Levantamiento de cadaveres de civiles inocentes asesinados vilmente por fuerzas estatales colombianas
Los horrores de la guerra solo les está permitido a las fuerzas del Estado y a sus mafias y oligarquías; y obviamente a sus patrones extranjeros que la sostienen, financiera y militarmente, y que por lo mismo se lucran de ella.
Así se
desprende de las declaraciones públicas del propio presidente Juan Manuel
Santos, de sus funcionarios y altos oficiales, con ocasión de la reanudación de los ataques por
parte de las FARC luego de la culminación de su tregua declarada unilateralmente.
Declaraciones que son magnificadas por sus medios serviles y representantes de
las oligarquías empresariales que se benefician del conflicto y violencia que
azota al país.
Las
condenas a las acciones militares de las FARC alcanzan niveles de histeria cuando
miembros del ejército o de la policía son capturados y hechos prisioneros.
Secuestros, crímenes de lesa humanidad, etc., son solo algunos de los calificativos
con que se refieren a las retenciones de actores del conflicto, y que repiten y
repiten a través de los medios serviles prepago (la inmensa mayoría), al punto
que una gran mayoría de la opinión publica también termina con su cerebro lavado,
y repitiendo y amplificando la propaganda oficial.
Si no
fuera porque hay un proceso de negociación política en curso para lograr
acuerdos de paz, condenas como las anteriores no pasarían de ser parte de la lógica
propagandística del régimen para desprestigiar y deslegitimar las acciones
militares de las FARC, y por añadidura, su status de fuerza política beligerante.
Pero con
un supuesto proceso de paz en curso, ese tipo de comportamiento por parte del
gobierno de Santos no puede entenderse sino como parte de su estrategia para
sabotear las negociaciones que se adelantan en La Habana, buscando seguramente preparar
el terreno para levantarse de la mesa; obviamente achacándole toda la culpa a las
“acciones terroristas” de las FARC.
Como se
señaló anteriormente, acciones y secuelas de la guerra como bombardeos
desproporcionados, ametrallamientos, la captura de actores armados de la fuerzas
enemigas, solo les está permitido a las fuerzas del Estado. Como acertadamente lo expresó el delgado de
las FARC en las negociaciones de paz, Ivan Marquez, “….resulta
insensato que mientras se hacen declaraciones de escalar la guerra se eleven
quejas por las consecuencias que esta desata.…”. A lo cual hay que agregarle, para
enfatizar su absurda lógica, se conmocionan solo cuando las barbaries de la
guerra provienen de la guerrilla y golpea a las fuerzas del régimen.
Cuando
las barbaries de la guerra las padecen las fuerzas guerrilleras, estas son
hasta motivo de celebración y jubilo. Para la muestra lean los trinos del
presidente Santos la noche anterior con ocasión del asesinato de cabecillas y guerrilleros
en enfrentamientos ocurridos en el sur del país:
Otro duro golpe a las Farc. Entre los 6 abatidos en el Nudo de Paramillo cayó alias “Jacobo Durango”, cabecilla del bloque noroccidental.
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) February 1, 2013
El cabecilla de las Farc, Jacobo Durango, es otro histórico que cae por la acción de nuestras Fuerzas Armadas.
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) February 1, 2013
Lo cual
no debe sorprender,… la mayoría de la opinión pública esta tan domesticada para
aceptar la incoherente lógica de la doctrina guerrista oficial que hasta hechos
criminales tan repudiables como los denominados “falsos positivos” son
tolerados y hasta aprobados (algo habrán hecho que por eso los mataron, es la reacción
de la mayoría a estos atroces crimenes).
Mientras
a las FARC se las condena cuando luego de enfrentamientos con la fuerza pública
retinen policías o soldados que se rinden, a las fuerzas del Estado, en cabeza
del ejercito y/o de agentes paramilitares, SI les está permitido secuestrar jóvenes
humildes e inocentes (esto sí es vil secuestro), y transportarlos a zonas distantes
de sus lugares de origen para luego asesinarlos
vilmente y presentarlos como miembros de la guerrilla.
Pero la vileza y perversidad de los mercaderes de la muerte no para alli. La indignacion y conmocion por las retenciones o muerte en combate de soldados o policias tambien es tan solo un instrumento de propaganda y manipulacion que utiliza el Estado para controlar las emociones del pueblo. O acaso al gobierno y a las oligarquias les importo que decenas de sus "heroes de la patria" permanecieran retenidos en las selvas colombianas hasta 15 anos? Acaso les ha importado la situacion social, psicologica y economica de los familiares de los soldados y policias caidos en combate; o de los propios retenidos una vez algunos de ellos recobraron la libertad?
La respuesta mas fria pero irrefutable a estos interrogantes esta circulando en la red social de Twitter:
Ve, los supuestos héroes son solo carne de cañón. Víctimas inocentes de la ambición de quienes en el fondolos desprecian.
— Rosa Moreno (@ismene2) February 1, 2013
Si esta cruda verdad expresada en menos de 140 caracteres no es suficiente, entonces corroborenla con el uso politico cinico, perverso y vil inmerso en el tweet que el narco expresidente Uribe envio esta tarde, inmediatamente despues de conocerse la muerte de tres policias en la Guajira, al parecer en un ataque de la guerrilla:
Policías de la Patria asesinados(Sijin informa que asesinos son del 59 de terroristas Farc" twitter.com/AlvaroUribeVel…
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) February 1, 2013
A esa gran mayoria de la opinión pública colombiana, que ha permitido que controlen sus emociones y que se ha dejado anestesiar contra el dolor, el sufrimiento, la indignación y el repudio de las acciones terroristas del gobierno, hay que recordarle que “no hay crimen más atroz ni mas repudiable que aquel cometido por el propio Estado contra sus propios ciudadanos”.