viernes, 15 de mayo de 2015

A propósito de la desinformación y manipulación del debate sobre el uso del glifosato en fumigaciones aéreas de cultivos de coca…

La inmensa mayoría de colombianos prefieren vivir y percibir la realidad de su país mas a través de historias y anécdotas que del conocimiento de la verdad sobre los hechos que afectan sus vidas.  Que esas historias, transmitidas y reforzadas a diario a través de los medios de comunicación, sean ciertas o no es lo que menos les importa con tal de que lo que escuchen coincida con sus creencias preconcebidas o que la sociedad en que viven les ha inculcado. 


El debate sobre los graves riesgos para la salud y el medio ambiente derivados del uso del glifosato es un claro reflejo de esa mentalidad. Y es que ni siquiera se puede hablar de debate porque precisamente lo que prevalece en la discusión son historias, anécdotas, desinformación; y cuando alguna información veraz se escapa al control, ésta es segmentada, moldeada y distorsionada a propósito para acomodarla a las predisposiciones sociales y políticas que el gobierno de turno, y quienes en general tienen el poder de controlar la información (medios de comunicación) quieren preservar y reforzar.  

De ahí que la oposición a las medidas anunciadas por el gobierno de suspender las fumigaciones áreas de los cultivos de coca hay que entenderla mas como producto de la tergiversación y distorsión de información que como resultado de una revisión rigurosa y entendimiento pleno de los estudios científicos que han alertado sobre los efectos nocivos del uso del glifosato.

Por supuesto, los políticos manipuladores y los mercaderes y beneficiarios de la guerra contra las drogas ilícitas aprovechan la confusión e ignorancia de ese gran sector de población para dividir aun mas al país y mostrar que sus endebles argumentos en contra tienen apoyo popular. 

No le falta razón al Ministro de Salud cuando le dice al procurador general que sus pobres/ridículas explicaciones que expone en contra de la suspensión de la fumigación aerea son el reflejo de su falta de honestidad intelectual.

Pero no es solo el procurador quien exhibe deshonestidad intelectual cuando se trata de discutir los riesgos y consecuencias del uso de glifosato como práctica para erradicar los cultivos de coca en Colombia. Al coro del procurador se le unen los narcoparaubistas, la gran mayoría de medios masivos de comunicación, la multinacional Monsanto y por supuesto el gobierno de EEUU.

A todos ellos los que les falta no es solamente honestidad intelectual sino la capacidad mental que les permita entender cuales son las bases y alcances de los diferentes estudios científicos que se han desarrollado, los cuales concluyen que el uso del glifosato puede producir graves riesgos para la salud no solamente de quienes lo manipulan durante su uso sino de quienes pueden estar expuestos a entrar en contacto con el químico luego de ser esparcido, como es el caso de los habitantes de zonas que son fumigadas desde aviones. El reciente estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es concluyente en el sentido de que el glifosato puede producir cáncer entre quienes están expuestos.

No se necesita ser científico para darse cuenta que los riesgos derivados de la fumigación área de cultivos de coca no son comparables con su uso en actividades agrícolas tradicionales, e incluso su uso en áreas urbanas, como es el caso de su aplicación para eliminar malezas en zonas verdes residenciales y comerciales.  

Los niveles de riesgo y sus posibles consecuencias son establecidos con base en factores como el tiempo de exposición al químico, el método de uso (incluyendo el uso de elementos de protección) y la concentración del mismo durante el tiempo de aplicación y exposición o contacto directo.

Para efectos de tener una idea de cómo varían los factores de riesgo antes mencionados es ilustrativo comparar las condiciones en que se aplica el glifosato en los cultivos de coca vs. su aplicación en la agricultura tradicional (cana de azúcar, arroz, etc.).

Condiciones y efectos de la fumigación aérea de cultivos ilícitos:

1.- Los cultivos de coca en su gran mayoría no cubren grandes extensiones, por el contrario son pequeñas áreas de entre 1 y 2 hectáreas, distribuidas en distintas zonas geográficas, y que por lo general se encuentran adyacentes o intercalados con otros cultivos tradicionales.

2.- La concentración de glifosato en las fumigaciones de cultivos de coca es mucho mas alta que en otros usos (30-40% comparado con 3-4% en otros usos); y por razones de seguridad, la altura a la que se realiza la fumigación hace que el químico, por acción del viento y otras condiciones meteorológicas, no solo alcance las áreas cultivadas con coca sino cultivos de pancoger entremezclados dentro del mismo cultivo de coca o en áreas adyacentes al mismo.

3. – Las zonas objeto de las fumigaciones aéreas están habitadas por campesinos agricultores o trabajadores que se desplazan a trabajar ya sea dentro de las mismas áreas cultivadas con coca o en otras donde  existen cultivos legales, y en consecuencia están expuestos a entrar en contacto directo con el glifosato si las fumigaciones ocurren durante horas laborales.  No obstante, como las comunidades que habitan las zonas objeto de las fumigaciones no son notificadas previamente, no solo los campesinos que se encuentren laborando en los cultivos sino también niños,  mujeres, ancianos y animales domésticos están expuestos a tener contacto directo con el glifosato.  De ahí que los campesinos victimas de la fumigación se refieran a esta criminal practica como la lluvia maldita.

4.-  Por las mismas condiciones expuestas anteriormente (altura de la aspersión, concentración del químico, geografía de la zona, tamaño de las áreas cultivadas), la vegetación nativa, bosques, recursos hídricos, fauna silvestre y en general valiosos ecosistemas terminan también siendo fumigados con glifosato, y por lo tanto contaminados o destruidos.   

Condiciones de la fumigación aérea de otros cultivos tradicionales y de otros usos a nivel domestico:

1.-  Cultivos como la caña de azúcar, arroz, algodón se desarrollan en grandes extensiones de terrenos, aislados o alejados de comunidades, y como tal los efectos colaterales se pueden prevenir o reducir mediante un planeamiento adecuado de los vuelos, asegurando que el producto descargado no traspase los limites del área cultivada.

2.-  La concentración del químico es mucho menor y las aspersiones aéreas se planean y ejecutan a baja altura, lo cual permite eliminar o minimizar la acción dispersante del viento y calcular con buen margen de certidumbre que la aspersión solo afecte las áreas cultivadas.

3.-  Por las mismas razones de ubicación/extensión de los cultivos y preparación/ejecución de los vuelos,  los riesgos de que pobladores, trabajadores, otros cultivos o ecosistemas adyacentes sean alcanzados por las fumigaciones son mucho menores que en usos contra cultivos de coca.

4.-  Tanto en usos agrícolas como en usos domésticos las personas que manipulan el químico, ya sea durante el proceso de mezcla y dilución como durante el transporte y aplicación, usan elementos adecuados de protección para evitar que la piel entre en contacto directo con el químico.

Lo anterior es suficiente para que cualquier persona con un mínimo de sensatez entienda que los efectos nocivos que se derivan de la fumigación aérea de cultivos de coca son significativamente mas altos que los riesgos derivados de los usos del glifosato en otras actividades agrícolas y domesticas.

Es obligación de todos cuestionar la información distorsionada que difunden los medios prepagos de comunicación, los cuales sin ninguna vergüenza se han atribuido el papel de expertos en todos los temas, solo porque en las mesas de trabajo de sus programas noticiosos participan ex funcionarios de gobierno, figurines de las mafias políticas y pseudo analistas que posan de académicos o intelectuales.

Todo lo que estos carteles de periodistas y pseudo intelectuales han difundido durante los últimos días son falsedades y distorsiones.  No es cierto que el glifosato está aprobado para usos agrícolas en la mayoría de países del mundo, mucho menos que su aplicación se realice vía aspersión aérea. Colombia es el único país del mundo donde el glifosato se aplica mediante aspersión aérea.

Tampoco es cierto que la fumigación área en Colombia ha sido un éxito en la lucha contra el narcotráfico y que como tal la suspensión producirá un incremento de los cultivos de coca.  El informe que acaba de publicar la propia oficina antidrogas gringa concluye que las áreas cultivadas de coca han aumentado en los últimos dos años, aun a pesar de la fumigación aérea.     

Por ultimo, son muchas las investigaciones que se han adelantado en el mundo, e incluso en Colombia, que demuestran los efectos nocivos de la fumigación área con glifosato sobre la salud de los habitantes, los animales y fauna silvestre, y sobre los ecosistemas de las zonas fumigadas y áreas aledañas. El propio gobierno lo reconoció al indemnizar a pobladores del Ecuador que viven cerca del Putumayo y que demandaron al estado colombiano ante instancias internacionales por los daños causados como resultado de las fumigaciones aéreas sobre la zona fronteriza en esa región del país. 

El siguiente documental demuestra el fracaso de las políticas criminales de erradicación de los cultivos ilícitos a través de la fumigación aérea con glifosato impuestas por el gobierno de los EEUU, y permite dimensionar los irreparables daños causados a las comunidades y ecosistemas de las regiones fumigadas.

Shoveling Water from Witness For Peace on Vimeo.

 

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