El tratado
de extradición de Colombia con Estados Unidos refleja no solo el
arrodillamiento e inoperancia de la justicia colombiana sino el servilismo
rastrero de todo el Estado, con el gobierno a la cabeza.
El
narcoparaco Alvaro Uribe Velez alardea aun de que bajo su administración se
extraditaron a Estados Unidos mas de 500 colombianos, muchos de ellos jefes y
altos mandos narcoparamilitares; según el, muestra de su mano dura con el
narcotráfico y el crimen organizado. Lo que no dice, y que la inmensa mayoría
de colombianos tampoco cuestiona, es que la mayoría de esos extraditados
estaban siendo procesados en Colombia por horrendos crímenes cometidos en el
país como masacres, desapariciones, desplazamientos, robo de tierras a millones
de campesinos, y toda clase de abominables abusos de derechos humanos.
La
extradición de estos criminales por delitos de narcotráfico es una muestra no
solo de la indolencia y desprecio del gobierno con las victimas y familiares de
esos horrendos crímenes sino de la sumisión absoluta de la justicia colombiana
a los mandatos del gobierno de los Estados Unidos.
Por
supuesto, para Alvaro Uribe Velez la extradición de sus socios
narcoparamilitares tuvo como objetivo principal su silenciamiento ya que para
entonces estaban empezando a hablar sobre sus relaciones directas con la
presidencia, congresistas, jueces, periodistas, empresarios, hacendados; y
prácticamente con todas las elites y mafias políticas colombianas.
El mas
reciente caso, aunque no el primero, que demuestra el servilismo arrastrado del
estado y la justicia colombiana es el pedido de extradición de un humilde carpintero de San Vicente del Caguan, el señor Ariel Josue Martinez, a quien el
gobierno gringo lo acusa de lavado de dólares.
El párroco, las autoridades y la población en general se han expresado en todas las formas a favor del señor Martinez, pues todos lo reconocen como un ciudadano honorable que escasamente sabe leer y escribir, y que llegó al pueblo en 1991 huyendo de paramilitares que habían asesinado a familiares cercanos en su pueblo natal en Boyacá. Lo cual no fue suficiente para que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) rechazara la solicitud de extradición, ni para que el gobierno de Santos la firme.
El párroco, las autoridades y la población en general se han expresado en todas las formas a favor del señor Martinez, pues todos lo reconocen como un ciudadano honorable que escasamente sabe leer y escribir, y que llegó al pueblo en 1991 huyendo de paramilitares que habían asesinado a familiares cercanos en su pueblo natal en Boyacá. Lo cual no fue suficiente para que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) rechazara la solicitud de extradición, ni para que el gobierno de Santos la firme.
Los
medios prepago, defendiendo la justicia sainete del país, justifican la aprobación
de la extradición del señor Martínez en la CSJ arguyendo que esa corte no verifica
los antecedentes sino que su papel se limita a verificar su identidad, es decir
a hacer el trabajo que puede hacer la secretaria de una notaria.
Pero
por el lado de la Fiscalía General la vergüenza es peor. En respuesta a la defensa jurídica del señor Martínez,
con ayuda del párroco del pueblo, y frente a los pronunciamientos de toda la
comunidad de San Vicente del Caguan, la fiscalía se ha limitado a pedir al Departamento
de Justicia de EEUU que revise la solicitud de extradición.
Nada ms insólito! El servilismo de la justicia colombiana es tal que aún con todas las incuestionables pruebas que demuestran que el señor Martínez no es el delincuente que los gringos piden en extradición, sus jueces y fiscales no tienen la dignidad de verificar ellos mismos la identidad y antecedentes del señor Martínez, menos el coraje de rechazar de tajo la solicitud de su extradición. Por el contrario, se arrodillan ante los gringos para que sean ellos quienes adelanten las revisiones pertinentes del caso.
Todo
este sainete ocurre mientras los delincuentes colombianos de cuello blanco
huyen precisamente a EEUU, justo antes de que sean condenados por la justicia
sainete colombiana, y allá son beneficiarios de asilo dizque porque son
perseguidos políticos y porque la justicia colombiana no les otorga garantías
procesales. El gobierno colombiano, por su parte, hace el show mediático de
tramitar solicitudes de extradición no sin antes consultar con sus amos del
norte los términos de las solicitudes para que las mismas no tengan ningún efecto.
Actualización
Septiembre 11, 2014:
El
señor Josue Martinez ha recuperado su libertad, luego de 6 meses de reclusión
en la Picota, esperando a que el presidente Santos firmara la resolución de su
extradición, lo cual ya había ocurrido. En todo el “tramite” de su extradición,
como se mencionó anteriormente, la justicia y el gobierno colombianos actuaron con
los ojos vendados; es decir, se limitaron a firmar los documentos de
extradición enviados por el gobierno gringo.
Foto: El Tiempo
La
liberación del señor Martinez se dio luego de que las autoridades judiciales
gringas verificaran la identidad y antecedentes del señor Martínez, no por que
lo propio hicieran sus contrapartes en Colombia. Si no hubiese sido por el
escandalo mediático en los medios nacionales, el señor Martinez ya estaría
encadenado y aislado en una celda de EEUU, y su foto en las primeras paginas de
todos los medios norteamericanos, alardeando la “eficacia” de la política
gringa en la lucha contra el trafico de drogas,…...y resaltando la
“cooperación” de las autoridades colombianas.
Pero el
caso del señor Martínez no será el ultimo. El show mediático de los medios
prepago no alcanza para plantear un debate serio sobre la revisión, e incluso,
eliminación del tratado de extradición con EEUU y con cualquier otro país. Así
que este no será el ultimo acto de arrodillamiento de la justicia colombiana.
Falsos
positivos con la extradición seguirán ocurriendo, igual que siguen ocurriendo
los horrendos falsos positivos que comete el ejercito colombiano para mostrar
su “eficacia” en la guerra contra la guerrilla. Y ni a unos ni a otros de los arquitectos
de estas repudiables actuaciones les ocurrirá nada.
Al
igual que ocurre cuando el ejercito reporta los falsos positivos, en el caso
del señor Martinez, luego del gran despliegue judicial, policial y militar para
capturarlo, el comandante de las Fuerzas Militares, Juan Pablo Rodriguez, declaró que habian capturado a un peligroso delincuente y que esa acción era
un gran golpe al terrorismo y narcotráfico en la región de San Vicente del
Caguan. Igual declaran cuando asesinan inocentes para presentarlos como
guerrilleros: eran terroristas, declaran los comandantes del ejercito; “no
estarían cogiendo café”, decía el narcoparaco expresidente Uribe.
Y todo
sigue igual, los arquitectos de estos horrendos crímenes (como “héroes de la
patria” son reverenciados por la mayoría de colombianos) siguen como
comandantes de las instituciones militares que dicen existir para proteger la
vida y honra de los colombianos…..
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