El presidente Uribe de gira otra vez por el exterior feriando el país como si fuera su finca el ubérrimo
El presidente feriando el país cada vez que sale de viaje al exterior y los colombianos felices pendientes solo de las recepciones a las que es invitado, con quienes se reúne, como van vestidas las primeras damas, que comen y todas esas frivolidades propias de esa cultura y pensamiento novelesco en que viven.
Tampoco los medios de comunicación se detienen a analizar el propósito de fondo en las intervenciones del presidente frente a los gobiernos e inversionistas extranjeros cuando presenta al país como un paraíso de prosperidad y sin ningún recato les abre las puertas para que vengan a hacer su agosto con lo poco que queda del patrimonio económico, natural y mineral de Colombia.
Dice el presidente, con el mayor cinismo que lo caracteriza, que sus planteamientos durante su visita a Europa estarán centrados entre otras cosas, a resaltar frente a los gobiernos e inversionistas de los países anfitriones, los votos de confianza que la banca multilateral (léase Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo) le dan al país; e igualmente, a demostrarles lo fácil y efectivo que es hacer negocios en el país de la pasión. Dice también el presidente, que al atraer la inversión extranjera se mejorara la situación económica del país, mas específicamente, la situación del desempleo. Lo que se olvida mencionar, menos aceptar, es que la crisis económica y el escandaloso nivel de desempleo que vive el país no aparecieron de la noche a la mañana como resultado de la actual crisis económica global. Se le olvida también que el nivel de desempleo en Colombia ya estaba alrededor del 15% desde mucho antes que empezara la crisis mundial (y eso dándole crédito a las cifras oficiales amañadas), y que cifras de desempleo de ese orden, en cualquier país serio, significan una verdadera catástrofe económica (esa si una hecatombe para copiarnos de su vocabulario favorito).
No es sino revisar las políticas económicas urgentes que se formularon en respuesta a los incrementos en las tasas de desempleo en Estados Unidos y Canadá, para solo mencionar dos casos, cuando subieron del 5% y 6% al 7% y 8% respectivamente; cifras que no tienen comparación con las cifras de dos dígitos a las que nos hemos acostumbrado en Colombia desde hace décadas; razón por la cual ya nos parece que son normales y hasta aplaudimos al presidente cuando nos hecha el cuento de que ha bajado al 14% o 13% (nuevamente, eso si damos crédito a las cifras manipuladas oficiales). No sabe uno si reírse o darse golpes contra una pared cuando se escucha al presidente de la inteligencia superior decir públicamente y sin sonrojarse que la economía del país venia súper bien y que todas nuestras tragedias son consecuencia de la crisis económica mundial.
Volviendo al tema de los viajes al exterior, veamos cual es el impacto de las dos estrategias de gobierno, de las que hace alarde el presidente, en la situación economía, social y política del país. Valga decir que este discurso no es solo de Uribe, pues toda la historia republicana del país ha estado marcada por este mercantilismo despiadado que se hace con nuestros recursos.
Que este, como todos los presidentes que le han antecedido, venga a decir que las puertas abiertas a la inversión extranjera y al endeudamiento externo son la panacea para la economía, no sorprende pues al fin y al cabo el, los funcionarios de alto nivel que participan en esas negociaciones y unos cuantos empresarios nacionales son generosamente reconocidos por sus gestiones y sobre todo por hacer eco de los falsos propósitos benévolos que orientan las actuaciones de la banca y corporaciones multinacionales. Que sean concientes o no que están feriando al país no importa, al fin y al cabo su gestión les representa incrementar sus riquezas personales y, cuando dejen el gobierno, dar el brinco a esas organizaciones multinacionales a ocupar altos cargos y así continuar la tarea de destruir económica y socialmente al país. Y eso para no mencionar el reconocimiento y reverencia que ganan dentro del país al posicionarse como nuevos gurús de la economía, los expertos, las eminencias, ….tanto que los medios de comunicación pelean por una foto, por una entrevista.
Lo que si sorprende y da coraje es que no haya ningún economista, menos un analista de política exterior y macroeconómica serio, que tenga el valor y el conocimiento y devele los propósitos oscuros que realmente hay detrás de esos “votos de confianza” para con el país por parte de esas organizaciones y corporaciones multinacionales, bien llamadas por quienes las conocen bien por dentro, “sicarios económicos”. El calificativo de ‘sicarios’ es perfecto pues el objetivo de organizaciones financieras internacionales como el Banco Mundial, el FMI, el BID (todas controladas por el gobierno gringo, por supuesto) no es sino hacer que la deuda externa de países subdesarrollados como Colombia siga creciendo exponencialmente, con lo cual aseguran la subordinación absoluta del país y el sostenimiento permanente de gobiernos títeres, quienes les permitirán seguir exprimiendo y saqueando los recursos del país. De ahí que, con tal de que les sirvan esos oscuros propósitos, hasta dictadores, mafiosos y criminales han sido, son y serán vistos como los mejores aliados y ejemplo para la democracia. Por supuesto, todo bajo la retórica de que es por el bien de la democracia, la seguridad y estabilidad política de sus aliados, y como parte de la estrategia de guerra contra las drogas y el terrorismo (léase, guerra contra cualquier movimiento popular o político que se atreva a poner en riesgo sus intereses económicos y políticos).
En el caso especifico de Colombia, los beneficios económicos que obtienen las corporaciones y el gobierno gringo mediante el sostenimiento de gobiernos títeres como el de Uribe son incalculables. No es sino analizar con ojo crítico la flexibilidad regulatoria (en muchos casos desregulación total) y las absurdas ventajas económicas que hacen parte de los contratos para proyectos de explotación petrolera y minera, la creación de zonas francas (ahora que están de moda), en los grandes proyectos agroindustriales, para la instalación de grandes industrias petroquímicas y farmacéuticas, plantas de biodiesel y biocombustibles, etc…
No satisfechos con el saqueo de los recursos del país, las negociaciones (y constantes renegociaciones cuando el país ya no puede pagar la deuda) de estos préstamos, que el presidente Uribe pinta como “benévolos”, conllevan además una serie de condiciones que debe cumplir el país, tales como permitir presencia militar estadounidense (próximamente bases militares), oficinas satélites de la CIA y la DEA, la compra de armas y equipo pesado para sostener la guerra que vive el país; y por supuesto, los voticos incondicionales a favor de todo lo que proponga el imperio en Naciones Unidas, por absurdo y torcido que sea. Acuérdense que Colombia fue el único país del continente suramericano que apoyo a Bush en la guerra contra Irak!!!.
Para no mencionar las condiciones de tipo fiscal que obligan a que el gobierno no emprenda reformas socioeconómicas de fondo, y siguiendo la misma línea, a que posponga o cancele inversiones sociales urgentes como en educación, salud, infraestructura de saneamiento, desarrollo rural, etc…. Se preguntan porque? Por la sencilla razón de que las inversiones sociales son las que sacan a un país del subdesarrollo y eso por supuesto no le interesa ni al imperio ni a las elites económicas y políticas que se benefician de mantener a la mayoría en la miseria…….entre mas vaciado el país, más propicio el escenario para el imperio perpetuarse como “benefactor”; y para los socios locales, para mantenerse en el poder y seguir acumulando riquezas.
Alguien se ha detenido a pensar a donde van a parar el grueso de las ganancias de las inversiones extranjeras que el presidente nos vende como la panacea para estimular la economía nacional? Pues sepan de una vez que los intereses económicos que tienen el gobierno y las corporaciones gringas en Colombia son de los mas rentables; de ahí que sus proyectos imperialistas sigan siendo el componente principal de su agenda de política internacional. Y como no, si los dólares que dicen nos están prestando en condiciones favorables (o regalando como dicen en muchos casos), vuelven súper inflados a sus propias arcas en razón de los miserables impuestos que les impone Uribe (cuando no totalmente exentos), los bajos costos y flexibilidad laborales, los bajos costos de operación, etc….
En las últimas décadas estas prácticas de neocolonialismo económico ya no son solo parte de la política internacional del gobierno de los Estados Unidos. Varios países europeos como Gran Bretaña, España y Francia entre otros, también tienen sus sicarios económicos que buscan gobiernos corruptos como el de Uribe, y vienen a abrir el camino para que empresas industriales y comerciales de estos países vengan a hacer también su agosto con lo que queda del patrimonio de los colombianos (como prueba de esto no es sino que hagan la lista de las empresas de servicios públicos que han sido privatizadas por Uribe y entregadas a empresarios españoles).
Y como la codicia del gobierno de Uribe y las elites económicas que se benefician de estas prácticas no tiene límites, las correrías del presidente por Europa feriando los recursos nacionales como si fuera su finca el ubérrimo no son más que un capitulo mas del desangre económico y social que ha vivido la nación por décadas.
La nación, esto es la inmensa mayoría de la población colombiana, QUE SE JODA!!!