domingo, 13 de febrero de 2011

A propósito de las liberaciones de retenidos por las FARC y las reacciones de Santos

Desafortunadas, por no decir que patéticas, las declaraciones de Santos con ocasión de la liberación del Concejal Armando Acuna por el hecho de salir de las montanas con vestido y corbata.

Que seriedad y confianza puede brindar un gobierno para una negociación política con la guerrilla cuando públicamente se condena, no solo a las FARC, sino al propio secuestrado liberado por el horrendo crimen de retornar a la libertad decentemente vestido, sonriente y lleno de esperanzas en que con estas recientes liberaciones se abren caminos de paz.

Tal parece que si las imágenes de las liberaciones; esto es,  los rostros, vestimenta y declaraciones de los liberados,  no se ajustan al libreto de la propaganda con que han bombardeado a la opinión pública, el gesto unilateral de las FARC no pasa de ser un “show mediático” (expresión que en Colombia se escucha ahora hasta en las iglesias).

Para ser consistentes con ese libreto de la propaganda oficial, diseñada para evitar cualquier proceso de negociación política, todos los retenidos por las FARC tienen que retornar a la libertad arrastrando cadenas,  demacrados físicamente como si no hubiesen sido alimentados, enfermos, y hablando pestes de sus captores,…condiciones bajo las cuales la maquinaria oficial le han hecho creer al pueblo colombiano que las FARC mantienen a todos los retenidos.

No importa la evidente contradicción cuando el show mediático lo monta el propio gobierno, como en el caso de la operación jaque, en la que la aparición de Ingrid Betacourt  como recién salida de salón de belleza no les produjo el más mínimo comentario.

La perversidad de las declaraciones de Santos tiene consecuencias. Porque son ese tipo de declaraciones oficiales las que precisamente alimentan la violencia y el desprecio por la vida y la libertad que se manifiestan en una gran mayoría de colombianos. De ahí que las reacciones de muchos colombianos calificando al concejal Acuña como aliado de la guerrilla, muchos pidiendo incluso en medios sociales como facebook y twitter, su asesinato, producen escalofrió.  

Reacciones que se repiten y se repiten. No es sino recordar el caso del cabo Moncayo y su familia, quienes por atreverse a cuestionar el silencio e indolencia del narco-para-gobierno de Uribe con todos los secuestrados y decir que la única salida al conflicto es una negociación política, han sido objeto de amenazas de muerte al punto de obligarlos a pedir asilo.

No es por aguarle el entusiasmo a Piedad Córdoba, pero qué esperanzas de paz puede haber en un país con gente tan vil y enferma, cuyos ideas y pensamientos perversos son alimentados y promovidos diariamente por el propio establecimiento oficial.

Si al menos el establecimiento saliera a condenar y a pedirá acción rápida de las autoridades judiciales y de policía en contra de las acciones criminales que los paramilitares han ejecutado en los últimos meses, tal vez su discurso no sería tan contradictorio ni tan peligroso.

Las escandalosas cifras de criminalidad, masacres, desapariciones y ejecuciones de colombianos inocentes por parte del ala paramilitar del establecimiento que hoy nos recuerda Alfredo Molano en su columna de El Espectador, tal parece que no tienen validez para el gobierno de Santos y el poder en la sombra del narco-para-uribismo.



Adenda Febrero 15th:


Como lo habíamos anticipado, el gobierno de Santos iba a aprovechar la primera oportunidad para impedir que las liberaciones de retenidos continuaran. Con el pretexto de que  las FARC no cumplieron con el programa de liberaciones tal como Piedad Córdoba lo había anunciado, ahora resulta que es el gobierno el que se siente “conejeado”. Ni un minuto de espera para conocer las razones del incumplimiento por parte de las FARC, que entre otras, podría haber sido información de que no se estaban cumpliendo con las condiciones de suspensión de todo tipo de operaciones militares; y aun si esa no fuera razón valida, al fin y al cabo, las liberaciones era un gesto unilateral de las FARC, así que el conejo en el lado de las FARC no aparece por ningún lado. Si, en el lado del gobierno de Santos, que presionado por el narco-para-uribismo, estaba esperando el primer pretexto para suspender el proceso y echar a rodar la propaganda de siempre,…. de que las FARC le hicieron conejo al país.

Nada mas distorsionado y perverso frente a las esperanzas y expectativas que se les crearon a los familiares de los retenidos que se anunciaron iban a ser liberados. Nada más burdo, rastrero y traicionero con las gestiones humanitarias de Piedad Córdoba, quien es nuevamente atacada y presentada como agente de las FARC.

Nadie percibe que el único hecho real es que el gobierno de Santos no tiene ningún interés genuino en trabajar por la paz de Colombia. Hay tres hechos incontrovertibles que fundamentan esta afirmación: Santos fue ministro del narco-para-uribismo; Santos fue elegido por el narco-para-uribismo; y el congreso de la republica es controlado por el narco-para-uribismo.

No se hagan ilusiones. Santos, no porque le toque sino por que esa es también su ideología, va a seguir con las políticas militaristas, guerreristas y terroristas implantadas por el narco-para-uribismo. En el lenguaje y propaganda que usa el establecimiento para mantener engañado y oprimido al pueblo los tres elementos anteriores han sido eufemísticamente bautizados como seguridad democrática, cohesión social y confianza inversionista.

Despierten!!, el narco-para-uribismo sigue aun gobernando (léase, destruyendo) el país

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