero que haya llegado a los extremos de vincular  al peor criminal de los últimos tiempos, el paraco Uribe, sí que ha despertado consternación en el mundo académico, entre los intelectuales respetables y entre todas las organizaciones de derechos humanos de los Estados Unidos.

Así lo registra el siguiente artículo publicado hoy en diferentes medios alternativos de comunicación, http://www.commondreams.org/view/2010/09/07-0 ; del cual, por su extensión y por estar escrito en inglés me permito extractar algunos apartes que merecen ser traducidos y difundidos en español.

“La Universidad de Georgetown ha ofrecido al ex presidente de Colombia Alvaro Uribe, un dictador con sangre en sus manos, un cargo académico  en la Escuela de Servicios Extranjeros Walsh  como un distinguido intelectual en la práctica de liderazgo global”.

“Aparentemente, ni el presidente (rector, para el caso colombiano) de la Universidad ni los directivos de la facultad ni los Jesuitas han sido informados que grupos de abogados ya están trabajando para llevar a Uribe  ante la corte internacional de la Haya por varios cargos de violaciones de derechos humanos. La Universidad de Georgetown (GU), una reconocida universidad cristiana, podría haber invitado mejor  a Marcos, o a Somoza, o a Charles Taylor de Liberia para que den cátedra en esa Universidad. A mí me parece que invitar a Uribe demuestra una sordera absoluta con lo que está ocurriendo actualmente. Además, es una traición absoluta a las enseñanzas de Jesús. La misión Jesuita se resume así: “promover la fe que hace justicia”. Contratar a Uribe demuestra hasta qué nivel la comunidad Jesuita a llegado a corromperse en los Estados Unidos. Tal parece que en la Universidad de Georgetown su misión es promover la fe que hace justicia y la guerra”.

“Esperaría que el rector, los directivos de la facultad y los jesuitas de la UG estuvieran mejor informados sobre quien es realmente Uribe, sobre todo después de años de lucha por el cierre de la Escuela de las Américas en Fort Benning, Georgia, la cual en los últimos tiempos se ha dedicado a entrenar oficiales y soldados colombianos quienes luego, al lado de escuadrones de paramilitares, participan en asesinatos y torturas de decenas de miles de gente pobre, para reseñar lo ocurrido en los últimos años solamente”.

Como parte de su análisis, el autor del artículo resalta la siguiente declaración pública de las directivas de la universidad:

“Recibimos con mucho entusiasmo que el presidente Uribe se vincule a nuestra comunidad universitaria, manifestó recientemente el presidente de la Universidad John DeGioia en una declaración pública. Contar con tal distinguido líder mundial en Georgetown fomentara el importante trabajo de los estudiantes y de la facultad incrementando su interés en los asuntos globales”.

Sobre este pronunciamiento del rector el autor del artículo comenta: “ Es esta la idea que tiene el rector de la universidad de un líder de talla mundial? Con tantos héroes para invitar que realmente promueven y luchan por la paz y no violencia  –por ejemplo, el arzobispo Desmond Tutu, Mairead Maguire, o líderes de aquí mismo en Estados Unidos como Kathy Kelly y Jim Wallis- produce consternación que el rector sienta tanta complacencia por la llegada de uno de los asesinos de civiles inocentes más notorios del mundo. Es esta la clase de liderazgo global que la UG enseña?

El articulo resalta también las recientes reacciones que esta noticia ha despertado en las comunidades jesuitas de otros países, y muy en particular, declaraciones recogidas por el propio autor en su reciente visita a Colombia en la cual, además de de conocer de primera mano la verdadera situación de violencia, corrupción y criminalidad  que carcome al país, tuvo oportunidad de conversar con el padre Javier Giraldo, el colombiano que tal vez más pruebas y documentos a aportado al desenmascaramiento de los abominables asesinatos y masacres cometidos por las fuerzas estatales y sus apéndices paramilitares.

John Dear,  el autor del artículo  es un sacerdote Jesuita, activista por la paz y autor de 25 libros sobre la paz y no violencia

No  dejen de leer el artículo completo en el siguiente link:

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